El Museo de Arte de Matanzas, que atesora unas 2.000 piezas de arte universal y local, permanece cerrado e inutilizado desde hace aproximadamente un mes, cuando se produjo un derrumbe parcial del techo, informó el medio provincial estatal Girón.
Las obras de arte que posee la institución incluyen la colección de arte africano más valiosa del país, por su diversidad y antigüedad, y grabados de Rembrandt.
El colapso pudo haberse evitado, de acuerdo con las declaraciones al medio estatal de Jenny Páez Morales, especialista en museología del centro.
Páez Morales contó que desde finales de 2023 se había advertido que el techo podría desplomarse, como finalmente ocurrió hace más o mes un mes. El derrumbe ocurrió en silencio y por la morosidad de algunas entidades responsables de velar por su conservación, según la especialista, citada por Girón.
Bielka Cantillo González, directora provincial de Patrimonio, institución a la que se supeditan tanto el Museo como el Registro de Bienes Culturales, explicó que una plaga de termitas fue el motivo primario de la caída del techo.
Dijo que un ataque de este tipo, microbiológico, es casi imposible de detectar y que, incluso, la cubierta en el 2022 se impermeabilizó, pero que al parecer las vigas ya estaban afectadas.
Girón acotó que el edificio data del siglo XIX, por lo que requiere un constante seguimiento para conservar su imagen y valor arquitectónico. "Sin embargo, no siempre existen los recursos para llevarlo a cabo, y a veces los que hay no son los más adecuados. A ello se suma la proximidad de una parada de ómnibus, cuyas vibraciones debilitan los cimientos del sitio", añadió el medio estatal.
"La estrategia de recuperación se trazó desde la postrimerías del 2023 y se habló de apuntalar para evitar un derrumbe", afirmó Cantillo González.
No obstante, al suceder a finales de año, para actuar se debió esperar al siguiente, solo así se podía destinar un presupuesto y ejecutar cualquier acción constructiva. Esto representaría el primero de varios atrasos que, por dilaciones y déficits financieros, conducirían a lo que ahora es inevitable, pero si se hubiera actuado a tiempo no, explicó Girón.
Páez Morales recalcó que el apuntalamiento "demoró mucho". "Las maderas fueron compradas en San Miguel de los Baños. Se coordinó con la persona que iba a buscarlas en un camión y la que llevaría a cabo el apuntalamiento. Pero lo que tardó mucho, demasiado, fue la autorización para el combustible", dijo la especialista.
De acuerdo con la explicación citada por Girón, en marzo, los pilares ya estaban listos. Pero los primeros que se cortaron no poseían el tamaño suficiente para la altura de la edificación, por lo que hubo que pedir unos más largos. En abril ya estaban disponibles los troncos con la longitud adecuada. Desde entonces hasta la fecha del derrumbe transcurrieron aproximadamente cuatro meses. No se pudieron trasladar hasta Matanzas por la falta de petróleo, unos 70 litros.
"Cuando realizas labores dentro del plan de la economía, el Gobierno te asigna los materiales. Está en la obligación de hacerlo: ya sea madera, cemento o combustible. No importa si empleas a un trabajador por cuenta propia o a una MIPYME", explicó Cantillo Gonzáles.
Tras las lluvias de mayo y junio, el sol de julio y agosto secó la humedad, con lo que se resquebrajaron la madera y el cemento, y ocurrió el derrumbe.
De acuerdo con las especialistas entrevistadas por Girón, invertir en un espacio cuya asistencia es, cuando más, opcional por parte del público, pudiera parecer un derroche. "No es momento de hacer eso, con tantos problemas que hay", es uno de los discursos que más suelen escuchar.
Los daños que sufrió la instalación son "irreparables", afirmó Cantillo Gonzáles. "Si yo apuntalo no hay derrumbe y se evita un gasto mayor; si no, hay que escombrar también y reparar. Además, el área que queda abierta al techo trae más riesgo para un edificio patrimonial", lamentó.
El derrumbe de una parte del techo podría ser solo el primero de los daños que sufra el edificio en el que se ubica el Museo de Arte de Matanzas, teniendo en cuenta que el presupuesto asignado por el Estado se ha reducido a la mitad.
"Yo quería este año apuntalar y mandar a hacer una nueva cubierta de viga y losa. Con la situación actual del país, no puedo mandarla a fabricar, porque no hay acero ni cemento. Nos rebajaron nuestro financiamiento en un 50%. El dinero de un año no alcanza para demoler y reconstruir a la vez", concluyó Cantillo Gonzáles.
Mientras el Museo de Arte de Matanzas podría quedar inutilizado para siempre, por la falta de presupuesto el régimen cubano no los escatimó recursos, en plena pandemia de Covid-19, para edificar un lujoso centro dedicado a la memoria del difunto dictador Fidel Castro.
