Cada agosto, la ciudad de Locarno, en la base de los Alpes, en Suiza, se llena de público que llega a su Festival Internacional de Cine, uno de los más antiguos e importantes del mundo. Este año, tres directores cubanos han presentado sus películas en el evento. El cineasta cubano José Luis Aparicio llevó Tundra.
"Es una representación distópica de La Habana contemporánea, cuenta la realidad cubana de hoy a través de los filtros del cine de género, de la ciencia ficción, el fantástico, el cine negro, el horror. No es una película para entender Cuba, sino para sentir lo que es la Cuba de hoy, este espacio opresivo, siniestro, enrarecido, con una atmósfera cargada y donde es muy difícil concretar los deseos", dice Aparicio en entrevista con DIARIO DE CUBA.
Este filme, que entierra al espectador en una especie de ensoñación, "cuenta la historia de Walfrido, un personaje que interpreta Mario Guerra, uno de los grandes rostros del cine independiente cubano de los últimos 20 años. Él es un inspector eléctrico y su trabajo es poner multas a familias pobres que son incapaces de pagar la cuenta de la electricidad. Un día despierta y cree que haber visto a una mujer roja. La película utiliza la ambigüedad porque él no sabe si soñó con la mujer o realmente la conoció. Walfrido sale a buscarla por una ciudad totalmente infestada por epidemias, en donde aparecen criaturas grotescas que son símbolos de todo lo que está mal en Cuba", cuenta.
Para el cineasta, el realismo está agotado para hablar de Cuba "porque no te dice demasiado sobre la complejidad en la que vive un cubano (…) El nuevo cine cubano mira a la Isla desde un extrañamiento que le permite entenderla mejor".
Aparicio entiende el nuevo cine cubano como un movimiento en el que se dan pasos conjuntos y en el cual el éxito de unos es el de otros. En el Festival de Locarmo también estuvieron con sus películas los directores cubanos Marcel Beltrán y Daniela Muñoz Barroso —La opción cero y Umbra, respectivamente—. La similitud fonética entre Umbra y Tundra es pura coincidencia, aunque ambos directores son amigos.
Sobre su línea creativa, Aparicio cuenta que le "gustan los cineastas que, sin dejar de ser ellos mismos, no suelen repetirse demasiado, sino que buscan un camino distinto en cada obra".
"Y eso es lo que hago", dice. "No podría definirme a mí mismo. Busco elementos en común, mirar la realidad cubana no desde donde siempre se le debe mirar. Me gusta usar elementos del cine de género, cine noir, ciencia ficción, el fantástico, tratar de desautomatizar la mirada".
"Me interesa mucho la memoria. Cuba es un país con mucho silencio, lagunas, en donde se ha escrito la historia a conveniencia de las personas que lo han gobernado, y quiero tratar de reconstruir ese tejido histórico para entender quiénes somos, a dónde vamos y recomponer esa alma dañada de la nación cubana".
Tundra empezó su recorrido en noviembre de 2021 y ya se ha exhibido en importantes festivales de cine en América Latina, EEUU, Asia y Europa.
En Locarno "fue muy lindo sentir como el público la recibía, conversar con las personas después de la proyección, la piazza grande es de ensueño. En Locarno la gente del pueblo y pueblos cercanos van a ver las proyecciones. No es un festival elitista, el público de a pie se acerca a los artistas", cuenta el cineasta.
Sobre la elección de actrices y actores para sus filmes, Aparicio dice que "puede trabajar con actores consagrados o nuevos, todo depende de la pasión que le pongan. Me gusta trabajar con actores cultos, que lean, con los que pueda tener una conversación fértil sobre la película que estamos haciendo. Además, deben de tener complicidad con los demás actores. Tiene que ser una familia".
