Miguel Coyula: 'De la única forma que puedo dormir tranquilo es haciendo el cine que quiero hacer'

El director de cine independiente cubano Miguel Coyula, quien acaba de recibir un premio en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara por su película Corazón azul, opina que "hay muy pocas cosas en la vida sobre las que puedes tener control" y, en su caso, el cine es una de ellas. "Si estás haciendo cine independiente, debe serlo en contenido y forma, o sea, que no tengas que rendirle cuentas a nadie", dice en entrevista con DIARIO DE CUBA.

"Hay muchos directores cubanos que quieren que sus películas se estrenen en Cuba y hacen concesiones para que salgan en los cines de la Isla. Yo trabajo bajo mis presupuestos, es de la única forma que puedo dormir tranquilo, haciendo el cine que quiero hacer, aunque eso signifique invertir en tiempo lo que no tengo en presupuesto", dice el director, quien confiesa que ha tenido que renunciar a una vida normal. "Me gasto cada centavo en hacer películas".

Miguel Coyula, quien se gana la vida dando clases de cine fuera de Cuba, porque en la Isla, donde toda la enseñanza está controlada por el Estado, no puede hacerlo, cuenta cómo es hacer una película en Cuba sin depender de absolutamente ninguna institución.

"Nosotros nos movemos de forma clandestina. A veces nos aparecemos en casa de los actores y le decimos el día y la hora de la filmación. Además, cuando filmamos en exteriores no tenemos permiso, así que tratamos de no llamar demasiado la atención". 

La película Corazón azul se desarrolla en una realidad alternativa en la que Fidel Castro ha realizado un experimento genético para crear al hombre nuevo y salvar al socialismo. "Tardé diez años en hacer este filme, que se financió de mi bolsillo y por favores de amigos. La película fue cambiando mucho. Los artistas se iban yendo del país por razones políticas o de otro tipo. Además, en esos años saqué el documental Nadie y nuestra realidad cambió. Muchas personas se alejaron de nuestras vidas, incluso siendo cercanas", cuenta Coyula.

Para el director, quien dice trabajar con una cámara de hace más de 15 años y una "computadora lentísima", el cine "va más allá de la cantidad de píxeles".

"El cine debe de ser incómodo y generar sensaciones viscerales al espectador. Además, todo depende de cómo encuadras, cómo muevas a los actores, cómo iluminas. Se puede, aunque tengas poco", afirma.

Las fuentes de inspiración para Coyula vienen de sus sueños, por eso dice intentar mantener un diálogo con su subconsciente. "Las imágenes vienen de los sueños desde mi primer cortometraje, cuando era adolescente. En mis sueños nunca es de día o de noche, siempre es como una luz nublada, una especie de limbo. La experiencia sensorial es muy importante. Intento escribir las ideas de los sueños lo mas rápido posible".

Para el director, el grueso de las películas que están saliendo en Cuba vienen del cine independiente, aunque a veces, los niveles de independencia varían. "Estoy muy interesado en directores como Alejandro Alonso (…) Yo trato de ver todo, hasta lo del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC)".

Actualmente Coyula está terminando su segunda novela, La Isla vertical, "una historia de ciencia ficción que se desarrolla en un rascacielos cuando el mundo se ha llenado de agua".

"Todas las personas que viven en el edificio regresan a la comunidad primitiva", explica. "Además, estoy trabajando en un making de Corazón azul con mi compañera", la actriz Lynn Cruz.

Sobre la película Nadie, censurada en Cuba y basada en entrevistas con el poeta cubano Rafael Alcides, Coyula cuenta que aprendió mucho en el proyecto. 

"Alcides estaba casado con mi prima y lo conocí desde niño. Luego me leí su libro Nadie que fue censurado. Me llamó la atención por su capacidad de ser honesto, para mí es una película de amor entre dos hombres, Alcides y Fidel Castro, y una mujer que es la Revolución cubana. Alcides fue una persona que, habiendo creído en la Revolución, no dudaba en admitir su desencanto delante de una cámara".

A pesar de la censura, Coyula no piensa establecerse fuera de Cuba de momento. "Viví durante diez años en EEUU y ahí me di cuenta que si el arte que haces no tiene un valor comercial, no existes como artista. En Cuba, por lo menos, le puedo dedicar más tiempo a crear. La historia que conté se ambienta aquí, aquí es donde tengo mi estudio, aquí es donde nací y creo que aquí es donde me voy a morir".