Back to top
Música

Omar Sosa: 'Necesitamos salir de Cuba y volver a ella'

El músico habla con DIARIO DE CUBA sobre por qué se fue de la Isla, su religión y sus nuevos proyectos.

Madrid
El músico cubano Omar Sosa- DDC TV
EL músico cubano Omar Sosa.
EL músico cubano Omar Sosa.

El pianista, compositor, productor y percusionista cubano Omar Sosa no ha comentado nada sobre los sucesos del 11J pero dice que "la procesión se lleva por dentro y tenemos mucho que decir en cada una de nuestras aéreas. Desde la poesía, la pintura, el periodismo y la música. Todos somos mambises", declara en entrevista con DIAIRO DE CUBA. 

Sosa, quien fusiona la música afrocubana con la electrónica y el jazz, opina que "somos isleños y necesitamos salir de la Isla y volver a ella, pero es triste cuando regresamos y vemos y sentimos cosas que no nos gustan (…) Cuba tiene cosas que nos llaman y otras que nos alejan, yo necesito sentarme en el Malecón", afirma emocionado. 

"No me canso de admirar la magia de los músicos cubanos, hagan lo que hagan", agrega el artista refiriéndose al reguetón, un género que, señala, ha recibido muchas críticas y desacreditaciones. 

La historia de Omar Sosa con la música empezó en su niñez. "Mi madre me contó que a los cinco años yo ya estabas diciendo que quería estudiar música, pero que estaba confuso porque también quería ser bailarín y basquetbolista", dice el pianista.

"En Cuba el que no tiene de congo tiene de carabalí y la música está en todos, pero en mi caso, mi padre cada domingo invitaba amigos a la casa y escuchábamos música. Él tenía muchos vinilos y eso me fue influenciando", cuenta Sosa, quien comenzó estudiando percusión y terminó con el piano "por necesidad".

"A mí siempre me gustó la percusión, me encanta tocar la marimba y el xilófono. Cuando estaba por graduarme le dije a mi profesor que quería hacer una oposición para la sinfónica o la ópera. Me dijo: 'te voy a decir la verdad, el que trabaja ahí soy yo y hasta que yo no me muera no vas a poder entrar'", cuenta Sosa, quien estudió percusión en la escuela provincial de música de Camagüey, después en la Escuela Nacional de Arte y luego, un año, en el Instituto Superior de Arte en La Habana.

"Miré alrededor y lo que siempre vi eran pianos, en muy mal estado, pero pianos, y así empecé a tocar. Me puse de acuerdo con Lazarito Valdés, director de Bamboleo. Nos reuníamos todos los días a la hora de comer en el aula y nos turnábamos en la marimba y el piano (…) Nosotros no comíamos. Yo siempre le digo a Lazarito que esa fue la mejor comida que hemos tenido, haber aprendido. Hasta el día de hoy sigo intentando vivir de esto y trato de expresar lo que mis ancestros y mis espíritus luz quieren decir a través del piano".

Sosa tuvo influencia de varios grupos que estaban en "pleno apogeo" en su época de estudiante de música en Cuba, como Opus 13, Afrocuba e Irakere. Además, muchos de sus compañeros lo impulsaron en el camino de la música. 

"En mi aula estaba Miguel Núñez, el pianista de Pablo Milanés, y en mi curso todos eran pianistas, eso fue una gran inspiración", dice Sosa. Cuenta que se fue de Cuba porque no quería hacer solo música cubana.

Sosa, quien ahora está en Francia preparando un concierto para presentar su álbum Suba, que significa "amanecer" en la lengua africana mandinga, disfruta haciendo yoga una hora cada día y del proceso de creación del vino.

El músico, uno de los artistas de jazz más versátiles del panorama actual, explica que la santería lo ha ayudado a encontrar su camino. 

"Yo soy santero, hijo de Obatalá y creo en la conexión constante con nuestro mundo ancestral y nuestros espíritus en luz. Sin sus voces yo no tendría la mía. Es muy importante en la vida tratar de encontrar tu voz de la manera que puedas. Mi camino es de búsqueda de unidad de culturas y raíces. Todo lo que hago está relacionado con África. África está en todos, no importa la raza. La cultura africana ha marcado la arquitectura de la música universal", concluye.

Más información

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.