El resquebrajamiento de la sociedad cubana es evidente, toda vez que numerosos ciudadanos padecen la indefensión ante las instituciones, en un contexto que no invita al optimismo, marcado por unas políticas públicas que no funcionan o funcional mal. En tal sentido, la abogada de DIARIO DE CUBA Maylin Fernández Suris afirmó en el "Foro DDC: Para la Cuba de Mañana", celebrado en Madrid en octubre de 2024, que "hay un divorcio total entre la legislación, lo que se está creando en materia de políticas públicas en papel, y la transformación real que está teniendo la sociedad".
"Hay un sinfín de políticas públicas que están implementadas en el Estado cubano y, de hecho, hay un seguimiento en los diferentes espacios de la Asamblea Nacional", pero la falta de "respaldo en infraestructura, en economía, en gestión del Estado, no permite que esas políticas lleguen a la población y se traduzcan realmente en una satisfacción a los cubanos", dijo.
Asimismo, la especialista subrayó que, si bien "es cierto que la política pública no puede llegar a todos, el objetivo es que llegue a la mayor cantidad de personas posible", algo que la sociedad cubana ha perdido, en un país con una pobreza al alza, un desamparo creciente y una función pública muy deficitaria.
En tal sentido, Fernández Suris destacó que "cuando vemos una política pública que está implementada y que solo llega a una parte ínfima de la población, pues esa política sencillamente es ineficiente".
La jurista recalcó que, "si nos vamos a guiar por el papel, Cuba tiene políticas públicas para tratar todos los sectores de la población; para tratar a los jóvenes, a las mujeres, para aumentar la tasa de fecundidad. O sea, hay políticas públicas diseminadas en toda la sociedad cubana, lo que sucede es que no llegan". Así, muchos de los elogios en materia de políticas públicas que ha recibido el régimen cubano de organismos vinculados al sistema de Naciones Unidas, parten de lo legislado, de la propaganda de que las políticas están y se cumplen, cuando la realidad es que sí, están, pero no se cumplen o se cumplen de forma limitada.
En un contexto que la experta definió como una "policrisis" social, influenciada en buena medida por la emigración de los jóvenes, el envejecimiento poblacional y la baja fecundidad, elementos que producen un país descapitalizado humanamente, la situación demográfica de Cuba es cada vez más compleja, y el Gobierno ha demostrado su ineficiencia para aliviarla.
En opinión de Fernández Suris, "hay una situación de falta de bienestar que acelera todos los procesos del vaciamiento del país, y acelera la idea de 'no voy a tener hijos, porque, ¿qué les voy a garantizar', y genera la frustración de que nada funciona". Así, crece entre los cubanos la idea de que "no estoy viviendo, estoy sobreviviendo", agregó.
Además, en Cuba "hay una crisis de la familia", dijo. "Y cuando hablo de la crisis de la familia no es una crisis de matrimonios y divorcios, porque desde hace muchos años ya se está viendo que las parejas cubanas prefieren no casarse o no tener documentación y vivir en concubinato", matizó.
"Lo que pasa es que incluso esta dinámica de pareja está cambiando. Las personas ya no quieren formar una familia, y estamos hablando entonces de familias unipersonales. La gente no siente la necesidad de estar en pareja para la procreación, para crecer la familia. Y eso es parte de la misma frustración que genera el estado económico, el estado social, el estado de degradación que se vive en la sociedad cubana", resaltó.
"Lo otro importante en el tema de la familia es la degradación de la dinámica de pareja", señaló la abogada y sostuvo que "hay un aumento de la violencia machista, aunque siempre ha existido y ahora los medios independientes han tratado de sacarlo más a la luz, pero sí hay un aumento en la degradación social, en lo que la familia significa, y en el respeto, en la ayuda, en la confianza mutua".
Para definir la crisis demográfica actual, la experta se refirió a que "Cuba vive un contexto de falta de libertades", que juega en contra de cualquier proyecto vital. "La población cubana no se siente en paz, no recibe una respuesta del Estado, ni siente el respaldo de 'vamos a solucionarlo'", acotó.
Asimismo, "no hay canales de participación ciudadana reales", argumentó Fernández Suris. "Yo no puedo ir a Atención a la Población del Consejo de Estado, plantear una queja y que en algún momento tenga solución, porque lo que pasa es que, en el mejor de los casos, recibes una respuesta en la te dicen que el problema no tiene solución o no es por esa vía o 'vaya a reclamar'".
Además, frente al "peloteo estatal, en el que la gente no encuentra la solución real a su problema", dijo, "no hay posibilidad de asociarse, no hay posibilidades de unirse, no hay posibilidad de expresarse cuando la gente está en un estado tan grande de frustración".
Sobre esta cuerda, Fernández Suris concluyó: "El cubano quiere hablar, quiere decir lo que le pasa, quiere encontrar la solución, y eso está aumentando la crisis demográfica: la falta total de libertades que existe en Cuba".
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El término policrisis describe perfectamente la crisis cubana, que es una suerte de crisis en cascada o múltiples crisis actuando a la vez.
Lo peligroso de esto es que una potencia a la otra y a la otra, como los dos elefantes que se balanceaban sobre la tela de una araña, creando las condiciones para el colapso total de la Nación.
Con el trabajo y el esfuerzo que le costó a Varela, y a los demás prohombres de la Independencia y la nacionalidad cubanas forjar nuestra nación y que estos obesos vayan a derruir todo.
Ya lo dijo, tienen todas las leyes, la mejores del mundo en los libros pero no la aplican. Y no la aplican porque no quieren perder el poder.