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Foro DDC

En Cuba 'difícilmente funcionaría un mercado negro sin el acuerdo de algún funcionario'

El académico Vidal Romero, ponente en el 'Foro DDC: Para la Cuba de mañana', explica a qué riesgos se enfrentaría el país en una transición democrática.

Madrid
Vidal Romero. DDC TV
El investigador mexicano Vidal Romero.
El investigador mexicano Vidal Romero. Diario de Cuba

El régimen de Cuba no reporta los homicidios que ocurren en el país con la sistematicidad de los gobiernos de otras naciones. Lo hizo por última vez en 2019. Esa parece ser la evidencia del aumento de esos hechos delictivos en la Isla, considera el académico Vidal Romero, jefe del Departamento de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México y ponente del "Foro DDC: Para la Cuba de mañana", celebrado en Madrid el 24 de octubre de 2024.

"Son datos que registra el Gobierno. Los registros existen. Cada vez que hay una muerte, hay un registro y hay una causa de esa muerte, incluso en Cuba. De la elección de no hacerlo uno puede inferir que muy probablemente no les gustan las cifras que están resultando. Entonces, podemos sospechar que están aumentando los homicidios en Cuba", afirmó el académico en entrevista con DIARIO DE CUBA.

Aunque aseguró que la tasa de homicidios en Cuba es baja, con respecto a América Latina, no lo es en términos absolutos. "Es siete veces la tasa de homicidios de España, por ejemplo; entonces, no es una tasa baja".

La tasa de homicidios en Cuba en 2019 fue de 4,4 por 100.000 habitantes. La de España era de 0,7 homicidios por 100.000 habitantes.

Vidal Romero también consideró que el mercado negro, al que los cubanos recurren para conseguir artículos de primera necesidad como el azúcar, el aceite o el café, podría llegar a convertirse en un mercado negro de "drogas, armas, personas".

"Lo que tienes es un acuerdo entre funcionarios del Estado para comerciar algo que por alguna razón no se puede comerciar legalmente. Esa red ya existe, porque el particular ya pagó los costos de entrada a esa ilegalidad; entonces, ya puede usar esas vías para muchas otras cosas. Es muy tentador hacerlo", explicó Romero.

Al argumentar su opinión de que "es altamente probable" la participación de oficiales del Estado cubano en el mercado negro, el académico afirmó que "difícilmente funcionaría un mercado negro sin el acuerdo de algún funcionario".

"Primero, porque las redes de distribución de esos productos dependen del Estado. Entonces, alguien dentro del Estado está proveyendo esos bienes, azúcar, aceite, etc. al mercado negro. Y segundo, un Estado tan intruso en la vida de las personas muy probablemente tiene información de que existen esas redes y decide no hacer nada", abundó.

"La corrupción es la única respuesta", sentenció el jefe del Departamento de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México.

Aunque la transición a hacia la democracia es el principal deseo de la mayoría de los cubanos dentro y fuera de la Isla, Romero alertó que ese escenario también ofrece peligros.

"En el corto plazo, crímenes de necesidad. Es algo que ya estamos observando. Esos tienen que ver con robos, estafas (…). Probablemente, eso se va a exponenciar. Lo otro, con una transición, si es hacia un régimen más democrático, más hacia el mercado, sucede una cosa buena, que es la apertura hacia qué y quién entra a la Isla. Eso tiene algunas externalidades negativas; es decir, el Estado ya no está decidiendo qué entra y quién entra. Entonces, se cuelan un montón de otros bienes y personas, que a lo mejor no son los deseables en términos de crímenes. Y, tercero, al liberalizarse la economía vas a tener demandas distintas de la población. Esas demandas, en muchos casos, hemos observado que incluyen drogas", dijo el académico y aclaró que, en su opinión, todas las drogas deberían legalizarse, pese a no creer que eso vaya a ocurrir en Cuba a corto plazo.

"La prohibición de ciertas drogas lo que genera son mercados negros, y Cuba ya tiene las redes. Los distribuidores y los que comercian en esos mercados no compiten en precio y calidad; compiten violentamente por el espacio para comerciar esas drogas. Eso lo vemos en toda Latinoamérica. Buena parte de la violencia en Latinoamérica tiene que ver con el tráfico de drogas", señaló.

Preguntado sobre la posibilidad de que, en un escenario de incremento de la violencia y el tráfico de drogas, muchos cubanos opten por sacrificar derechos recién conquistados durante la transición hacia la democracia —libertad de asociación, presunción de inocencia, el derecho a un juicio justo— en aras de la seguridad, el académico no vacila antes de afirmar: "totalmente".

"Es muy fácil plantear el problema en términos de un trade off entre orden y pérdida de libertades: 'si quieres orden, vas a tener que sacrificar libertades', cuando no es así", asegura.

"Si uno mira a los países desarrollados, uno ve que hay orden y hay libertades. Sin embargo, es un discurso muy popular y (Nayib) Bukele ha hecho muy buen trabajo de relaciones públicas para vender y que muchos países lo justifiquen, que es algo necesario perder libertades, cuando no es así", sostiene.

No obstante, Vidal señala que también hay "malas experiencias en Europa del Este", en países donde aumentaron los homicidios y los robos, después de la caída del Muro de Berlín. 

"Eso explica el regreso del Partido Comunista en muchos de estos países en las siguientes elecciones, después de la caída del Muro de Berlín. Porque la gente recordaba: 'con esto sí había orden; no había libertades, pero eso luego vendrá'. Es una situación muy peligrosa, y lo más trágico, si ves encuestas de opinión de Latinoamérica, es que somos los mismos ciudadanos los que estamos pidiendo: 'quítame las libertades'. Nosotros le abrimos la puerta a esas posiciones autoritarias".

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