La aguda crisis eléctrica que sufre Cuba, y que se ha agravado desde 2021, fue uno de los temas presentes en el "Foro DDC: Para la Cuba de mañana", celebrado en Madrid en octubre pasado. Desde entonces hasta hoy la situación no ha mejorado y los apagones de alrededor de 20 horas son algo común en numerosos territorios de la Isla.
¿Qué dio lugar a la crisis eléctrica? ¿Cuáles son los factores que la agudizan? ¿Tiene una solución a corto o mediano plazo? ¿Es el plan presentado por el régimen de la Isla, que propone el montaje de casi un centenar de campos de paneles solares en los próximos años, la solución mágica?
Sobre todo lo anterior conversó con DIARIO DE CUBA Ricardo Torres, experto en energía y profesor de la American University, de Washington.
Según él, son dos los factores que propiciaron la crisis actual: "Hay un factor que tiene que ver con la escasez de combustible. La matriz del sistema electronergético de Cuba se basa en que la generación eléctrica depende un 95% de combustible fósil. Esa es una de las tasas más altas de penetración de combustible fósil del mundo. De este, aproximadamente la mitad es importado, porque Cuba produce petróleo y gas para la generación. El petróleo nacional, que es de muy baja calidad, se utiliza para la generación eléctrica, y también está la instalación de Energas, inversión de Sherrit, que utiliza gas para producir energía eléctrica, y es la producción más eficiente".
Recuerda Torres que el proveedor tradicional de combustible a la Isla después de 1999, Venezuela, "ha reducido sus envíos de aproximadamente 100.000 barriles diarios equivalentes de petróleo, que hoy deben estar sobre los 30.000 barriles diarios, para un país que no tiene divisas para salir a comprar al mercado mundial. Eso crea un déficit enorme".
El experto cubano añade a lo anterior que las autoridades de la Isla también usan para generar electricidad dos combustibles muy caros: el fuel oil y el diesel, empleados principalmente en emplazamientos de motores que suelen aportar energía al sistema nacional.
El segundo problema es el estado técnico de las plantas. "A un descalabro como este no se llega de un día para otro. Ahí se han ido acumulando déficits de mantenimiento generales y capitales durante muchos años. Son plantas que tienen un tiempo de explotación considerable. La más nueva es de 1996; pero además, esa planta ya nació vieja, porque era con tecnología checa del campo socialista (…) y el uso del crudo cubano te 'alivia' el problema financiero de la escasez de combustible, pero encarece el mantenimiento, te obliga a hacerlos de manera más sistemática, porque es muy agresivo ese crudo y deteriora más".
"Cuando combinas los dos factores, entre el 30 y 40% de la demanda nacional no se cubre. Ello afecta a la economía, porque se han introducido medidas de racionamiento importantes en el sector público, incluido el productivo, así que hay bienes y servicios que no se producen. (…) Afectaciones de 12 horas o más sin energía es un nivel de crisis asociada a una guerra o un desastre natural. (…) Es una situación que pone a las familias en el límite de la sobrevivencia", señala.
Oscuridad total
Pero, ¿cómo se llegó de lo anterior a los tres colapsos del sistema eléctrico nacional que sufrieron los cubanos en 2024?
"Cuando la generación empieza a tener tanta inestabilidad, se desajustan los parámetros. Por ejemplo, hay que generar electricidad con una frecuencia específica, que es la que permite que funcione el sistema, que son 60 megahertz. Cuando no tienes eso, si baja o sube mucho la frecuencia, se dispara el sistema. Es lo que vimos con déficits de 1.500-1.600MW diarios. (…) El colapso total es en cualquier caso un evento extremo para un sistema electroenergético integrado", indica Torres.
"No se puede ver el problema energético de Cuba aislado del problema económico general. No hay solución duradera y sostenible para el problema energético desvinculada de una reforma económica verdadera, que permita volver a Cuba ser productiva y empezar a crecer. La infraestructura de este tipo es costosa, y solo el crecimiento económico te permite tener recursos para pagarla. (…) Luego, si tienes una economía estancada, ningún inversor quiere venir al país, porque sabe que la economía no está creciendo y no va a generar recursos para obtener los rendimientos adecuados de tu inversión. Tampoco un acreedor te va a dar más crédito, porque sabe que no tienes cómo pagárselo. (…) Se genera un efecto bola de nieve".
"A corto plazo, lo que más se puede cambiar es la disponibilidad de combustible, que pasa porque un país que tenga las condiciones se muestre dispuesto a entregar combustible a Cuba sin pagar prácticamente (…) Lo del estado técnico de las plantas tiene una solución a más largo plazo, que sería construir nuevas instalaciones, hacer las reparaciones adecuadas. Eso lleva dinero y tiempo. Pero la solución a largo plazo tiene que ver con que la economía tiene que volver a funcionar, y eso depende de una reforma que si se empieza a hacer mañana toma un tiempo para que madure", advierte.
La solución "mágica" de la energía solar
Sobre el plan de incremento de la producción de energía con fuentes renovables en la Isla, Torres se muestra de acuerdo.
"Que el país se proponga incrementar la penetración de fuentes renovables en la matriz de generación eléctrica es una meta razonable y se alinea con las tendencias internacionales. Aquí el asunto es cómo eso se enmarca dentro de una emergencia que tienes en el momento. Instalar 300MW en capacidad en parques solares para el verano no va a resolver el problema energético de Cuba. 2000MW instalados generarían el equivalente a aproximadamente entre el diez y el 12% de lo que consumió Cuba en 2019. Es una mejoría, sí, pero no te cambia la configuración general del sistema. Te queda un 90% del problema por resolver".
"Ciertamente, la solar es la tecnología actual que más está creciendo en el mundo, porque tiene ya los costos de instalación más bajos y, técnicamente hablando, es la más sencilla de todas. Es más sencillo hacer un parque solar que instalar aerogeneradores, por ejemplo. El tema es: ¿cuánto le tomaría a Cuba hacer esa transformación de la matriz energética que le permita reducir y eliminar los déficits de generación?"
Torres y el profesional del sector energético Jorge Piñón presentaron tiempo atrás un artículo con cálculos que, tomando como referencia precios de 2022, llegó a un aproximado de cuánto costaría recapitalizar el sistema electroenergético de Cuba y elevar la penetración de las fuentes renovables a los niveles que plante como meta el Gobierno.
"Inicialmente era del 24% en el año 2030 y después ellos mismos la elevaron al 37%. Entonces, harían falta entre 8.000 y 10.000 millones de dólares durante un periodo de diez años para que el sistema fuera confiable. Esa es una cifra muy considerable casi para cualquier país, pero para Cuba es una cifra astronómica", subraya Torres.
"Otra vez: ¿es un plan bueno? Si. ¿Es lo que debería pasar? Si. Cuba debería invertir en varias de las fuentes de generación, porque necesita un sistema balanceado. El sol y el viento tienen un problema como fuentes renovables: no son estables, no pueden ser generación base del sistema, porque el sol no está las 24 horas y no todos los días hay la misma radicación solar, y el viento tampoco. Te hacen falta fuentes que puedan servir como generación base, que es la permanente, las que le dan estabilidad al sistema".
Una oportunidad perdida
En este punto, Torres menciona una fuente de energía renovable que no aparece apenas en los proyectos de las autoridades cubanas.
"De las fuentes que Cuba tiene a su disposición, la más importante sería la biomasa. En el caso de Cuba, la biomasa cañera. Mientras tengas materia prima puedes producir energía. Es como una termoeléctrica, pero en lugar de usar petróleo usa bagazo para generar vapor. En el central Ciro Redondo, de Ciego de Ávila, construyeron una bioeléctrica de 60MW de capacidad. Pero no tiene suficiente materia prima, no hay tanta biomasa como ellos pensaban, porque no hay caña".
"En 1990, Cuba tenía un equivalente en bagazo a tres millones de toneladas de petróleo, que si se aprovecharan en unas turbinas muy eficientes, con tecnología que hay en el mundo disponible, se generaba una cantidad extraordinaria de energía eléctrica. Y eso no termina, porque al siguiente año tienes otra vez zafra y biomasa".
"Pero al industria azucarera cubana se sabe donde está; prácticamente ya no se produce azúcar en Cuba, se importa para satisfacer necesidades mínimas. Volvemos al modelo económico: no va a haber recuperación de la industria cañera en Cuba si no hay un cambio en el modelo agrícola, un cambio radical en la agricultura. Y ahí el problema es tanto agrícola como industrial: tiene que haber caña, que es un problema agrícola, y tiene que haber instalaciones eficientes para moler esa caña, que son centrales modernos, que tampoco hay".
Subraya Torres que "la caña es un cultivo bondadoso, es la planta que más convierte energía: 1x8, una unidad de imput genera ocho de energía, porque absorbe mucha energía solar. Pero el cultivo y procesamiento de la caña no son sencillos. (…) Entonces, esa solución también sería a muy largo plazo para Cuba. Habría que recuperar ese sistema también con inversiones millonarias. Pero sería lo que tendría sentido para el país: usar fuentes domésticas con una tecnología que supuestamente Cuba conoció durante cuatro siglos, dominó esa industria, y la dejamos prácticamente desaparecer", finaliza.
Fake :
Decir que son apagones, es una entelequia se trata de realidades, son alumbrones, en pura lógica apagón tiene significado sólo y sólo si la energía eléctrica estuviera funcionando las 24 horas, sin interrupciones como sucedía, en los mejores tiempos del Materialismo Dialéctico cuando la
ex-Hermana ex-URSS, suministraba un chorro constante de combustible sobre el Biranato. Ahora el así llamado Sistema Electroenergetico Nacional se ha transformado paulatinamente en Sistema Electroalumbrónico Nacional porque hay momentos en que tanto, por falta de combustible como por averías propias de la obsolescencia de los equipos de generación, en que los alumbrones se reducen a dos ó tres horas, y se refieren a estos con un eufemismo, como acostumbra la media Castrofascista, le llaman a este tipo de alumbrón
" Apagón programado extendido " si esto no se parece idénticamente a meterle un dedo en el culo a los cubanos, no creo que ni la propia acción arriba citada se parezca.