Cuba tiene la segunda población penal más alta del mundo, según confirmó en enero de 2024 World Prison Brief (WPB), una base de datos en línea sobre los sistemas penitenciarios de todo el mundo. Esa alta tasa de encarcelamiento es "propia de un sistema de derecho en el que prima el elemento sancionador por encima del cumplimento de los derechos ciudadanos y de los deberes del Estado", consideró el exjuez cubano Edel González Jiménez, abogado de DIARIO DE CUBA y ponente en el "Foro DDC: Para la Cuba de Mañana", celebrado en Madrid el 24 de octubre.
"Cuando un Estado carece de recursos materiales y financieros, y políticas propias de inserción social, generalmente acude al uso de la fuerza bruta. El uso de la fuerza bruta en un Estado no es bien visto por la comunidad internacional ni por sus propios ciudadanos", señaló González Jiménez.
Ante esa circunstancia, el Estado blinda su ejercicio de la fuerza contra la ciudadanía "a través del derecho sancionador", explicó el jurista y especificó: "a través del derecho penal y el derecho administrativo".
"Por eso, hemos visto que desde 2019 (en Cuba) se han dictado normas que regulan contravenciones en prácticamente todos los escenarios de conducta del ser humano, en el ámbito laboral, del ejercicio de la actividad por cuenta propia, en el espacio público", dice González Jiménez y aclara que todo eso está bien para una sociedad ordenada, donde las normas son fáciles de cumplir.
Eso no ocurre en Cuba, como demuestran la proliferación de vertederos informales de basura y la falta de contenedores, pese a que a que a los ciudadanos se les exige no verter residuos en la vía pública. Además, en un país donde la población necesita divisas extranjeras para viajar fuera del país e incluso para cubrir necesidades básicas, el Estado penaliza la compraventa de monedas extranjeras entre particulares, pese a que no es capaz de vender esas monedas a la ciudadanía, como recordó González Jiménez.
"Ahí tenemos a dos simples ciudadanos, que pueden ser médicos, trabajadores ejemplares o simples jóvenes que desean adquirir ese tipo de moneda, y los llevan a los tribunales. La política de sanciones para ese delito, según las informaciones que hemos recibido, se han recrudecido porque el (Gobierno) del país quiere recuperar esas monedas. Los jueces y los fiscales lo que hacen es pedir prisión provisional, el comiso de todo el dinero que se ocupa y penas ejemplarizantes de cárcel. Eso es otro ejemplo negativo de lo que está pasando en Cuba y de que el derecho está al servicio de los intereses estatales y no de la ciudadanía", criticó.
Los ejemplos expuestos por González Jiménez demuestran el retroceso normativo y jurídico que ha tenido lugar en Cuba desde el triunfo de la Revolución, en 1959. Ante esa realidad, muchas personas consideran que la Constitución de 1940 —cuya restauración es una de las promesas incumplidas del difunto dictador Fidel Castro— podría servir de modelo para el futuro del país.
El jurista no coincide, aunque reconoce que la mencionada Carta Magna fue muy avanzada para su época, y así lo manifestó a DIARIO DE CUBA.
"La Constitución de 1940 fue un referente, no solo para América Latina, sino prácticamente para casi todos los países que conforman el sistema de derecho romano francés. Los estudiosos y los académicos del derecho en Cuba, y los magistrados de esa época, gracias a las presiones sociales, pudieron redactar y hacer un pacto social y crear una Constitución que para la época estaba superavanzada", reconoció antes de considerar que no se puede retornar a ella.
"Para mí, es propia de mediados del siglo XX y estamos en el primer cuarto del siglo XXI. Otros derechos de cuarta y quinta generación no están recogidos en esa Constitución. ¿Qué sentido práctico tiene irnos a la década del 40 (del siglo pasado) y no sentarnos como sociedad, crear un nuevo espacio de debate y crear la Constitución que necesitan los cubanos de hoy e incluso del mañana?", cuestionó el abogado.
"Las constituciones no se hacen para que tengan una vigencia de un año o dos años, como puede tenerla una ley. Las constituciones se hacen para que perduren en el tiempo y tienen que tener una vocación de futuro y un adelantamiento", aclaró.
"Ir a 1940 pudiera ser una solución, pero es una solución que va a quedar descontextualizada y muy pequeña para tantas demandas y tantas exigencias que necesitamos como cubanos", sostuvo González Jiménez.
En países donde los politicos no pueden utilizar ni los cuerpos policiales ni judiciales contra sus enemigos politicos, utilizan escuadrones de la la muerte que son cuerpos extrajudiciales para ejecutar a estos, en Cuba el sistema judicial, la policía y el ejército cumplen esas funciones, son los escuadrones de la muerte. Los opositores son victims de un sistema judicial totalmente amañado por los caracoquistas para desaparecerlos del mapa a menudo ni siquiera se les acusa de delitos políticos y se le inventan cargos comunes. Todos los cubanos saben eso y el regimen vitalicio de la familia Castro, no necesita enseñarle las bayonetas a los mulatos para que se estén tranquilos, La plantación Cuba es un lugar donde o te vas o te estas tranquilo.