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Desabastecimiento

Desaparece el arroz de las tarimas tras ser topado su precio minorista

'Los dirigentes castristas parece que no han aprendido la lección de no chocar dos veces con la misma piedra. Una vez más emplean la estrategia de topar los precios de algunos productos alimenticios'.

La Habana
Inicio de la campaña de frío del arroz en la Empresa Agroindustrial Fernando Echenique.
Inicio de la campaña de frío del arroz en la Empresa Agroindustrial Fernando Echenique. ACN

Los dirigentes castristas parece que no han aprendido la lección de no chocar dos veces con la misma piedra. Una vez más emplean la estrategia de topar los precios de algunos productos alimenticios, con el objetivo declarado de contener la galopante inflación que depreda el bolsillo de los consumidores. Y todo parece indicar que otra vez el resultado de semejante política se aleja de la meta prevista.

Se topan lo precios hoy, y ya mañana los productos se pierden de las tarimas de los establecimientos. Entonces la supuesta protección a los consumidores se desvanece. Tendrán que averiguar dónde venden los productos por la izquierda, en la bolsa negra (donde se manifiesta el precio del mercado que ha sido reprimido), y pagar un precio más elevado que el topado.

No siempre ocurre lo anterior por el afán de los comercializadores de mantener sus márgenes de ganancia, como generalmente opina el oficialismo. Sucede que muchas veces los productores les venden a los comercializadores a precios superiores a los topados a la población, y en esas condiciones, evidentemente, los comercializadores optan por no comprar los productos, y al final el mercado queda desabastecido.

A partir del pasado lunes 10 de marzo el Consejo de Ministros decidió topar los precios minoristas del arroz y los frijoles de producción nacional en todos los establecimientos estatales.  Alegándose que se trata de alimentos básicos en la mesa del cubano, y que sus precios no estaban al alcance del ciudadano promedio.

Dos días después del anuncio de dicha medida, en recorrido que efectuamos por el mercado agropecuario de la localidad habanera de Santiago de las Vegas, pudimos comprobar que no había arroz en las tarimas de ese establecimiento. Había pequeñas cantidades de frijol, mucho menos que lo habitual, al precio de venta topado por las autoridades.

Algunos consumidores con los que coincidimos mostraban su disgusto por la no existencia del arroz, y lamentaban tener que adquirirlo en las MIPYMES, donde siempre se ha ofertado a un precio superior a los que regían en los agromercados.

Así las cosas, y plenamente conscientes de los desajustes que iba a producir el tope de precios, los jerarcas del poder emitieron en el periódico Juventud Rebelde (edición del 11 de marzo) un llamamiento dirigido a los gobiernos locales para que se intensifiquen los controles con vistas a que se cumpla con la imposición de esos precios topados. Se especifica que se deben combatir los desvíos, los acaparamientos y los ocultamientos de los productos con los precios topados.  

Lo más alarmante del referido llamamiento es que no solo se toma en cuenta la labor de los inspectores de precios, sino que además se conmina a la población a que denuncie los casos de establecimientos en que se viole lo establecido en materia de precios. Asistimos a un nuevo capítulo de la estrategia gubernamental de echar a pelear a unos ciudadanos contra otros, con el consiguiente ambiente de inseguridad que ello provoca en todos los actores productivos y comercializadores.

Pero si no bastara con todo lo anterior, se anunció en la reciente asamblea de balance del trabajo del Ministerio el Comercio Interior (MINCIN) que para este 2025 se piensa en la posibilidad de regular precios (toparlos) para algunos artículos de alta demanda. El castrismo, incapaz de dirigir la economía con métodos económicos como los aumentos de las producciones y la estimulación de competencia entre todos los actores productivos, acude a los métodos coactivos o administrativos, como el tope de los precios.

Alguien dijo una vez que "la fuerza era el derecho de las bestias". ¿Podría aplicarse esa máxima a la realidad cubana de hoy?

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