Por sexto año consecutivo, Cuba descendió en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), que elabora cada año la ONG Transparencia Internacional, y fue publicado este martes.
En el ranking mundial presentado hoy, correspondiente a 2024, Cuba obtuvo 41 puntos de 100 posibles, donde cero significa altamente corrupto y 100 significa muy limpio. Así, la Isla obtuvo un punto menos que en 2023 y reafirma su tendencia de acercarse cada vez más al cero, pues desde 2019, cuando el país recibió 48 puntos, ha tenido puntuaciones cada vez más bajas. En 2020, fue de 47 puntos, en 2021 (46) y en 2022 (45), hasta llegar a los 41 actuales.
Transparencia Internacional destacó que "la falta de avances y la aplicación deficiente de las normativas anticorrupción siguen siendo problemas persistentes. En algunos países, los gobiernos han debilitado o politizado los mecanismos de lucha contra la corrupción, afectando el estado de derecho". Entre ellos, Cuba.
El IPC es el ranking global de corrupción más utilizado en el mundo desde su creación, en 1995. Mide el grado de corrupción percibida por expertos y empresarios en el sector público de cada país. Algunas de las variables para determinar el índice son los niveles de soborno, desvío de fondos públicos, funcionarios que utilizan su cargo público para obtener beneficios privados sin afrontar consecuencias, excesiva burocracia en el sector público que puede aumentar las oportunidades de corrupción y nombramientos nepotistas en la función pública.
Así como la capacidad de los gobiernos para contener la corrupción en el sector público, la captura del Estado por intereses creados y estrechos y el acceso a la información sobre asuntos públicos/actividades gubernamentales. Para cada uno de estos aspectos, existen pruebas, varias de ellas publicadas por este diario, que evidencian hasta qué punto el régimen cubano y su casta económica dirigida por GAESA es un entramado profundamente corrupto.
Asimismo, varios de los aliados del régimen de La Habana estuvieron entre los países que más descendieron, toda vez que Bielorrusia obtuvo 33 puntos, Irán 23, Rusia 22, México 16, Nicaragua 14 y Venezuela unos preocupantes diez puntos, que reflejan el alto nivel de corrupción en el seno del chavismo. En los casos de Irán, Rusia, México, Irán, Venezuela y Cuba obtuvieron en 2024 sus puntuaciones más bajas desde que comenzó a elaborarse el IPC, hace 30 años.
En 2024, por séptimo año consecutivo, Dinamarca obtuvo la puntuación más elevada en el índice (90) e inmediatamente le siguen Finlandia (88) y Singapur (84). Por otro lado, los países con las puntuaciones más bajas atraviesan, en su mayoría, situaciones de fragilidad y conflicto, como Sudán del Sur, Somalia, Haití, Venezuela, Siria, Libia, Eritrea, Yemen y Guinea Ecuatorial.
Sobre este tema, y poniendo el énfasis en el caso cubano, la historiadora Ivette García González, en un texto publicado por este diario en 2024, suscribió: "En Cuba se agrava la corrupción mientras se recrudecen la pobreza y la desigualdad, se desmontan políticas públicas de beneficio social, se acentúa el declive democrático, la represión y las violaciones de derechos humanos".
"Hoy en Cuba la corrupción prolifera donde quiera que hay recursos y cuotas de poder emanadas de prohibiciones y carencias crónicas, que favorecen el tráfico de influencias, de dinero, el nepotismo, etc. Dan cuenta de ello empresas 'estatales', familias extendidas de la elite política, mafias locales emergentes, instituciones y fuerzas militares y el funcionariado en diversos niveles", agregó.
Asimismo, García González enfatizó que "pasa como en otras experiencias del 'socialismo real': la sociedad está enferma, todo cuanto se toca o intenta reformar, desvela metástasis del cáncer. No hay chance: corrupción, derechos humanos y democracia confirman la urgencia de transformar y edificar un nuevo proyecto de país".
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