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Clima

Artemisa: la pesadilla comienza ahora

'Vamos a ver cómo sobrevivimos. La comida ya se nos echó a perder. Además del apagón, no hay agua, ni balita de gas para cocinar', lamenta una anciana de 80 años.

Artemisa
Destrozos del huracán Rafael en Artemisa.
Destrozos del huracán Rafael en Artemisa. Diario de Cuba

Cuatro días después del paso del huracán Rafael por Artemisa, los residentes en esa ciudad, cabecera de la provincia del mismo nombre, enfrentan el huracán silencioso de la sobrevivencia cotidiana en medio de mayores penurias que contrastan con las consignas triunfalistas.

Rafael dejo filas de postes de electricidad caídos. Cerca del entronque de Artemisa con la autopista nacional, la fuerza de los vientos tumbó también las torres de transmisión eléctrica de 220.000 y 110.000 voltios y las convirtió en amasijos de hierros. Según testimonios de vecinos, la provincia sigue sin electricidad, al igual que buena parte de Pinar del Río.

Además de en esas provincias, en Mayabeque y La Habana también hay amplios sectores sin corriente. Buena parte de los cuatro territorios está también sin suministro de agua.

Entre los más visibles daños en Artemisa están los de la fábrica de baldosas, donde casi todas las instalaciones perdieron el techo. El estadio de pelota Mártires del 26 de Julio sufrió grandes afectaciones, con la pérdida de la cubierta de las gradas y el espectacular desplome de una de sus torres de iluminación. Las principales avenidas de la ciudad eran el fin de semana un hervidero de soldados y trabajadores locales, movilizados para limpiar las vías de circulación de escombros y restos de árboles caídos.

En la iglesia cristiana Cristo Reina un grupo de mujeres trabajaba en clasificar y empacar ropas y vituallas para donaciones.

"Esto fue terrible, yo nunca había visto cosa igual, toda la fuerza de los vientos se descargó sobre Artemisa", dijo Reina, una de las integrantes de la comunidad. "Yo pensé que no iba a quedar nada de Artemisa, pero gracias al poder divino no pasó nada grave. No hubo muertos ni heridos, nuestro templo quedó intacto y ahora estamos trabajando para socorrer a los damnificados. Muchas casas fueron afectadas sobre todo los techos de tejas y planchas porque a las casas de mampostería no les pasó casi nada".

Ana Márquez Crespo, de 80 años de edad, vecina del reparto Toledo, perdió el techo de la sala de su casa y la cocina. "Vivo con mi nieto y fuimos a pasar el ciclón a casa de mis vecinos, que es segura, de placa y paredes de mampostería. Yo sabía que la casa estaba mala y no iba a aguantar la furia de los vientos. Cuando el ciclón empezó a batir, yo me puse a rezar con mucho miedo, y ya al oscurecer escuché tremendo estruendo y supe que había perdido el techo de la casa".

"Doy gracias a Dios porque mi familia está bien. Ahora vamos a ver cómo sobrevivimos. Yo padezco de la presión y estoy muy mal. El día lo paso más o menos, pero cuando cae la noche son insoportables la oscuridad y los mosquitos. La comida ya se nos echó a perder. Además del apagón, no hay agua, ni balita de gas para cocinar. Yo vivo por la ayuda de mi familia y de los vecinos, si no, hace rato que estuviera unida a mis difuntos", dijo Márquez Crespo.

"Aquí fue duro el ciclón. Por allá atrás se fueron algunos techos de casas", apuntó por su parte Roberto Acevedo a la salida de la ciudad, en el crucero de la línea y el canal. "La vía ferroviaria a Pinar del Río está interrumpida por la caída de los árboles. Yo pensé que en este crucero, donde a principios del pasado siglo hubo un gran accidente de trenes, se iba a repetir la desgracia, y que el canal se iba a desbordar y a llevarnos, pero el canal no se botó", añadió.

"Ahora lMal augurio de Díaz-Canel para la electricidad en Artemisa tras el paso de Rafael: el tema es 'complejo', que no sabemos hasta cuándo será. Ya desde antes del paso del ciclón los apagones aquí eran terribles. Yo soy jubilado y lo único que está abierto para comprar alimentos son las MIPYMES con plantas eléctricas, pero con mi chequera no puedo comprar ni medio cartón de huevos. No sé qué será de mí", lamentó.

Al oscurecer nos apresuramos a salir de Artemisa. Allí, la pesadilla comienza ahora.

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