La democratización de Cuba, como parte de una proceso transicional y enmarcada en el contexto de autoritarismo que crece en América Latina, así como los pasos en tal sentido de la sociedad civil de la Isla, fueron algunos de los temas abordados por especialistas, y desde varios puntos de vista, durante el "Foro DDC: Para la Cuba de Mañana", celebrado en Madrid en el seno del Congreso Latinoamericano de Periodismo de Investigación (2024).
Pero para hablar de cambios en la Isla es imprescindible la reflexión del activista Omar López Montenegro: "Se habla mucho de la Cuba imposible, no se puede hacer esto, no se puede hacer aquello, pero, qué es posible en Cuba hoy".
"La sociedad civil cubana existe en oposición al Estado, a diferencia de lo que sucede en muchos países democráticos. En el contexto cubano, las diferencias semánticas no importan mucho, hay una dictadura, y la principal agenda de la sociedad civil debe ser cambiarla", agregó.
En tal sentido, el politólogo Juan Antonio Blanco, presidente de Cuba Siglo XXI, subrayó que "lo único que resolvería el problema cubano es un cambio de régimen. Sería una pérdida de tiempo negociar con la apariencia del poder, negociar con Díaz-Canel sería una bufonada".
Para promover una transición, urge "preguntarnos cómo negociar y con quién", alertó Blanco y dijo: "Lo primero que debemos saber es quién o quiénes detentan el poder en Cuba. Quién manda y quién gobierna. Diaz-Canel no manda, Díaz-Canel gobierna y lo hace bastante mal".
Es por ello que, para forzar dicho camino, "lo que más se necesita en Cuba ahora es obtener victorias, por pequeñas que puedan parecer, y crear espacios de diálogo en los que confluyan todas las entidades alternativas es uno de los roles fundamentales de la sociedad civil", destacó López Montenegro.
Para el analista político Aimel Ríos, de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), "el renacer democrático de la Isla se convertiría en una esperanza para América Latina".
Pero ese renacer, en la Cuba de hoy, es solo una ensoñación, un camino necesario por el que tendrá que transitar la Isla más temprano que tarde. Para Blanco, "en la situación actual, el sistema no es reformable y no hay negociación posible con los actuales gobernantes, porque sería negociar con delincuentes". Además, dijo, de los estados totalitarios que existen en el mundo, como el de Rusia, por ejemplo, el sistema mafioso cubano es el único que no ha abandonado el totalitarismo en la economía y ese ha sido su gran talón de Aquiles, porque se debilita continuamente por su incapacidad de gobernar la sociedad".
"En estos momentos, en Cuba no hay derechos ni sociales ni políticos, pero tampoco ese nivel de vida medio que proveyó medianamente el viejo Estado comunista", agregó el politólogo. Por su parte, pensando en el escenario futuro que vale la pena proyectar, Ríos recalcó que la democratización en Cuba sería "un desafío enorme", que tendría un impacto trascendental en América Latina, sobre todo en Venezuela, y viceversa, "una Venezuela democrática tendría un gran impacto en Cuba".
Además, dijo, "una Venezuela democrática podría servir de soporte a la oposición de Cuba. Los destinos de ambos países están profundamente unidos". No obstante, Ríos matizó: "La situación política en América Latina y el Caribe está marcada por un profundo autoritarismo y este entorno crea un contexto difícil para la democratización de Cuba, lo que no significa que no existan vías".
La búsqueda de vías y la confluencia de opiniones para transitar por ellas fue uno de los objetivos del "Foro DDC: Para la Cuba de Mañana", en el que quedó expuesto, en palabras de Ríos, que "la democratización de Cuba reduciría la influencia en la región de regímenes como Rusia, Irán y China, y potenciaría la participación de EEUU y la Unión Europea".
Asimismo, "una apertura democrática en Cuba cambiaría la emigración en la región y aliviaría las tensiones que el volumen migratorio cubano genera en varios países del área", opinó.
Como conclusión al Foro, las palabras de Ríos: "Cuba puede avanzar hacia un futuro donde la libertad, la justicia y la prosperidad sean la norma y no la excepción", pero, a pesar de estar en el camino correcto, queda un largo trecho para hacerlo posible.
Todavía en sesión? Coño!! Ahora sí!!!
El mismo argumento lo utiliza el gobierno con una pequeña variación: sustituir 'apertura democrática' por 'eliminación del bloqueo'. La frase entonces es esta:
"Asimismo, "una eliminación del bloqueo a Cuba cambiaría la emigración en la región y aliviaría las tensiones que el volumen migratorio cubano genera en varios países del área".
Y algo de razón hay en esto. Fijense que después de la apertura de Obama lo que se vió fue un movimiento de los emigrados que comenzaron a comprar propiedades en Cuba, abrir negocios, etc.