'No queremos un castrismo que nos sea conveniente, queremos democracia'

La participación de la ciudadanía en el proceso de cambio de régimen en Cuba, los derechos humanos y la represión fueron algunos de los temas abordados por especialistas de diferentes áreas y varios puntos de vista en el "Foro DDC: Para la Cuba de Mañana", que se celebró el 24 de octubre en Madrid, como parte del Congreso Latinoamericano de Periodismo de Investigación (COLPIN).

En tal sentido, el especialista en análisis estadísticos Arístides Vara Horna, del proyecto estadístico CubaData, apuntó que "las protestas son de todos los colores y por eso es necesario establecer un sistema de diálogo y ponernos de acuerdo en una agenda mutua". Por ello, dijo, "es cada vez más necesario tener estadísticas libres de censura, con los testimonios de miles de personas a lo largo de la Isla que tienen la voluntad de decir lo que sienten, lo que piensan, pero tienen miedo de ser encarcelados o maniatados".

"En el año 2022 se elevó entre los cubanos la percepción de un Gobierno agresivo, violento, pero según las encuestas que CubaData realiza mes tras mes, en 2023 y 2024, esa percepción se estancó, al igual que la intención de protestas civiles. Igualmente, la legitimidad del Gobierno, la satisfacción y confianza de la ciudadanía ha ido decreciendo de forma sostenida", agregó.

Vara Horna dijo, asimismo que "a pesar de que muchos tienen miedo, encuentran formas alternativas de protestar y participar. Además, la gradual pérdida del miedo, no solo estimula la participación, también aumenta la coordinación". No obstante, el director de Estrategias del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), Yaxys Cires, destacó que "hay una disminución de los espacios de participación y el Estado ha enfilado toda su maquinaria a reducirlos".

"Hay un vaciamiento de la oposición por parte del régimen al forzar a numerosos activistas salir del país como única forma de evitar la prisión. Esto supone un problema práctico, al descapitalizar la oposición", dijo Cires.

Así, el especialista estadístico afirmó que "la resiliencia es la característica más continuada en Cuba, los cubanos han aprendido a adaptarse a las circunstancias". En tal sentido, Cires recalcó que "hay principios en la lucha democrática, pero no podemos llevarlos a los problemas del día a día, y hay que ver qué vamos haciendo para que ese escenario llegue. Hay que ser flexible en los hitos tácticos para lograr los objetivos y abandonar las posiciones maximalistas, pero ser firmes en los principios".

Por su parte, Laritza Diversent, abogada del grupo de asesoría legal y derechos humanos Cubalex, destacó que "no se puede buscar democracia teniendo como base la impunidad. El derecho a la verdad es fundamental". "Si queremos ser una sociedad exitosa, debemos entender que lo que tenemos ahora no puede repetirse, y para ello habría que depurar las instituciones y llevar adelante un proceso de transición", agregó, a tono con la idea central de la ponencia del periodista de DIARIO DE CUBA Boris González Arenas: "La mejor transición en Cuba sería a través de la vía electoral. No queremos muertos. Vamos a crear un país en el que no se violen los derechos humanos".

A tenor con estos planteamientos, durante su intervención Cires enfatizó que "la lucha por un plebiscito pudiera ser una bandera para la oposición, la sociedad civil y el pueblo cubano", pero "el ejercicio del derecho está enmarcado en la defensa del modelo castrista y está encaminado a restringir la participación de la ciudadanía. El derecho es un instrumento de dominación en Cuba", dijo el exjuez cubano y abogado de DIARIO DE CUBA Edel González Jiménez.

"Conforme a las leyes actuales, no puede pensarse en ninguna transformación de fondo en Cuba. Por la vía legal están cerrados todos los caminos, de ahí que sea imprescindible el poder constituyente, que es el que radica en el pueblo. Urge cambiar fundamentalmente los artículos 4, 5 y 129 de la Constitución, que son los que impiden, legalmente, desarrollar un sistema democrático en Cuba", agregó González Jiménez.

No obstante, González Arenas puntualizó que "los referentes para la transición los tenemos en Cuba, en 1902, cuando los mambises y los proespañoles se unieron para crear una república. Y la mayor esperanza es que los cubanos sepamos vivir la transición. No queremos un castrismo que nos sea conveniente, queremos democracia".

La crisis que vive Cuba es dimensional, y queda expuesta en el resquebrajamiento integral de la sociedad, con particular énfasis en los sectores más vulnerables, en el alza del índice de pobreza, en el aumento de la represión y la ausencia de oportunidades de participación política. Es por ello que, como conclusión a su ponencia, Diversent dijo: "Mientras no exista libertad de expresión ni libertad de asociación no puede hablarse de transición en Cuba".

Pero, además de las libertades fundamentales para la democratización de Cuba, es también necesario un proceso de diálogo, al que se refirió González Arenas y emocionó al auditorio al subrayar que están los exiliados con sus dolores y los que viven en Cuba con los suyos, y es entonces primordial, para pensar en cualquier transición posible, que dichos dolores se entiendan y el diálogo pueda llegar a ser, algún día, un camino posible a la transición.