Back to top
Medioambiente

Los cubanos llevan años respirando gases venenosos y el Gobierno no hace nada

El diario oficial 'Granma' lo achaca a 'errores de planificación territorial', pero evita mencionar cómo las decisiones políticas empeoran la situación.

Madrid
Quema de basura en el basurero de 100 y 114, en Marianao, La Habana.
Quema de basura en el basurero de 100 y 114, en Marianao, La Habana. Naturaleza secreta / Facebook

Gases potencialmente dañinos para la salud, como el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de azufre (SO2) y el monóxido de carbono (CO) son los de mayor presencia entre las emisiones de fuentes fijas contaminantes de las principales ciudades de Cuba, reconoció el diario oficial Granma.

En entrevista con Rosemary López Lee, investigadora titular y jefa del Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera (CECONT), del Instituto de Meteorología de la Isla, la funcionaria reconoció que esos tres peligrosos contaminantes están "asociados a la quema de combustibles fósiles".

López Lee indicó además que resaltan entre los gases venenosos detectados en el monitoreo del aire a nivel nacional "las emisiones de material particulado PM 10 y PM 2,5, y los compuestos orgánicos volátiles diferentes del metano".

La funcionaria precisó que, según las investigaciones realizadas a lo largo de los años en la Isla, las ciudades con los peores niveles de calidad del aire son Mariel, Nuevitas, Moa, La Habana, Santiago de Cuba, Cienfuegos y Matanzas.

"Le siguen, con el rango de malo, Santa Lucía, Santa Clara, Camagüey, Holguín y Nicaro, mientras clasifican como deficiente en Pinar del Río, Artemisa, San José de las Lajas, Cárdenas, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Las Tunas, Bayamo y Guantánamo", señaló López Lee.

Ese inventario coincide en algo que Granma no menciona: en los territorios más contaminados hay industrias de minería (Moa en especial) y, sobre todo, termoeléctricas que suelen quemar petróleo producido en la Isla, cuya alta concentración de azufre y otras sustancias dañinas es de sobra conocida.

Un viejo problema que el Gobierno empeora

No es primera vez que Granma se refiera el problema. En 2022, en un artículo similar, la propia López Lee describió un panorama casi idéntico. También en esa ocasión las causas de la contaminación fueron achacadas a "los errores de planificación territorial en cuanto a la ubicación de los asentamientos urbanos e instalaciones fabriles; el uso de tecnologías obsoletas, sobre todo en la industria y el transporte, junto a la carencia de sistemas de tratamiento eficientes y la reducida disposición de normas técnicas regulatorias".

Pero desde entonces no solo no ha disminuido la ya de por sí grave situación ambiental antes descrita. A partir de 2019, de hecho, empeoró, si bien las autoridades y medios oficiales de la Isla no lo han mencionado. En ese año, La Habana contrató a la empresa turca Karadeniz Holding patanas de generación de energía cuyo potencial contaminante es bien conocido, al punto de provocar conflictos políticos en países vecinos, como República Dominicana.

Pese a tales antecedentes, las cinco de esas plataformas generadoras de energía eléctrica a partir de fuel oil que hoy operan en la Isla están en tres de los puntos de mayor contaminación mencionados por Granma: Mariel, Santiago de Cuba y La Habana.  

En el propio 2022 se produjo en Matanzas, otra de las ciudades de mayor contaminación del aire en Cuba, el desastre ambiental de origen industrial más destructivo de la historia en la Isla: el incendio en la terminal de supertanqueros aledaña a la Termoeléctrica Antonio Guiteras. Allí miles de barriles de combustible ardieron durante más de una semana.

A propósito de ese suceso, el médico cubano Miguel Ángel Ruano Sánchez advirtió que lo ocurrido era "un verdadero desastre ambiental de alta proporción y gravedad", al tiempo que alertó que las tibias advertencias del Ministerio de Salud Pública sobre la situación eran "el colmo de la desinformación".

El profesional, miembro del independiente Gremio Médico Cubano Libre, señaló que "la inhalación de material particulado generado por los hidrocarburos en combustión puede producir derrame pleural (líquido alrededor de los pulmones), neumotórax (pulmón colapsado), e infecciones bacterianas secundarias".

"La intoxicación por humo de alta toxicidad a partir de las sustancias que ya están en el aire desde hace días es material particulado o PM 2,5, por su diámetro de incluso menos de 2,5 micrómetros, un diezmilésimo de pulgadas (inferior al grosor de un cabello humano)", señaló.

Y especificó: "Las partículas entran en los ojos y los pulmones, generando bronquitis y neumonía, inflamación (hinchazón) y sangrado. PM significa material particulado (también llamado contaminación por partículas), el término para una mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas que se encuentran en el aire", aclaró.

Ruano Sánchez indicó que los efectos sobre la salud de tales contaminantes son la "muerte prematura en personas con enfermedades cardíacas o pulmonares; infartos de miocardio; latidos irregulares; asma agravada; función pulmonar reducida", así como "síntomas respiratorios aumentados, como irritación en las vías respiratorias, tos o dificultad para respirar", entre otros.

"Las partículas menores a diez micrómetros de diámetro por combustión de hidrocarburos suponen los mayores problemas, debido a que pueden llegar a la profundidad de los pulmones, y algunas hasta pueden alcanzar el torrente sanguíneo", finalizó.

En esa ocasión, Granma reconoció que hubo lluvias ácidas en la zona occidental de Cuba producto de la tupida nube de contaminación que cubrió más de 100 kilómetros entre Matanzas y La Habana y afectó territorios colindantes.

Granma evitó mencionar, como ahora, que esos compuestos químicos son potencialmente mortales y no precisó qué peligro correrían los depósitos y cauces de agua, el manto freático, los cultivos y animales afectados por esa lluvia.

En cambio, el periódico del Partido Comunista se limitó a reiterar que "no existe incremento de las enfermedades respiratorias en el occidente del país como resultado de las emisiones de gases", según el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, puesto que "las mayores concentraciones están entre los cuatro y seis kilómetros de altura y son menos significativas sobre la superficie".

¿Soluciones o justificaciones?

López Lee dijo en sus recientes declaraciones a Granma que "si bien el país llegó a disponer de una red urbana destinada al control de la calidad de aire, que funcionó con efectividad hasta finales de la década de los 80 del pasado siglo (prácticamente colapsó con el 'Periodo especial'), en la actualidad, y bajo la dirección del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), se dan pasos para rediseñar y revitalizar, a corto y mediano plazo, el sistema nacional de monitoreo ambiental, y dentro de él, al Sistema Nacional de Vigilancia de la Contaminación Atmosférica (Sinvca)".

Sin mencionar plazos ni cómo el rescate de ese sistema podría ayudar a resolver el problema, la funcionaria señaló que ello requiere de "la adquisición de equipos y tecnologías más eficaces, enfocadas en medir con la mayor certeza las emisiones de los principales contaminantes, el mejoramiento de los modelos de transporte y dispersión de esos compuestos, junto con la adopción de medidas de mitigación".

Añadió que, además del monitoreo de la calidad del aire, "urge priorizar, mediante la aplicación de soluciones integrales, el tratamiento de las emisiones industriales en los planes de la economía, fortalecer las investigaciones interdisciplinarias, y disponer de un decreto–ley específico sobre protección de la atmósfera".

Un asunto conocido y descrito

No hay que referir investigaciones internacionales para ilustrar la magnitud del problema. Existen en Cuba estudios que durante los últimos años han analizado y alertado de la situación.

Por solo citar tres textos científicos, publicados en inglés en importantes revistas especializadas internacionales, el estudio de cinco autores cubanos titulado "Valoración de los impactos en la salud de las emisiones de las centrales eléctricas cubanas que utilizan combustibles fósiles con alto contenido de azufre", aparecido en 2007 en Atmospheric Environment, señala: "Se ha demostrado que la generación de electricidad con combustibles fósiles es una fuente principal de contaminación atmosférica. La mayor parte de estos combustibles fósiles son fuel oil, con alto contenido de azufre, en torno al 3,5%, y crudo doméstico, con mayor contenido de azufre que el fuel oil, entre un 5% y un 7%".

En 2014, el International Journal of Atmospheric Sciences dio a conocer el estudio "Componentes químicos y físicos de la lluvia en Cuba: efectos en la calidad del aire". Firmado por tres autores cubanos, entre ellos la propia López Lee, advertía: "Los altos niveles de depósito ácido, principalmente de sulfatos en diferentes lugares similares a los que han aparecido en impactos ambientales adversos en áreas de América del Norte, sugieren que las emisiones antropogénicas de SO2, a través del uso de combustibles fósiles con un contenido de azufre de 4 a 7%, constituyen el principal problema para la calidad del aire en Cuba".

El estudio agrega: "A nivel nacional, las fuentes antropogénicas más probables son la quema de combustibles fósiles en las centrales eléctricas, la industria del níquel, las fábricas de cemento y la quema de biomasa en los cañaverales".

En 2021, un estudio de expertos de Cienfuegos y Villa Clara, con la cooperación de la Universidad de Navarra, en España, confirmó que las tres fuentes principales de contaminación en Cuba son "el tráfico rodado, las emisiones industriales y la combustión de petróleo".

De acuerdo con el texto, escrito por nueve investigadores, y publicado por la revista Ecological Indicators, "la variabilidad espacial fue particularmente útil para identificar algunas de estas fuentes, incluidas las emisiones de la combustión de diésel y fuel oil en las centrales eléctricas, la quema de biomasa y las industrias metalúrgicas. Los resultados también mostraron que V (vanadio) y Ni (Níquel) estaban fuertemente asociados con la combustión del petróleo".

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica puede estar relacionada con el 25% de todas las muertes por cardiopatía isquémica y el 24% de los fallecimientos por accidentes cerebrovasculares.

Pero en Cuba los culpables no se dan por aludidos. Porque a la contaminación del aire puede sumársele la incineración de basura, los vertimientos en ríos y costas, más la acumulación de desechos en las ciudades, ya sea aguas albañales o basura que las autoridades no son capaces de recoger durante días. El responsable de todos es el mismo.

Más información

4 comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.

Puro bla,bla,bla de los verdeolivos.Cuando al " Cenizas"le dió el furor de los terraplenes,una bióloga marina esposa de un gran amigo mío le escribio al Consejo de Estado explicando su incidencia en la fauna marina costera.Vinieron compañeros del DSE a darle advertencia.Publicó algo en una revista española ecológica y dos semanas después mientras manejaba su auto fue embestida por un camión que se dió a la fuga según testigos.Cuando del billete de los generales de trata ya saben....

¡Pero qué desconsiderados son estos periodistas de DDC!

Tengan en cuenta que los pobres políticos y militares cubanos no tienen agua y jabón suficientes como para sanear tanto grajo.

Los casos de contaminación ambiental en Cuba superan los mencionados. En la finca San Lorenzo cercana a Sagua la Grande y en área aledaña a la planta de cloro, se encuentran mal enterradas casi 1000 toneladas de mercurio metálico procedentes de la planta de cloro que fue desactivada unos 4 años atrás. Este mercurio es lixiviado al agua subterránea de la zona. Esto en adición a todo el mercurio vertido al río Sagua durante mas de 20 años de operación de la Planta. Mas detalle en el libro: "El camino de un ingeniero químico" por Alberto González, un servidor. Gracias.

Profile picture for user JCAleman

Es un campo de concentracion aun mas insalubre y toxico que los de Weyler, y no menos represivo, y aunque los condenados tienen la impresion de que pueden caminar libremente por sus predios, en realidad estan atrapados entre basureros, contaminacion, mosquitos, epidemias, escasez, hambre y prohibiciones, pero de vez los secuentradores les permiten relajarse en una conga cederista o en una vigilia a un reguetonero delincuente convertido en heroe.