Un médico cubano advierte: 'La inhalación de material generado por hidrocarburos puede matar'

Estamos ante "un verdadero desastre ambiental de alta proporción y gravedad", advirtió el médico cubano Miguel Ángel Ruano Sánchez, en referencia a la enorme contaminación que desde el viernes está produciendo el incendio que afecta la Base de Supertanqueros de Matanzas y que hasta el momento sigue fuera de control.

De acuerdo con el profesional residente en Colombia y miembro del Gremio Médico Cubano Libre, las tibias advertencias del Ministerio de Salud Pública sobre la situación son "el colmo de la desinformación".

En una publicación en su muro de Facebook, Ruano advirtió que la recomendación de usar nasobuco que hacen las autoridades se produce "cuando saben que en Cuba todos los usan de tela, menos los jerarcas de la dictadura, y eso no sirve para nada".

El especialista advirtió que "la situación es grave", puesto que "la inhalación de material particulado generado por los hidrocarburos en combustión puede producirles: derrame pleural (líquido alrededor de los pulmones), neumotórax (pulmón colapsado), e infecciones bacterianas secundarias".

"La intoxicación por humo de alta toxicidad a partir de las sustancias que ya están en el aire desde hace tres días es material particulado o PM 2,5, por su diámetro de incluso menos de 2.5 micrómetros, un diezmilésimo de pulgadas (inferior al grosor de un cabello humano)".

Y especificó: "Las partículas entran en los ojos y los pulmones, generando bronquitis y neumonía, inflamación (hinchazón) y sangrado. PM significa material particulado (también llamado contaminación por partículas), el término para una mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas que se encuentran en el aire".

Indicó que los efectos sobre la salud de tales contaminantes son la "muerte prematura en personas con enfermedades cardíacas o pulmonares; infartos de miocardio; latidos irregulares; asma agravada; función pulmonar reducida", así como "síntomas respiratorios aumentados, como irritación en las vías respiratorias, tos o dificultad para respirar", entre otros.

Si bien las autoridades cubanas han dicho que por el momento no hay un incremento de enfermedades respiratorias en Matanzas y solo habrían evacuado los barrios colindantes con el lugar del incendio, Ruano sugirió: "Salir de las zonas más expuestas y la protección de vías respiratorias con equipos especiales es la única medida a tomar. El material particulado puede incluso atravesar tapabocas de tela o de otro material".

"El tapabocas N95 es la herramienta más adecuada y más disponible para proteger al organismo de la inhalación de contaminantes en el ambiente, debido a que atrapa el 95% de las micropartículas. Si hubiese, lo ideal sería el uso de máscaras con filtros mixtos para partículas, vapores orgánicos, asociados a un filtro P2-P3".

"Las partículas menores a diez micrómetros de diámetro por combustión de hidrocarburos suponen los mayores problemas, debido a que pueden llegar a la profundidad de los pulmones, y algunas hasta pueden alcanzar el torrente sanguíneo", finalizó.

Mientras Ruano lanza la advertencia, el diario oficial Granma reconoció que ya ha habido lluvias ácidas en la zona occidental de Cuba producto de la tupida nube de contaminación que cubre más de 100 kilómetros entre Matanzas y La Habana y afecta territorios colindantes.

Según el doctor en Ciencias Osvaldo Cuesta Santos, del Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera (CECONT), del Instituto de Meteorología, "el crudo nacional tiene un alto contenido de azufre, uno de los componentes que se eleva, convertido en dióxido de azufre, y reacciona con la humedad del aire, junto al óxido de nitrógeno, dando lugar a las lluvias ácidas".

De acuerdo con él, precipitaciones ocurridas el sábado "en lugares puntuales del norte de la región occidental, arrastró esos acidificantes, partículas de hollín y otros contaminantes hasta la superficie, de ahí que, al recoger el agua de lluvia, algunas personas observaran una tonalidad oscura dentro de los recipientes".

"Si bien en las áreas más cercanas al incendio se registran las mayores concentraciones de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono y de nitrógeno, partículas suspendidas y compuestos orgánicos volátiles, por el empuje de la columna de humo hacia el oeste, debido a los vientos de componente entre el este y el nordeste, esos indicadores también pueden elevarse en la parte norte de Mayabeque, La Habana e, incluso, Artemisa", agregó Cuesta Santos.

El texto de Granma evitó mencionar que esos compuestos químicos son potencialmente mortales y no precisó qué peligro correrían los depósitos y cauces de agua, el manto freático, los cultivos y animales afectados por esa lluvia.

Granma se limitó a reiterar que "no existe incremento de las enfermedades respiratorias en el occidente del país como resultado de las emisiones de gases", según el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, puesto que "las mayores concentraciones están entre los cuatro y seis kilómetros de altura y son menos significativas sobre la superficie".

La nota finalizó asegurando que "mientras dure la quema de combustible en la Base de Supertanqueros de Matanzas, y con ello la emisión hacia la atmósfera de la densa columna de humo generada por el siniestro, debemos esperar un incremento de las lluvias ácidas en aquellas zonas afectadas por la nube de contaminantes, donde ocurran precipitaciones".

Pero la emisora oficial Radio 26 de Matanzas indicó el lunes que el Instituto de Meteorología en el territorio tiene como "principal foco de atención la altura de la nube contaminante, que en estos momentos se encuentra aproximadamente de 2.000 a 2.200 pies de altura (aproximación hecha por nuestro especialista en Versalles), que equivalen a 600-670 metros de altura (menos de 1km), lo cual pudiera afectar de algún modo a la salud de la población".