Los pescadores particulares de Caibarién expusieron, en un intercambio reciente con funcionarios gubernamentales, sus numerosas "insatisfacciones con las normas que se les aplican a ellos sobre las tallas mínimas que difieren de las que se aplican en la pesca estatal. También sobre el sistema de comercialización se quejaron", informó la emisora local Radio Caibarién.
Al propio tiempo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) confirmó hoy, según el reporte de la agencia estatal Prensa Latina, que "Cuba comenzó a recibir equipamiento para indagaciones marinas, a fin de proteger la biodiversidad y asegurar la explotación pesquera sostenible de su plataforma suroriental".
En este contexto, los pescadores de Caibarién denunciaron las trabas que les pones algunas entidades comercializadoras estatales "para venderles artículos que son necesarios para las embarcaciones, como las baterías", agregó Radio Caibarién y expuso, citando a las insatisfacciones de los pescadores, la falta de artes de pesca en el territorio. Hace pocas semanas, la FAO anunció una gran donación a la Isla de dichos artes.
Sobre la prohibición de hacer pesca submarina en el territorio, el jefe de Industria Pesquera del Ministerio de la Industria Alimentaria, Yoandri Martínez Arrencia, justificó "que los motivos de la regulación de la pesca submarina están dados al carácter selectivo de esta modalidad y responden a la preservación de las especies, ya que en el ámbito marino los ejemplares de mayor talla son mayores potenciales reproductores".
Es precisamente dicho ministerio la entidad cubana que recibe el financiamiento y la asistencia técnica de la FAO para desarrollar la depauperada industria pesquera nacional, a través del proyecto Conpescas Guacanayabo, en el que también interviene el Fondo Mundial para el Medio Ambiente.
Con tal objetivo, la Isla recibe actualmente equipos de georeferenciación, posicionamiento y observación; medición de parámetros físicos-químicos y oceanográficos, así como herramientas de trabajo y medios de buceo, indicó la entidad de Naciones Unidas.
Otros aportes incluyen tecnologías informáticas y vehículos que facilitan la gestión de los procesos vinculados a la Empresa Pesquera Industrial de Santa Cruz del Sur en Camagüey, la Empresa Pesquera Industrial de Granma y la Unidad Empresarial de Base de Guayabal, perteneciente a la Empresa Pesquera de Las Tunas, precisó la representación en Cuba de la FAO.
En tal sentido, insistió la entidad, Conpescas Guacanayabo, con un monto de aproximadamente 1,3 millones de dólares, "contribuye a la conservación de la biodiversidad marina mediante el manejo de los recursos pesqueros de la plataforma suroriental en los municipios de Amancio Rodríguez, en la provincia de Las Tunas; Manzanillo, en Granma, y Santa Cruz del Sur, en Camagüey".
En octubre de 2023, el entonces ministro de la Industria Alimentaria, Manuel Sobrino Martínez, reconoció la debacle de la actividad pesquera en la Isla, al exponer que más de 60 barcos estaban fuera de servicio y que ese año, como efectivamente sucedió, se volvería a incumplir el plan de pesca.
A propósito de este desastre, el economista Pedro Monreal explicó que la inversión del régimen en la industria pesquera es ínfima, por lo cual "actualmente la pesca dista mucho de ser una fuente importante de proteína animal en Cuba".