¿Quieres comer pescado en el castrismo?

Atención, para entrar en materia, primero leamos estos anuncios publicitarios del régimen castrista que se encuentran en internet.

En el sitio web Osom Viajes se lee: "Las aguas cristalinas de esta isla caribeña están llamando desde la pesca en alta mar hasta la pesca con mosca (con una caña y un señuelo artificial llamado mosca) en extensas playas de agua salada y azul profundo de esta hermosa isla, donde disfrutar la aventura de pescar en Cuba. Un guía local y pescadores locales lo ayudarán a explorar las diversas aguas que albergan a más de 500 especies de criaturas marinas y peces de todo tipo, incluidos macabí, sábalo, permiso, róbalo y pargo en abundancia".

Y en Visitar Cuba puede leerse esto otro: "Lugares perfectos para la pesca hay infinidad de ellos en toda la isla, pero destacan entre los más importantes los siguientes: los Jardines de la Reina, Cienfuegos, Cayo Largo del Sur, la Ciénaga de Zapata, Cayo Romano y la península Guanahacabibes".

Pues bien, hace unos días el viceprimer ministro castrista Jorge Luis Tapia lanzó en la Asamblea Nacional este mensaje: ahora al cubano de a pie que se le antoje comer pescado tendrá que "inventarlo".

Porque eso fue lo que con otras palabras espetó Tapia, que en lo adelante los habitantes de una isla tropical con 5.746 kilómetros de costa rodeada de apetitosos peces (así lo afirma el régimen), solo podrán comer pescado si los crían ellos mismos en su casa, en estanques, bañaderas, o palanganas. ¿No?

Claro, a Jorge Luis Tapia se le "olvidó" explicar cómo la gente va a alimentar los peces, si ni las empresas estatales de la acuicultura tienen pienso, por lo cual se derrumbó la cría de peces en el país.

Días antes, la viceministra de la Industria Alimentaria, Mydalis Naranjo, ya había dicho por la TV nacional que "los mares que rodean a Cuba no tienen los peces suficientes para satisfacer el consumo de los cubanos".

¿En qué quedamos? ¿Quiénes mienten, la publicidad online de la dictadura, o la viceministra Naranjo y el ministro Tapia? Me temo que estos dos funcionarios se burlan de los cubanos, por órdenes de arriba, para no reconocer el apartheid  vigente en Cuba.

Es decir, para los despistados turistas extranjeros que siguen viajando a Cuba (para luego arrepentirse), las aguas que rodean la Isla proveen todo el pescado y los mariscos que ellos sean capaces de pagar con dólares, euros, libras esterlinas u otras monedas de verdad. Para los cubanos no enchufados a la mafia dictatorial esas mismas aguas no ofrecen ni un parguito enano. Pero que les pregunten a los familiares de los "pejes gordos" si ellos no comen pescado, colas de langostas y camarones al por mayor.

Pescados deliciosos solo para extranjeros, nada para cubanos

DIARIO DE CUBA mostró recientemente que en Cuba sí hay producción pesquera, y que solo a Canadá, China y España en 2022 el régimen exportó pescado y mariscos por valor de aproximadamente 66,4 millones de dólares. ¿Entonces, hay, o no hay peces en torno a Cuba? Lo que ocurre que es que la revolución proletaria reserva pescado para los "burgueses" que la visitan y los niega a "las masas trabajadoras".

A propósito del desastre de la pesca en Cuba el economista cubano Pedro Monreal hace unos días explicó que la inversión del régimen en la industria pesquera es ínfima, por lo cual "actualmente la pesca dista mucho de ser una fuente importante de proteína animal en Cuba”.

Y ahí está el detalle, o al menos uno de los más importantes. El pescado es particularmente útil para contrarrestar las carencias de micronutrientes en la dieta cotidiana, algo que ocurre endémicamente en la Isla. Los científicos consideran que hay desnutrición cuando en la dieta no hay un balance adecuado de proteínas, calorías, vitaminas, fibras, minerales, hierro, grasas, yodo, calcio y otros nutrientes.

El pescado aporta proteína. Por ejemplo, el bonito suministra 24,7 gramos de proteína por cada 100 gramos (55 gramos en media libra); el atún, 21,5 gramos; la anchoa, 21,5 gramos. Además, el pescado contiene vitaminas A y D, fósforo, magnesio, selenio, omega-3 y otros ácidos grasos beneficiosos para el sistema cardiovascular, así como aminoácidos esenciales, algo que los vegetales tienen muy poco.

Pero eso les importa un pito a los rollizos vividores de la cúpula oligárquica castrista. Tan poco les importa que según estadísticas oficiales la inversión en la pesca alcanzó en 2021 un ridículo 0,6% de la inversión total en el país. Menos de un dólar por cada 100 dólares invertidos, que en su mayoría fueron destinados a edificar hoteles para GAESA. Y de 30.000 toneladas capturadas en 2015, en 2021 la cifra no llegó a las 20.000 toneladas.

Agréguese a eso el desplome de las importaciones de pescado por falta de divisas y el no acceso a créditos internacionales por no pagar la deuda externa, y el desplome de la producción agrícola y pecuaria y de las importaciones de alimentos. Así se entiende mejor por qué los cubanos se acercan a una hambruna, fenómeno también conocido como crisis humanitaria.

Los isleños son grandes consumidores de pesado ¿y los cubanos?

Lo más irónico, y triste, es que obviamente los mayores consumidores de pescado son los habitantes de las islas, excepto precisamente los cubanos. De los diez países mayores consumidores, seis son islas, incluyendo a los campeones mundiales: Islandia, Maldivas, Kiribati y Hong Kong, con un consumo per cápita entre 70 y 90 kilogramos, o sea, entre 154 y 199 libras anuales. Esta última cifra corresponde a Islandia, líder global según la FAO.

En 2022 se capturaron mundialmente 184 millones de toneladas métricas de pescado, y el valor de las exportaciones fue de 178.100 millones de dólares, de acuerdo con el sitio Statista.

El sitio Noticias ONU, en tanto, destaca cómo está creciendo el consumo de pescado en el mundo, y estima que dentro de siete años, en 2030, la captura mundial ascenderá a 204 millones de toneladas anuales de pescado.

Ese propio sitio de la ONU afirma que la ingesta de pescado proporciona el 17% de las proteínas animales consumidas por la población mundial. A casi 3.200 millones de personas les aporta cerca del 20% de proteína animal. Unos 60 millones de personas trabajan en el sector pesquero, y el 12% de la población mundial depende de esa industria para su subsistencia.

Cuba era el país de Latinoamérica que más pescado consumía

Lo indignante aquí es que en 1958 Cuba era el país de América Latina con mayor consumo de pescado per cápita, y así lo muestran las estadísticas de la FAO. Pero llegó el comandante de Birán y mandó a parar, como dice la estrofa de la canción guatacona que le dedicó el comunista Carlos Puebla.

Tanto paró el Destructor en Jefe que hoy es al revés, los cubanos son los latinoamericanos (isleños de contra) que menos pescado comen, con un consumo per cápita que no supera las ocho libras mensuales, mientras el promedio mundial es de 45,2 libras (en 2021). En Latinoamérica el consumo es un poquito más bajo que el promedio mundial, pero en el Perú capitalista, por ejemplo, el per cápita supera las 55 libras de pescado anuales, ¡6,6 veces más! que en la Cuba socialista.

Otra cosa: es falso eso de un consumo cubano de unas ocho libras mensuales,  pues el consumidor de a pie ni se entera. Solo con una suerte loca de mercado negro, puede que coma un pedacito muy rara vez en todo el año.

Y el colmo es que ahora el cubano que quiere comer pescado tiene que criarlo él mismo en su casa, o en un estanque colectivo en el barrio, y sin comida que echarles. Lo cual sería estúpido, pues en el caso inaudito de poder criarlos, los peces serían robados de madrugada y vendidos a precio de oro en dólares en el mercado negro.

Estamos ante otro indiscutible "logro de la revolución socialista".