El funcionamiento de la lanchita de Regla, popular medio de transporte que atraviesa la bahía de La Habana para conectar los pueblos ultramarinos de Regla y Casablanca con el resto de la ciudad, es una incertidumbre constante con la que viven sus usuarios habituales, "debido a la inestabilidad que ha tenido la transportación de pasajeros", reconoció el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, en su cuenta de Facebook.
El ministro dijo, asimismo, que de las seis lanchas con que cuenta la flota, solo una está en funcionamiento, la 4to Congreso, "pero el Registro Cubano de Buques advierte que la embarcación próximamente deberá entrar en mantenimiento, por lo que debiera detenerse pronto. Su reparación no demoraría más de tres semanas", detalló, generando aún más incertidumbre sobre este servicio tan demandado.
"Cualquier suspensión, se anunciaría oportunamente, y solo sería en caso de tener disponibles otras embarcaciones de modo que el servicio no retroceda", acotó, pero debido al mal estado crónico de las lanchitas, el hecho de que una de ellas entre en funcionamiento para que la 4to Congreso pueda salir no parece algo posible a corto plazo.
Hasta hace pocos días eran dos las lanchitas que operaban las rutas entre el Muelle de Luz, en La Habana Vieja, y Regla y Casablanca, pero "la Giraldilla tuvo que parar porque se dañó el motor que tenía instalado", dijo Rodríguez Dávila. Sin embargo, ese motor fue instalado recientemente, luego de que el Ministerio del Transporte importara dos motores para las lanchitas, aún así, ya está fuera de circulación, previsiblemente por un mal trabajo realizado en el ensamblaje, a cargo de la Empresa de Astilleros del Grupo Empresarial de Transporte Marítimo-Portuario.
Además, de estas dos lanchas, la flota cuenta con otras cuatro embarcaciones, la Coubre, 300 aniversario, Baraguá y Mártires de Tarará, todas varadas debido a su mal estado.
En su publicación, Rodríguez Dávila detalló la situación actual de cada una de ellas. La Coubre está en proceso de reparación. "Ya se hizo la calibración del casco y salió bastante bien. Algunas zonas tenían socavaduras y bajo calibre, y ya se están renovando. Se trabaja también en la carpintería de la embarcación y ya fue realizada la limpieza en todos los compartimentos. Esta lancha lleva el otro motor nuevo importado. Se debe avanzar con la granalla. Esperamos que esté lista para el 15 de agosto", escribió.
"En el caso de la 300 Aniversario, el motor está fuera de servicio. El proveedor, la empresa mixta UNEVOL S.A., debe repararlo y nosotros asumir el costo de esa reparación, asunto en proceso", dijo. Además de esa reparación, la lancha necesitaría una revisión integral del casco, pintura y otro "par de arreglos" no precisados por el ministro, quien no puso fecha a la entrada en servicio de la embarcación, pero "se trabaja en todas las direcciones para tratar de que sea este año", acotó.
El alto funcionario gubernamental explicó, asimismo, que "las lanchas Baraguá y Mártires de Tarará son las que tienen peores condiciones técnicas. La primera tiene problemas en el casco y el motor. Se está valorando ponerle un motor eléctrico y paneles solares". En ninguno de los dos casos, dijo, "existe una fecha definitiva para su reparación".
El mensaje de Rodríguez Dávila concluyó con la promesa de que, "si todo avanza como está previsto, podremos ir incrementando gradualmente la cobertura y estabilidad de este servicio con el reinicio del curso escolar".
La situación de la lanchita de Regla refleja la de todo el transporte en la capital cubana. En un reportaje sobre la crisis del transporte en Cuba, publicado por DIARIO DE CUBA el 13 de mayo, el habanero Boris Estrada opinó: "Si apuestas por el transporte estatal, no llegarás jamás a ningún lugar, puedes estar en una parada entre dos y tres horas. Y cuando cae la noche es más probable que aparezca una alfombra mágica que una guagua".
La incompetencia del régimen es tal que ni reparar una lancha es posible. Denles esa ruta en arrendamiento a cualquier privado y verán si la arreglan o no en menos de un mes.
¿Pero es que no saben nadar?
Al tigre que puede importarle una raya más sea blanca o amarilla.
Vaya sorpresa; pero bueno, lo único que funciona en Cuba es pasar trabajo. Eso sí no falla.
¡Pero qué mierda de país!