Miembros del proyecto comunitario Aliento de Vida entregaron en zonas rurales de Santiago de Cuba donaciones de ropa y otros materiales de primera necesidad que escasean en la Isla, pero más en esos lugares aislados.
"A los que preguntan en Santiago de Cuba, en las lomas, en el monte, donde muchos no quieren ir, ahí está una representación de Aliento de Vida. Nuestro hermano Ander acá están llevando las donaciones de muchos de ustedes", informó en Facebook el coordinador del grupo Yankiel Fernández.
"Gracias a ese equipo maravilloso que, desde que supieron lo que estamos haciendo, no han dejado de enviar semanalmente ayuda, sobre todo en ropa, pero otras muchas cosas están en camino", añadió.
El grupo de Aliento de Vida en Santiago de Cuba entregó ropas, alimentos, culeros desechables y medicamentos.
"Gracias a los que, a pesar de todo, no nos dejan solos y siguen ayudándonos para seguir extendiéndonos", dijo Fernández, quien publicó imágenes de las entregas.
Más de 3.500 personas integran el grupo Aliento de Vida en Facebook. Allí, Fernández hace poco explicó que, además de un comedor que ofrece alimentos todas las semanas a ancianos, también tienen un proyecto de niños con parálisis cerebral infantil a quienes han ayudado también con aseo, alimentos, culeros y medicamentos.
El activista dijo que el proyecto cuenta también con un dispensario de medicamentos para ayudar a 500 personas mensualmente.
Las desigualdades y "situaciones de vulnerabilidad", el eufemismo que el Gobierno emplea para evitar hablar de pobreza, se han incrementado en Cuba, algo que han admitido las autoridades, pero no en su real dimensión.
En un análisis de una reciente reunión donde varios ministros cubanos hicieron alarde del trabajo que se realiza para "transformar" más de 1.200 comunidades que viven en la miseria, el economista Pedro Monreal apuntó que el Gobierno promueve "un enfoque limitado de pobreza como fenómeno de desencaje individual o grupal sin abordar factores estructurales e institucionales que causan pobreza".
"Los problemas sociales van en ascenso y ya no damos abasto", reconoció recientemente una trabajadora social al tratar la cara más extrema de la pobreza en Cuba: los "deambulantes", otro eufemismo para evitar hablar de mendicidad en la Isla.
Descubrir las montañas del oriente cubano a mis 12 años fue descubrir que los niños de mi edad no iban a la escuela porque tenían que cortar leña para cocinar y cargar agua del río para la casa porque no tenían pozo ni molino de viento para bombear, como mi familia del centro de la isla (claro, molino que tenían de antes del 59,porque aún hoy, con eso bombean su agua del pozo a los tanques, aunque sí tienen corriente en su casa), tampoco tenían electricidad hasta que se hicieron las ESBEC alrededor de ése sitio. Fue descubrir miseria a pesar de trabajar en los cafetales y sembrados de cacao del gobierno.Sólo piensen que si las ciudades cabeceras pasan trabajo, imaginen el campo profundo.
No es de risa, la miseria tiene la cara fea y el resto de Cuba no es La Habana. Bien por los hermanos que hacen algo por los que nada tienen.
Esa foto es de Haiti
Ya estamos peor que Haití.
Idealmente, ayudar a los ciudadanos, activando la comunidad en el proceso.