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Universidades

El régimen busca oxígeno para sus universidades a través de cooperación con Francia

Una amplia delegación, compuesta por 28 directivos de universidades cubanas, pretende 'estrechar los lazos académicos y científicos a ambos lados del Atlántico'.

París
Exposición de la delegación cubana en París.
Exposición de la delegación cubana en París. Prensa Latina

En medio de un contexto marcado por una profunda crisis económica y política, las universidades cubanas no están exentas de dicha realidad y, en tal sentido, se aferran a la cooperación internacional para garantizar su ya maltrecho funcionamiento. Para llevar a cabo lo que las autoridades llaman "internacionalización de la educación superior cubana", una amplia delegación de rectores y funcionarios de la Isla comenzaron hoy una visita a Francia para "consolidar la cooperación con instituciones francesas e identificar nuevas oportunidades", informó la agencia estatal Prensa Latina.

Según la directora de Relaciones Internacionales en el Ministerio de Educación Superior (MES), María Victoria Villavicencio, quien viajó al frente de una delegación compuesta por 28 directivos de universidades cubanas, la prioridad es "estrechar los lazos académicos y científicos a ambos lados del Atlántico".

"Nuestra participación aquí responde a un proyecto auspiciado por el Fondo de Solidaridad de Proyectos Innovadores, destinado al fortalecimiento de la estrategia de internacionalización de las universidades cubanas", dijo Villavicencio a Prensa Latina.

Los cubanos pretenden así "identificar oportunidades de colaboración con las principales instituciones de educación superior y ciencia de Francia", destacó la funcionaria y agregó: "Ya tuvimos en esta primera jornada intercambios con el Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS), el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) y el Ministerio de Enseñanza Superior e Investigación.

"Tenemos muchas expectativas por lo que significan estos encuentros para el desarrollo de los intercambios académicos y científicos, la consolidación de los vínculos de cooperación entre universidades y la posibilidad de identificar acciones futuras", subrayó Villavicencio.

Además, la delegación cubana tendrá numerosas actividades en Campus France, una agencia pública dependiente de la Cancillería y del Ministerio de Enseñanza Superior e Investigación, encargada de promover la cooperación en el sector y facilitar la movilidad internacional de estudiantes.

"Concebimos las relaciones de Cuba y Francia fortalecidas en el ámbito académico como soporte indispensable para la cooperación científica, cultural, deportiva y económica", valoró el embajador del régimen en París Otto Vaillant en una reunión entre la delegación cubana y representes del Gobierno y de universidades locales.

Vaillant, además, ponderó la firma de 87 convenios bilaterales desde el 2018 y la aprobación de seis proyectos del Fondo de Solidaridad de Proyectos Innovadores.

Mientras esto sucede, la presencia china y rusa en las universidades cubanas en cada vez más notoria, ya sea a través de becas o de proyectos de cooperación que tratan de enmascarar el potencial político de estos acuerdos y la estrategia de La Habana de acudir a sus aliados, además de a algunos países de la Unión Europea que mantienen su cercanía con el régimen, para intentar resarcir el descalabro de la educación superior cubana, en la que cada vez más estudiantes abandonan las aulas y, o bien se marchan del país o apuestan por alternativas más rentables en el depauperado panorama nacional.

Por otra parte, los directivos del MES insisten en el supuesto carácter inclusivo de las universidades cubanas. Dicen que las aulas están abiertas para todos, sin distinción por creencias religiosas, color de la piel, origen social, o cualquier otra particularidad, pero lo cierto es que más de una vez el gobernante Miguel Díaz-Canel ha insistido en que "las universidades en Cuba son para los revolucionarios".

En un artículo reciente para DIARIO DE CUBA, Orlando Freire Santana escribió: "Las universidades cubanas no son en nada inclusivas, sino más bien excluyentes. Los que se gradúen en sus aulas tienen que ser incondicionales del régimen, o simular esa condición. Y he ahí otra característica que a la postre debilita no solo a la educación superior, sino también a toda la sociedad: las universidades cubanas son, además de centros formadores de profesionales, fábricas de personas con doble moral, que en un momento dado, cuando pueden actuar con libertad, se apartan del comportamiento que de ellas se espera".  

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3 comentarios

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¿Educación superior, investigación e innovación para la sociedad?

¿Para qué tanta oratoria para decir simplemente "lavado de cerebro para exportar seres mononeuronales"?

A ver a quien pueden sablear.

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Ya no saben ni a quién darle el culo.