Empresarios y políticos de EEUU y Cuba se reúnen desde este lunes en La Habana en otra ronda de conversaciones para identificar potenciales negocios agrícolas, que contribuyan a la provisión de alimentos y la seguridad nutricional, en medio de una crisis generaliza en la sociedad cubana, marcada por la falta de alimentos, informó la agencia estatal Prensa Latina.
La delegación norteamericana es numerosa y está integrada por representantes de la rama agrícola de todo el país, mientras la contraparte cubana reúne desde directivos ministeriales hasta integrantes de micro, pequeñas y medianas empresas.
El ministro cubano del sector, Ydael Pérez Brito, resaltó que el 80% del área agrícola en Cuba es operada por formas de gestión no estatal, lo cual incluye más de 3.000 cooperativas. Los registros del Gobierno avalan, además, la existencia de unos 404.400 tenedores diferentes de tierra, organizados en más de 405.000 fincas. El hecho de resaltar estos datos, e intentar desvincular a los agricultores cubanos de la gestión estatal, sería una estrategia para evitar sanciones.
En opinión del congresista estadounidense Rick Crawford, mantener este tipo de encuentros de carácter regular, "constituye un progreso, aunque todavía no estamos donde quisiéramos". El legislador destacó el creciente apoyo dentro de EEUU a las iniciativas agrícolas en pro de regularizar las relaciones económicas y comerciales con la Isla.
En tal sentido, alabó el trabajo de la Coalición Agrícola EEUU-Cuba ("Focus Cuba"), encabezada por Paul Johnson, en la búsqueda de alternativas para normalizar el intercambio. Al decir de Johnson, la coalición acumula diez años de labor ininterrumpida, "enfrentando múltiples desafíos, y este nuevo encuentro en La Habana debe servir para concretar proyectos", dijo.
Johnson sostuvo, asimismo, que "el objetivo de esta conferencia, para mí y para todos los demás, es escuchar, aprender y regresar con acciones concretas necesarias, ya sea un tratado comercial o el compromiso de continuar estos intercambios".
Además, el comisionado de Agricultura de Luisiana, Michel Strain, destacó las expectativas favorables en torno a los nexos bilaterales, al tiempo que Pérez Brito resaltó las prioridades de la política de Estado en materia de seguridad alimentaria, así como los daños inherentes al embargo. Esta sería la razón, insistió el ministro, para justificar el resquebrajamiento integral de la agricultura y la ganadería cubanas.
Crawford subrayó, además, que "no importa si usted vive en Cuba o en EEUU, o cualquier otra parte del mundo: la seguridad alimentaria es parte de la seguridad nacional para cualquier país. Y una nación que no asegure o no tenga una seguridad alimentaria va a enfrentar problemas". Precisamente, varios de los problemas más profundos de los tantos que vive la Isla están relacionados con la ausencia de seguridad alimentaria.
Crawford concluyó que "tenemos que continuar nuestro diálogo para llegar a donde queremos llegar lo más rápido posible, de modo que podamos enfrentar los problemas de la seguridad alimentaria, no solamente en Cuba y EEUU, sino en todas partes donde la gente sufre por falta de nutrición".
Las autoridades cubanas admitieron que el 2023 fue desastroso para la agricultura nacional. Resultados que cambien el panorama no es algo que los cubanos puedan esperar a corto o mediano plazo, luego de que Pérez Brito, reconociera "cuán lejos de resolver esas y otras tareas está el organismo".
En tal sentido, la Liga de Campesinos Independientes de Cuba ha alertado que los apagones están provocando serias afectaciones en la producción agrícola, un hecho que se traduce en un mayor déficit de alimentos disponibles para la población.
En cuanto a las relaciones comerciales entre el régimen y EEUU, vale destacar que el 10 de mayo se cumplieron dos años desde que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de EEUU emitió la primera licencia que autorizó la inversión en una MIPYME en Cuba. Pero desde entonces la operación está aparcada, mientras La Habana sigue sin emitir las regulaciones para hacerla efectiva.
Así lo lamenta el Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, con sede en Nueva York, y que favorece los negocios de los empresarios estadounidenses en la Isla y el fin del embargo de Washington contra el régimen cubano. La organización, además, alerta de que "la licencia de la OFAC tiene un plazo de dos años y expira el 31 de mayo. Se ha solicitado la renovación".
Cuba podría exportar productos agrícolas de altísima calidad a Los Estados Unidos en cantidades industriales y estos vienen a ver qué venden. Estarán ciegos o se hacen.?
¿Pero es negocio invertir sin cobrar?