Luego de que hace dos años el huracán Ian afectara las viviendas del 50% de las familias de Pinar del Río, apenas el 59% de dichas afectaciones han sido resueltas por las autoridades, quienes, a pesar de insistir en que "nadie quedará desamparado", no hacen más que demostrar lo contrario.
Según informó Andrés Martín Carmona, director provincial de Vivienda en el territorio, al periódico oficialista Granma, son 59.860 los daños reparados, de las más de 102.200 afectaciones provocadas por el meteoro. El funcionario reconoció que "las cifras denotan una solución a los perjuicios de los damnificados que deja varias insatisfacciones".
Las autoridades locales culpan del atraso a la falta de organización, el incorrecto funcionamiento de los puestos de dirección municipales de la Vivienda, "con evidentes deficiencias en el trabajo de los técnicos, las plantillas incompletas", puntualizó Granma.
Otras de las causas son la escasez de recursos clave como el cemento y el acero, producidos solo a escala industrial, y la deficiente explotación de las capacidades locales para la fabricación de materiales para la construcción.
Uno de los municipios donde persisten más afectaciones sin resolver es San Juan y Martínez, donde, en septiembre de 2022, el huracán Ian dejó sin viviendas al 72 % de las familias. Jesús Nilo Soca Muñiz, coordinador de programas y objetivos del Gobierno Provincial, detalló que, al cierre del pasado 4 de marzo, se habían solucionado solo 4.825 de los 10.867 daños registrados en la localidad.
El viceintendente en funciones, a cargo de las construcciones en San Juan y Martínez, Juan Manuel Blanco Izquierdo, subrayó que los casos de derrumbes totales, y las 795 familias damnificadas que quedan pendientes de eventos anteriores, a las que el Gobierno lleva años relegando, "se insertan en el plan estatal de construcción de viviendas en el municipio, y se espera darles solución en un plazo de cinco años". Lo que significa que, una vez más, las familias afectadas, tendrán que seguir esperando.
Otras estrategias, detalló, "incluyen la cesión de uso de azoteas para edificar viviendas, pendiente de aprobación por la Dirección Municipal de Organización Territorial y Urbanismo".
El atraso y el abandono son evidentes y María Regalado Vivero, damnificada de la comunidad El Paradero, aseguró a Granma que no se perciben cambios en su localidad.
Otra de las afectadas, Felicia Cruz Herrera, mostró su desespero ante el periódico oficialista y, temerosa, se preguntó "qué sucederá una vez que inicien las lluvias".
Sobre esto, Ana Teresa Regalado Padrón, presidenta del consejo popular Hermanos Saíz, comentó que "se espera la entrada al municipio de nuevas mantas para, al menos, proteger las pertenencias de quienes lo perdieron todo".
"La lentitud condena la recuperación del fondo habitacional, así como la escasez de materiales de la construcción con sello local. De los impactos de la crisis económica actual, este es de los más sensibles, y necesitará siempre miradas nuevas y resolutivas", criticó Granma.
La falta de insumos para edificar viviendas contrasta con los recursos empleados por el Gobierno cubano en la construcción de hoteles para los turistas, pese a la baja ocupación. A la construcción de hoteles e instalaciones turísticas, el Gobierno cubano destinó un cuarto de los 41.616.003 millones de la inversión estatal en la primera mitad de 2023.
En una reciente reunión del primer ministro Manuel Marrero con los gobernadores provinciales y el intendente de la Isla de la Juventud, las autoridades gubernamentales informaron que, al cierre del primer trimestre de este año, todas las provincias incumplen sus planes de construcción de viviendas, y como una de las recomendaciones para revertir esa caótica situación hablaron de la "instrumentación de las microbrigadas sociales y estatales como principal fuerza constructora de viviendas".