El sacerdote Alberto Reyes, de la Arquidiócesis de Camagüey, denunció el asedio de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista contra la Iglesia Católica en Cuba durante un evento en Miami realizado esta semana, informó Martí Noticias.
"Es la oficina que en este momento presiona a los obispos cubanos cuando los sacerdotes y las religiosas alzamos la voz", dijo Reyes, invitado al panel "Fe bajo ataque", coordinado por la Organización de Alcance de Ayuda a las Américas (OAAA) en la Universidad Internacional de la Florida (FIU).
En el encuentro participaron otros líderes y activistas latinoamericanos para hablar de la situación de la iglesia y la libertad religiosa en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
"No es normal ese acoso continuo que ahora se ha radicalizado por la defensa de la Iglesia de la inocencia de los presos políticos. ¿Qué hacemos? Trabajamos. Enfrentarnos directamente a este sistema yo creo que nos llevaría o a la destrucción o al desánimo y eso no lo podemos permitir... Ignoramos sistemáticamente las presiones y las amenazas de la Oficina" del PCC, dijo Reyes.
"Nosotros vamos a luchar, necesitamos saber que no estamos solos. Necesitamos saber que alguien va a alzar la voz cuando a nosotros nos silencien. Necesitamos gente que rece por la conversión de nuestro pueblo, porque yo siempre he dicho que el mayor pecado, problema de Cuba, fue volverle la espalda a Dios", añadió.
El politólogo, activista de derechos humanos y expreso político nicaragüense Félix Maradiaga, quien también asistió al evento, habló de la represión del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica en su país.
En opinión de Maradiaga, "el odio profundo de Ortega es (se debe a) la valentía que encontró en los obispos y en algunos pastores (…) que han protegido la integridad de la Iglesia, han protegido la integridad de la fe y no han permitido la penetración del régimen a la religión".
Recordó la situación extrema que se vive en Nicaragua donde, entre otras acciones, han cerrado 26 universidades, entre ellas, la Universidad Católica.
Al igual que en Cuba y Nicaragua, el régimen de Venezuela ha tomado represalias contra los pastores de las iglesias, dijo Cecilia Navas, fundadora de Juventud y Democracia en las Américas.
"Yo no concibo que ningún líder religioso deba temer por su vida por hablarle a los feligreses, a su congregación, sobre la grave situación humanitaria, social y política que vive su país, eso no es un delito", dijo.
El sacerdote cubano Alberto Reyes dijo que a pesar de la situación que enfrenta la Iglesia Católica en Cuba, seguirán predicando el evangelio y animando al pueblo.
"Yo espero que Dios nos sorprenda en cualquier momento. A nivel humano, no hay síntomas de que vaya a haber un cambio mañana, pero el 10 de julio Cuba era paz y tranquilidad y el 11 de julio fue una explosión y esto podría pasar otra vez", dijo en referencia a las manifestaciones populares de 2021.
"¿Es posible que haya un tsunami en Miami?, sí, pero ¿hay algo que nos haga suponer que va a haber un tsunami?, no. Entonces, claro, la gente está desesperada y, como ahora se han abierto tantas vías para abandonar el país, la focalización de la gente es ver cómo sobrevive o cómo se va", concluyó.
En enero la Misión Permanente del régimen cubano ante la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra envió una carta a este organismo internacional en la que dijo necesitar un mes para responder a la solicitud de información sobre alegaciones de violaciones a la libertad religiosa en la Isla, enviada por cinco relatores a La Habana el 16 de noviembre de 2023. Estos habían pedido información sobre las alegaciones de represión y hostigamiento contra 13 asociaciones y líderes religiosos cubanos en un plazo de 60 días.
Según la fecha que aparece en la misiva de la representación del régimen en Ginebra, esta fue enviada diez días después de que el canciller, Bruno Rodríguez Parrilla, asegurara que el desempeño de La Habana en materia de respeto a la libertad religiosa era "ejemplar".
Rodríguez Parrilla sostuvo lo anterior luego de que el Gobierno de Estados Unidos volviera a incluir al régimen de Cuba en su lista negra de gobiernos violadores de ese derecho.