Cuba enfrentará previsiblemente un empeoramiento de la crisis del transporte cuando el Gobierno ponga en marcha su paquetazo económico, que incluye una drástica subida del precio del combustible.
Aunque, por el momento, el Gobierno ha pospuesto la aplicación de los nuevos precios, alegando que "un incidente de ciberseguridad en los sistemas informáticos para la comercialización de los combustibles" se lo ha impedido, entre muchos conductores se mantiene la incertidumbre.
Rafael tiene 49 años, es chófer de taxi y residente del municipio Cerro. Con su antiguo Chevrolet de 1955, realiza diariamente la ruta La Lisa-Habana Vieja durante ocho horas. Actualmente, su vehículo consume un litro de diésel por cada 10 kilómetros, lo que se traduce en un gasto de 600 pesos cubanos diarios.
Sin embargo, si el Gobierno aplica la subida como tiene previsto, el precio del combustible que necesita se disparará de 25 a 150 pesos cubanos aproximadamente. Esto significa que Rafael tendrá que gastar en diésel más de cinco veces lo que gasta hoy en un solo día, además de pagar al Estado el impuesto del 11% sobre sus ganancias. Esta situación, dice, lo puede llevar a tomar la difícil decisión de dejar de ser taxista y perder su medio de subsistencia.
"Además de pagar el impuesto al Estado ahora se suman estos gastos exorbitantes de combustible que hacen que mi negocio sea inviable", lamenta el botero. "Después de años dedicado a este oficio, no me podré permitir continuar si los gastos superan mis ingresos. Me siento perdido", confiesa, reflejando el sentir de muchos taxistas en La Habana.
En el contexto de la crisis económica que atraviesa el país, un aumento del precio del combustible impactará directamente en el costo de los traslados, lo que dificultará aún más el acceso al transporte para los ciudadanos.
Manuel Marrero Cruz, primer ministro de Cuba, anunció durante su intervención en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 20 de diciembre de 2023, una serie de medidas que tendrán impacto en la economía del país y de las familias cubanas. Una de estas medidas es el aumento de los precios del combustible para ventas minoristas y mayoristas
De acuerdo con el primer ministro, la medida es necesaria porque los valores de un producto que se importa no están en correspondencia con la tasa de cambio informal. "¿En qué país del mundo se puede comprar nueve litros de gasolina con un dólar?", dijo el funcionario.
Las nuevas tarifas, anunciadas en enero, supondrán un incremento del valor del combustible basado en la tasa de cambio de 120 pesos cubanos (CUP) por dólar, en vez de 1x24, vigente ahora.
De mantenerse el plan gubernamental, implicará que el precio de la gasolina motor B83 subirá de 20CUP a 114 el litro, o 0,94 dólares; la regular B90, de 25 a 132CUP o 1,10 dólares; la especial B94, de 30 a 156, o 1,30 dólares; la especial B100, de 37,50 a 198CUP, o 1,65 dólares; el diésel regular, de 25 a 132 pesos o 1,10 dólares, y el diésel especial de 27,50 a 150CUP o 1,25 dólares.
Según el Gobierno, la medida irá acompañada de la creación de una red de 28 servicentros, de los 613 existentes en el país, que venderán el combustible en dólares.
Manuel, de 40 años, es un taxista residente en el municipio Habana Vieja. Con su Moskvich 2140, que funciona con motor de diésel, realiza la ruta Alamar-Habana Vieja todos los días, con un gasto diario de 160 pesos cubanos en combustible. Sin embargo, con el aumento en el precio del petróleo, este gasto se dispararía a 2.400 pesos cubanos diarios, una suma que Manuel no puede costear.
Esto significa que tendrá que dejar de ser taxista y se le retirará la licencia, ya que no podrá cobrar a los pasajeros lo que realmente costaría el viaje. "Normalmente cobro 150 pesos cubanos por persona en mi taxi de cuatro plazas, pero ahora tendría que aumentar mis tarifas significativamente para cubrir los costos de mantenimiento, piezas y combustible", dice Manuel, quien también está pensando en dejar de trabajar como taxista.
Juan, tiene 78 años, vive en Marianao y posee un Ford del año 1951. Este auto tiene 71 años y su motor adaptado funciona con diésel. Actualmente, su principal fuente de ingresos son los viajes que hace al aeropuerto de La Habana, por los cuales cobra 20 dólares americanos o euros. Pero la próxima subida del precio de los combustibles en Cuba tendrá un impacto significativo en su economía. "No tengo licencia para operar mi vehículo y estos viajes son esporádicos, lo que me obliga a replantear mi tarifa", explica. "La idea de tener que aumentar el costo de mis servicios me resulta difícil, ya que entiendo la situación económica que atraviesan todos", añade.
Debido a su avanzada edad, Juan no puede pasar todo el día en el carro, pero necesita seguir trabajando para cubrir sus gastos básicos. Los ingresos que obtiene de estos viajes apenas le alcanzan para comer y pagar piezas y combustible para mantener su antiguo auto. Le preocupa que su situación empeore con la subida del precio de los combustibles. "Es muy probable que mi querido Ford termine en el garaje acumulando polvo, ya que con esos precios no podré continuar utilizándolo".
Un reportero de DIARIO DE CUBA conversó con un chófer de la ruta de ómnibus estatal A10. Este le señaló que el aumento en los precios del combustible no le afecta, ya que el Estado le proporciona el que necesita sin costo alguno. "Por mí, que suban todo lo que quieran", afirmó el chófer, dejando en evidencia la disparidad de impacto que tiene el aumento del precio del combustible en diferentes sectores de la sociedad cubana.
Sin embargo, el efecto que puede tener una caída del transporte privado en la movilidad de una ciudad como la capital cubana puede ser dramático.
En octubre de 2023 el ministro del sector, Eduardo Rodríguez Dávila, reconoció que en La Habana estaban trabajando menos de 300 ómnibus, "una ciudad que en la década de los 80 llegó a tener 2.500 ómnibus y hace apenas cuatro años, 600", dijo.