El recién concluido 2023 fue el año más cálido registrado en Cuba desde 1951, informó el Centro del Clima del Instituto de Meteorología de la Isla, que lo achacó a los efectos combinados del calentamiento global y del fenómeno conocido como El Niño.
Según Idelmis González García, especialista de esa entidad estatal, en el año recién finalizado el Instituto registró 91 récords de temperatura máxima, citó el diario oficial Granma. Además, julio fue el mes más cálido del periodo 1951-2023.
La temperatura media en julio ascendió a los 29,1 grados Celsius, informó en agosto el Centro del Clima, que indicó que en la Isla los termómetros alcanzaron entonces por primera vez los 39 grados.
Con ello, los habitantes del país se enfrentaron durante los pasados 12 meses a una temperatura media superior en 1,38 grados Celsius al promedio histórico.
De acuerdo con González García, el por ciento de noches cálidas de 2023 fue el más alto desde 1980 para los meses de julio, agosto y noviembre en la mayoría de las estaciones que miden esos valores. También el por ciento de días cálidos prevaleció en gran parte del país durante el año, sobre todo en julio y noviembre.
Según la meteoróloga, estos registros están relacionados con el cambio climático y la influencia del fenómeno conocido como El Niño, que ocasiona un sobrecalentamiento de la temperatura superficial del mar en el océano Pacífico central y oriental.
Ya 2022 había sido el tercer año más caluroso en siete décadas, con temperaturas 0,88 grados Celsius por encima del promedio. De acuerdo con los registros científicos, las temperaturas medias desde 1951 se han incrementado en Cuba en un grado Celsius (de los 25 a los 26 grados) y la previsión es que esta tendencia se mantenga.
La mayoría de los modelos, dijo la científica, apuntan a que el efecto de El Niño se mantendrá al menos hasta finalizar la próxima primavera, pudiendo alcanzar el rango de un evento fuerte entre febrero y marzo.
El Centro del Clima del Instituto de Meteorología asegura mantener una estrecha vigilancia sobre la evolución del fenómeno, puesto que su mayor impacto sobre Cuba suele registrarse entre enero y abril, y provoca el incremento de los totales de lluvia por encima de los promedios históricos, mayor llegada de frentes fríos y activas líneas de tormentas prefrontales, como ha estado sucediendo en los pasados meses.
En julio pasado, durante la XIV Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en La Habana, el investigador del Instituto de Meteorología de Cuba, Eduardo Planos, indicó que la temperatura del aire continúa incrementándose en Cuba, lo que puede leerse como un efecto del cambio climático.
"El cambio climático trae consecuencias para Cuba en aspectos como el llamado sistema básico: clima, agua, déficit de humedad e incremento del nivel del mar", dijo, y agregó que ese proceso afecta tanto a la salud humana como a la agricultura.
"Todas nuestras investigaciones confirman que el clima en Cuba cambió, en especial en las temperaturas y precipitaciones", indicó. Precisamente los eventos climáticos extremos se han vuelto más frecuentes en la Isla.
Planos cuestionó además las acciones del Gobierno para enfrentar el problema, e hizo referencia a la "visión limitada en los decisores a la hora de la toma de medidas" y apuntó que en Cuba hay "muchas estrategias, pero en la práctica no se materializan con la mayor eficiencia, de ahí que el lenguaje deba ser claro cuando se hable sobre este tema con los decisores".
Naciones Unidas advirtió a los países de la región latinoamericana que al menos durante las próximas cuatro décadas van a producirse cada vez más olas de calor, inundaciones, sequías y huracanes, e instó a los Gobiernos regionales a establecer sistemas de alerta temprana.
