El 92,4% de los cubanos encuestados por la revista Bohemia coincidió en admitir que percibe un incremento de los delitos violentos en los dos últimos años en el país, una realidad que las autoridades se resisten a aceptar, pese a las evidencias y testimonios abundantes al respecto.
No obstante la reticencia de los medios oficiales a indagar sobre el problema, y ante la ausencia de estadísticas o estudios al respecto, la revista recurrió al mismo espacio donde la ciudadanía denuncia la ola de robos, asaltos, hurtos y otras fechorías que crecen en el país: las redes sociales.
Y si bien el resultado, como advierte Bohemia, "no puede generalizarse a la población cubana en su conjunto", pues fueron 92 las personas que respondieron a la consulta y la encuesta tuvo un carácter informal, lo cierto es que sus resultados dan qué pensar: el 42,4% de los participantes en el sondeo conoció de diez o más sucesos de esa naturaleza en el último medio año; el 48,9% fue víctima de tales delitos o conoce a quienes los padecieron, y el 66,7% lo denunció a la Policía.
Pero, y he aquí la verdadera revelación que hace la revista, el 73,4% de las víctimas encuestadas no ha encontrado solución alguna por parte de las autoridades. Y "un porcentaje considerable" simplemente decidió no denunciar lo ocurrido, asegura el resultado de la pesquisa. De ello deriva que "la mayoría de los encuestados" admite que la inseguridad reinante "ha influido o modificado en cierta medida sus comportamientos o rutina".
Otro indicador llamativo: de las 92 personas que participaron en el sondeo de opinión, la mayoría tiene entre 20 y 29 años de edad.
"Un murmullo envuelve la ciudad. Habla de temores en las guaguas, en calles solitarias u oscuras, parques nocturnos vacíos… Y nace también de las ventanas y puertas aseguradas antes del anochecer", afirma el reporte.
Tras lo anterior, Bohemia admite que "la sociedad cubana hoy percibe un aumento de la violencia en el país" y acota que "el trasfondo económico-social incide en la aparición de vulnerabilidades, desigualdades, en la pérdida de valores y de mecanismos de solución de conflictos que a la postre generan mayor criminalidad".
El reporte, no obstante, asegura que las frecuentes denuncias de hechos violentos que aparecen en las redes son reales en algunos casos, pero en otros "responden a malinterpretaciones o tergiversaciones de los internautas, quizás aprovechando la necesidad de información aún insatisfecha, debido a la falta de espacios oficiales que aclaren y aporten cifras sobre este tipo de sucesos".
Otro chivo expiatorio son los reportes de medios a los que Bohemia califica como "no oficiales: algunos con rasgos amarillistas, que priorizan este tipo de noticias por las reacciones que generan. También existen los que, de manera intencionada, pretenden vender a Cuba como país inseguro y aquellos que carecen de rigor y profesionalidad".
Mas, pese a ello, admite que "en las redes también hay denuncias de hechos reales. Una parte de ellos escala el interés popular provocando una respuesta, generalmente tardía, de los medios estatales".
No termina ahí la indagación. Bohemia recuerda que durante la sesión de julio pasado de la Asamblea Nacional del Poder Popular se presentó un informe que reconoció que "en el primer semestre de 2023 crecieron las cifras de asaltos, robos con fuerza, alteraciones del orden público, hurtos, agresiones y amenazas, al igual que los delitos asociados al sacrificio de ganado mayor y equinos. Estas últimas tipologías muestran un nivel de esclarecimiento muy bajo". Lo anterior, sin mencionar cifras.
Y, citando declaraciones del Tribunal Supremo Popular, afirma que La Habana es la provincia que registra mayor aumento de delitos violentos. Otra vez sin cifras.
Buscando tales números, Bohemia recurre en su reporte a los Anuarios Estadísticos de Salud de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), que entre 2011 y 2022 reconoce en el apartado de "muerte por agresiones" una cantidad que ronda el medio millar cada año. Pero, cita, "los decesos por eventos de intención no determinada, que pudieran incluir algunos asesinatos sin esclarecer, sí han sufrido un aumento significativo (de 185 defunciones en 2011 a 544 en 2021, y 495 en 2022)".
Pero el reporte evita mencionar cualquier estudio independiente sobre el tema. Por ejemplo, el que en agosto último arrojó el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC), que identificó 98 reportes de delitos comprobados en el primer trimestre de 2023. De ellos, 42 fueron robos, 33 asesinatos, 17 asaltos, y seis que entraron en la categoría de "otro tipo de delitos".
El informe señaló que durante el segundo trimestre de 2023 "se registraron 189 reportes de crímenes" y que las provincias más afectadas fueron La Habana, Villa Clara y Guantánamo.
OCAC consideró "muy relevante" la comparación del comportamiento trimestral, porque es apreciable que entre un trimestre y otro prácticamente se duplicaron los delitos. Y apuntó que los robos crecieron en un 83% y los asesinatos en un 43%.
Y otro más: la encuesta anónima y confidencial realizada sobre el tema en 2022 por el proyecto Cubadata y publicada en julio pasado evidenció que entre casi 2.000 cubanos de todo el país, el 61% reconoció haber sido víctima de algún tipo de violencia o actos de delincuencia. De este grupo, solo el 14,6% denunció el hecho ante la Policía.
La percepción general de la seguridad ciudadana en Cuba fue medida en la encuesta de Cubadata en una escala de cero a 11, donde un promedio menor a cinco indica inseguridad intensa. La percepción de los encuestados fue nada más y nada menos que de 3,11.
En el totalitarismo, la percepción individual o colectiva tienen poco valor para los secuestradores, pues la pseudo realidad cambia y se impone a los caprichos e imposiciones de los jerarcas.
En otras palabras, si el cartel de Punto Cero asegura que el delito ha disminuido, poco importan las encuestas autorizadas o si en tu barrio y el de tus familiares no se puede salir por el temor a ser asaltado.
En última instancia, ese recogimiento forzado es parte esencial del control de la población en el Socialismo del siglo XXI, el que se fundamenta en una alianza conveniente entre los delincuentes en el poder con los rateros, las gangas y los carteles.
Me cuentan que el 95% de las ciberclarias que defienden y apoyan al castroesclavismo en las redes son los militantes del PCC más pobres e infelices que no tienen donde caerse muertos, entonces se aprovechan y le entregan un celular (llamados teléfonos petroleros pq los donó Venezuela) y le asignan una cantidad de megas mensuales a cambio de mantenerse activos en el internet. Si es verdad, pobres infelices, realmente son dignos de lástima, merecen que les mandemos algunas limosnas (ellos le llaman donaciones jjj) para que puedan seguir sobreviviendo jjj
¡No lo puedo creer!!! ¡¡¡No le echaron la culpa al bloqueo del aumento de la violencia!!!
¿Puede en el castroesclavismo hacerse periodismo de investigación sin que sea autorizado, ordenado y supervisado desde las instancias superiores? Lo dudo, si Bohemia hizo este trabajo y lo publica, es pq realmente existe un serio problema con los delitos violentos.
Si pudieran averiguar el nivel de aprobación del títere puesto a dedo. En la última encuesta hecha en Venezuela y El Salvador, Maduro estaba por debajo del 20% y Bukele por encima del 80%. Ya vimos q en Argentina, màs del 55% votó por Milei jjj. Pero las dictaduras no permiten que se les evalúe, terror le tienen a la libertad de expresión y a la democracia jjj
Con una policía formada por nagües del Oriente muchos de ellos delincuentes que se puede esperar, pero si ocurren protestas hasta drones y esbirros Boinas Negras élites...
Los "nagües del Oriente", como tú los llamas, son víctimas del sistema que te hizo salir volao del castrismo como perro con el rabito entre las patas. Verdad?
Kaguama—-Los nagües siempre serán nagües y por serlo se prestan para reprimir y eso no es una justificación para ser „víctimas del sistema“. Por esa regla de tres todos los represores son „víctimas“.
MAMADEO tu cómo siempre, justificando lo injustificable.