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Opinión

El infortunado nacimiento del Instituto de Información y Comunicación Social

Fútbol español antes que béisbol con peloteros cubanos que emigraron: la desinformación del régimen cubano en su punto.

La Habana
Adolis García: el castrismo no quiere que los cubanos lo vean.
Adolis García: el castrismo no quiere que los cubanos lo vean. CNN

Después de su surgimiento en el verano de 2021, el Instituto de Información y Comunicación Social, creado como organismo de la Administración Central del Estado cubano, da en este 2023 sus primeros pasos en firme, al constituirse sus direcciones provinciales, y delinearse la estructura de su aparato central.  

Algunos contemplaron con cierto optimismo la creación de este instituto. Creyeron en la propaganda oficialista que insistía en que iba a perfeccionarse la comunicación social en todos los niveles de la sociedad, que se acabarían los temas tabúes para la prensa, y que la población se beneficiaría con un trabajo más eficiente de los medios de difusión.

Otros, en cambio, vislumbraron que el nuevo organismo tendría como misión fundamental controlar todavía más la información; incrementar su uso como herramienta para afianzar el poder totalitario sobre la sociedad, y arreciar el acoso contra la prensa independiente y otros medios alternativos.

La realidad parece irles dando la razón a estos últimos. Sucesos recientes muestran que nada ha cambiado en el manejo de los medios por parte de la maquinaria castrista. Saturar la mente de los ciudadanos con el punto de vista oficial; divulgar lo que le conviene al poder, y callar lo que les molesta. Tales han sido, entre otras, las líneas conductuales seguidas por el Instituto de Información y Comunicación Socia en esta etapa inicial de su existencia.

Veamos lo acontecido con respecto  al enfrentamiento entre palestinos e israelíes en el Oriente Medio. La prensa oficialista, desde el principio, y como era de esperarse, tomó partido a favor de los palestinos. Pero en un primer momento dio muestras de un mínimo de objetividad al mencionar el primer ataque del grupo Hamas, los muertos que esa acción causó a Israel, así como los rehenes civiles que Hamas tenía en su poder.

Sin embargo, ya nada queda de objetividad tras varios días de enfrentamientos. El Instituto de información y Comunicación Social ha dado las instrucciones para que solo se hable de las bajas que ocasiona la acción israelí en la franja de Gaza, calificada como genocidio. Y se celebran actos y mítines en entidades laborales y escuelas para condenar la respuesta de Israel al ataque inicial de Hamas. Claro, y no podía faltar la crítica a EEUU por el apoyo que brinda a Israel.  

Mientras tanto, el pasado sábado la televisión cubana transmitió el partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona. Tanto era el interés por que los cubanos vieran ese partido que se habilitó para ello el canal Multivisión, ya que Tele Rebelde, que habitualmente televisa esos enfrentamientos, se estaba utilizando para la transmisión de los Juegos Panamericanos.

Nada tendría de objetable esa transmisión si no fuera porque la noche anterior la televisión cubana había ignorado completamente que un cubano, Adolis García, decidió con un jonrón en la parte final del onceno inning el primer juego de la serie mundial de la MLB entre los equipos de Rangers de Texas y las serpientes de Arizona.

De esa manera, el Instituto de Información y Comunicación Social sigue contribuyendo a que los aficionados cubanos sepan mucho de fútbol  internacional, y nada del mejor béisbol que se juega en el mundo. Y después, con total hipocresía, insisten en que el béisbol es nuestro deporte nacional.

Tras la bochornosa actuación del equipo cubano de béisbol en estos Panamericanos de Santiago de Chile, seguramente vendrán análisis para investigar las fallas que tuvieron los peloteros cubanos y el equipo de dirección.

Es muy probable que una vez más se vayan por la tangente en el análisis. Lo primero que habría que tomar en cuenta —y seguramente no harán— es la preferencia que ha ido cobrando el fútbol en Cuba, en detrimento del béisbol. Todo como consecuencia de la abigarrada política de los medios de difusión oficialistas, que en el fondo desprecian a los atletas de la Isla que han ido por su cuenta a buscar otros horizontes para su desempeño deportivo.

Una política que, a todas luces y lamentablemente, va a ser mantenida por el naciente Instituto de Información y Comunicación Social.

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7 comentarios

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Seguimos empeñados en que el marabú de Guanábana.

Es la misma m... que el ICRT,con los mismos censores del departamento ideológico del PCC.

Profile picture for user JCAleman

El cartel de Punto Cero nunca ha necesitado de un Instituto de Información y Comunicación Social para prohibir, censurar, multar y desacreditar toda referencia factual incomoda o subjetiva que contradiga sus directrices ideologicas o de conveniencia.

El control totalitario que va desde el carretillero hasta la informacion, pasando por la pacotilla que filtra la aduana, es un pilar de la naturaleza del regimen y de las hienas a cargo de las ovejas, mas alla del nombre de las instituciones, provincias, codigos, decretos o leyes que usen para someterlas.

Que en Cuba eso pase no es noticia. Que pase en Afganistan, Iran o en cualquier pais arabe no es noticia. Lo que verdaderamente tiene que preocuparnos es que esta administracion, la del viejo ladron y corrupto que le gusta trabajar poco y pasar mucho tiempo de vacaciones en la playa ademas de estar oliendo ninos, trato de implementar (quien sabe si todavia esta dando vueltas la idea entre todos los zurdos que inundan escuelas y universidades) un Ministerio de la Verdad en los Estados Unidos.

El Ministerio de la Verdad de la novela "1984" de George Orwell.

Profile picture for user Don Carlitos

Ah pero en el castroesclavismo hay periodistas??? Se hace periodismo??? Hahaha, eso no se lo creen ni ellos mismos. El verdadero nombre de esa entelequia debería ser "Instituto de Censura, Orientación, Manipulación y Proselitismo Castroesclavista", algo así como el "ICOMPROCACA".

Un periodista es aquel que cuenta lo que su empresa le ordena contar y no sabe como contarlo por sí misma.
Vienen a ser los guionistas de los voceros del régimen.