¿Cuánto dinero se puede dedicar a cuidar la apariencia en medio de la miseria en que se hunde Cuba? Responder a esta pregunta es fácil si se tienen en cuenta los precios que impone la inflación y el salario mínimo de 2.100 pesos establecido con la implementación de la Tarea Ordenamiento.
"Un tinte te cuesta, si lo vas a buscar al mercado informal, desde 800 hasta 1.200 pesos. Si vas a una peluquería a hacerte un corte de pelo de las puntas, a mantener el corte que ya tenías, te cuesta 500 pesos. Un corte nuevo te cuesta 600 pesos. Si vas a hacerte una keratina, te cuesta en dependencia del largo del pelo y las onzas que utilices. Los productos están bien caros en el mercado informal. Las tiendas en CUP (pesos cubanos) no los venden, solo están vendiendo los productos controlados de primer orden. En las tiendas MLC se encuentran muy pocos productos: una crema peinadora, un champú, un tinte", pero "no todos tenemos acceso" a esas tiendas, explica a DIARIO DE CUBA Zelandia de la Caridad Pérez Abreu, coordinadora de la Alianza Cubana por la Inclusión (ACI).
Los datos recogidos en la Encuesta Económica Trimestral, realizada por el proyecto Cubadata entre el 10 y el 30 de abril del presente año y para la que fueron entrevistadas 1.478 personas de toda la Isla, arrojaron que apenas un 2,0% había podido encontrar productos básicos a precios asequibles con facilidad durante los tres meses previos al sondeo, mientras que para el 71,9% había resultado muy difícil.
De la muestra, apenas el 11,5% había comprado los productos principalmente en los establecimientos estatales durante el periodo de tiempo analizado y un 25,6% los había adquirido en mercados informales.
El 49,5% había recurrido sobre todo al mercado informal y solo el 8,6% había usado las tiendas en MLC como su fuente de abastecimiento fundamental. De los productos básicos, los más difícil de encontrar fueron los alimentos, para un 58,0%.
En otra encuesta de Cubadata, llevada a cabo entre el 15 y el 31 de julio de 2022, el 70,8% de los 1.783 cubanos entrevistados en todo el territorio nacional respondió que en sus hogares alguien había tenido que comer menos o saltarse comidas por la escasez de víveres.
En el 71,2% de los hogares de esos cubanos, alguien se quejó de hambre al menos una vez al mes, y aproximadamente la misma cantidad de hogares (71,1%) llegó a quedarse sin comida en algún momento por falta de dinero o porque simplemente no había donde comprarla.
Un año después, esa situación ha empeorado y ya la libreta de racionamiento no constituye garantía de comer. Las cuotas llegan incompletas y se distribuyen con retraso.
Ante ese panorama, "la mujer siempre va a priorizar otros productos que hacen falta en la casa, en la familia, antes que su cuidado, porque no vas a gastarte 500 pesos en cortarte el cabello cuando necesitas comprar el refresco para la merienda del niño, el pollo para la alimentación diaria de un hogar o para una persona enferma o anciana".
"Es obvio que en Cuba hay mujeres con pocos o ningún recurso económico, que son vulnerables ante la crisis que atraviesa el país. En análisis de la situación de la población femenina, nos dimos cuenta de que el estado de salud mental y de autoestima de muchas mujeres se ve afectado, al no contar con recursos económicos que les permitan atender su apariencia personal", señala Sara Cuba, también coordinadora de ACI.
"Muchas de ellas son amas de casa que dependen de terceras personas, a otras los recursos monetarios que reciben no les alcanzan. Pudimos ver que los grupos más vulnerables son las madres solteras; las jubiladas que reciben la chequera, que no les alcanza ni para alimentarse correctamente, y las amas de casa", añade.
En este contexto, ACI decidió ayudar a las cubanas en el cuidado de su apariencia para subir su autoestima. Zelandia, quien denomina este programa "Higiene y cuidado de la mujer", comenzó a ofrecer algunos servicios, de manera totalmente gratuita, con los recursos de los que dispone.
La activista realiza esta actividad en su casa, ubicada en el Vedado, los jueves. Las personas interesadas en ponerse en contacto con ella pueden llamar al número 53 5808 52 91 o comunicarse por WhatsApp.
"De momento, lo que estoy haciendo es corte y peinado porque los productos son inmensamente caros. Con la ayuda de algunas personas, que me han ido regalando algunos, he podido hacer un poquito más. El caso es comenzar, lo demás va saliendo en el camino", sostiene.
"Cada día son más mujeres con la autoestima baja y de alguna manera tenemos que buscar ideas para apoyar en algo a estas mujeres con pocos recursos económicos, que se ven tan afectadas por todo. No pueden tener una menstruación digna, una higiene y cuidados adecuados. Si yo, con mis habilidades, puedo ayudar a subir un poco su autoestima y enseñar a estas mujeres a empoderarse, lo voy a hacer".
"Estoy utilizando los productos que empleo en mí, que los adquiero con la ayuda de otras personas. Alguna me regala un poco de tinte negro y, si me alcanza para teñir a otra mujer, la tiño. Hay personas que saben de esto y me dicen 'mira, tengo un tubito de tinte que no utilicé' y me lo regalan. A otra le sobró un poco de keratina y me la da".
Pero, incluso ofreciéndoles solo un corte de pelo y un peinado, Zelandia ha podido ver el cambio, no solo en la apariencia, sino en cómo se sienten estas cubanas.
Zelandia es activista y observadora electoral, lo que la convirtió en blanco de la represión durante las pasadas "elecciones" de diputados a la Asamblea Nacional, en la que todos los candidatos del régimen (los únicos en las boletas) fueron electos. Por este motivo, las mujeres que acuden a su casa en busca de sus servicios de peluquería tienen miedo y prefieren que ni sus nombres ni sus rostros aparezcan en las redes sociales o la prensa independiente.
De todas formas, ella aprovecha el espacio también para hablarles de la violencia de género, para que pierdan el miedo a decir lo que piensan y hablar de sus problemas.
"No hablamos directamente de política, pero sí trato de transmitirles mis conocimientos de cómo una mujer puede empoderarse y controlar sus miedos para erradicarlos".
Zelandia y el resto de las integrantes de ACI están conscientes de que no solo las mujeres ven afectada su posibilidad de cuidar su apariencia, en medio de la precariedad que impone la situación económica de Cuba. Para muchos hombres también es un lujo cortarse el pelo o afeitarse.
"El sector más vulnerable, que son las personas de la tercera edad, no pueden pagar un corte a 500 pesos. Los ancianos, quiero decir los hombres, no pueden pagar un corte de pelo que como mínimo vale 200 pesos. Una maquinilla de afeitar cuesta mucho también", señala Zelandia.
"De tener la herramienta para prestarles el servicio, también podría hacerlo, porque no solo las mujeres de bajos o ningún recurso sufren este problema. En este caso, lo estoy haciendo solo con mujeres porque es una iniciativa que tomamos desde la Alianza Cubana por la Inclusión, que es una organización femenina y feminista. Pero también se pudiera hacer extensiva esta labor social a los hombres".
"Ahora esta iniciativa está en La Habana, pero esperamos que pueda expandirse a todo el país, siempre que haya un personal de ACI capacitado para ofrecer este servicio de la peluquería y la atención al cuidado", concluye Sara Cuba.
Bravo por esa mujer, que a pesar de las escaseces, intenta ayudar a otras personas y darles un poco de felicidad aunque sea con un corte de pelo.
No todo está perdido en la isla, aún quedan personas con corazón.