Back to top
Desastres

Un diluvio en Cuba 'sin importancia'

Como ha podido verse en el inicio de la temporada ciclónica, el sistema de Defensa Civil está en crisis y la cobertura informativa para desastres es un desastre.

La Habana
Inundaciones en Camagüey.
Inundaciones en Camagüey. Twitter/ ACN

La temporada ciclónica 2023 comenzó en Cuba cargada de lluvias, pero también de otras cosas. El primer día del mes, el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil (EMNDC) anunciaba en su cuenta en Twitter la previsión de que este periodo, que se extiende hasta el 30 de noviembre, sería "de normal a poco activo". Aun así, recomendaba: "no podemos confiarnos y estar preparados".

Horas más tarde, el Instituto de Meteorología emitía el "Aviso No. 1 de Ciclón Tropical", por la que sería la efímera tormenta Arlene. Pese a su debilitamiento progresivo en tanto se acercaba a tierras cubanas, el EMNDC le dedicó el 3 de junio una nota informativa, en la que instruía a los territorios de las regiones occidental y central a "incrementar la vigilancia Hidrometeorológica".

Paradójicamente, este llamado, hecho a las  3:00PM, fue complementado solo tres horas después con otra nota del Instituto de Meteorología: "Arlene se disipa sobre el sudeste del golfo de México". Según el refrán popular, muerto el perro, se acabó la rabia.

En consecuencia, el EMNDC, a través de la mencionada cuenta en Twitter, desde ese día y hasta el 9 de junio no volvería a hablar de fenómeno meteorológico o catástrofe alguna, sino que dedicaría su espacio a otros menesteres, incluso completamente ajenos a su labor, como el cumpleaños de Raúl Castro. En plena sintonía, la activa cuenta en la misma red social del presidente de la República, que también lo es del Consejo de Defensa Nacional, no haría mención siquiera a un leve chubasco o neblina de primavera.

Cualquiera podría haber asegurado que nada estaba sucediendo en Cuba en materia de desastres. Sin embargo, desde el 2 de junio varias zonas del oriente del país estaban bajo intensos aguaceros. Mientras el habanocentrismo respiraba aliviado ante la disipación de Arlene, las lluvias caían sin pausa en el oriente y, poco después, en parte del centro de la Isla.

Los medios nacionales de difusión, tan acostumbrados a recibir las noticias prehechas, en forma de recorridos y declaraciones, dieron cobertura a los sucesos como si de algo ajeno o menor se tratara.

Un caso paradigmático, por tratarse de una de las casas matrices generadoras de informaciones oficiales, lo constituye la Agencia Cubana de Noticias (ACN).  Su primera mención al desastre —analizadas las publicaciones de su web y el canal de Telegram— es un reporte de la tarde del 2 de junio, que se acompañó con fotos de un pueblo inundado y daba cuentas de la activación del Consejo de Defensa Municipal en Guamá, Santiago de Cuba, cuya población asciende a más de 35.000 habitantes.

Al otro día se informaba de las fuertes lluvias en la provincia de Holguín, tercera más densamente poblada de Cuba, con más de un millón de personas, en la cual, por ejemplo, la crecida súbita del río Mayarí provocó el colapso del puente de Arroyo Seco, de 280 metros de largo y construido hace únicamente ocho años. También se refería a la reunión del Grupo de Trabajo Temporal de Santiago de Cuba, que evaluó las principales afectaciones y las medidas preventivas en una provincia donde las inundaciones incomunicaban 129 locaciones, lo cual afectaba a 118.000 personas.

El 4 de junio nada fue noticia para la ACN en materia de desastres. Sin embargo, la jornada siguiente publicó un reporte sobre el Aviso de Alerta Temprana número 1, emitido por el Instituto de Meteorología, en el cual se anunciaba una mayor ocurrencia de lluvias desde Camagüey hasta Guantánamo a partir de la tarde–noche del martes 6 de junio.

Pese a ello, ni el 6 de junio ni el 7 de junio hubo mención por parte de la agencia sobre la situación en la zona centro-oriental. Hasta el 8 de junio, en que aseguraron que "con reportes de lluvias muy intensas en la mayor parte de la provincia, el Grupo Temporal de Trabajo en Granma extrema la vigilancia hidrometeorológica y las medidas de protección al pueblo y los recursos del Estado".

No fue hasta el 9 de junio, después de más de seis días de macondiano aguacero, que la noticia comenzaría a ser noticia. A las 3:21PM, el EMNDC tuiteó: "Emite el Centro de Pronóstico del Instituto de Meteorología Aviso Especial No. 3", sin mencionar  que dicho aviso había visto la luz el día antes, a la 1:00PM.

Poco después, a las 5:13PM, el presidente de la República —que también lo es del Consejo de Defensa Nacional, como se dijo y no está de más repetir— se dio por enterado del asunto a través de un tuit en el que calificaba la situación de muy difícil y aseguraba que "las autoridades locales, junto a la Defensa Civil, el Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias, están desplegando todas las medidas".

Finalmente, a las 10:00AM del 10 de junio —¡después de ocho días de intensas lluvias sin cobertura informativa especial ni menciones del Gobierno central!— el EMNDC emitió la "Nota Informativa No. 1", cuando algunos sitios estaban prácticamente a punto de comenzar la fase de recuperación.

Según el reporte oficial ofrecido por los gobernadores correspondientes, en las provincias de Camagüey, Las Tunas, Granma, Holguín y Santiago de Cuba fueron evacuadas más de 13.000 personas, hubo seis fallecidos, 1.141 viviendas afectadas —de las cuales 106 son derrumbes totales—, y se dañaron más de 10.600 hectáreas de cultivos. Además, todos los territorios superaron en solo 11 días la media histórica de precipitaciones, siendo estas las lluvias más fuertes que ha vivido Camagüey en 30 años y Granma en 20 años.

Además de este saldo, el paso del fenómeno hidrometeorológico deja varias lecturas preocupantes. Enumero algunas:

  1. El habanocentrismo —entendido no solo como la preponderancia de la capital por sobre el resto de los territorios, sino también de las provincias occidentales con respecto a las centrales y orientales— lastra y transversaliza la toma de decisiones del Gobierno y organismos de la Administración Central del Estado y del sistema de comunicación política y mediática. Esto se refleja tanto en las inversiones y programas de beneficio social de los primeros, en los cuales centro y oriente son siempre preteridos, como en la atención y tratamiento de los segundos. Los efectos de tal escisión se evidencian, entre otras cosas, en la constante migración interna de oriente a occidente.
  2. Las inversiones en materia de aprovechamiento hidráulico son insuficientes, tanto en sistemas de alcantarillado, inexistentes o escasos en la mayor parte de pueblos y ciudades pequeñas del interior del país, como en embalses, canales y mantenimiento de vías pluviales naturales. El país no está preparado para afrontar periodos de sequía o, en contraste, aprovechar las abundantes precipitaciones sin que constituyan catástrofes. De los 38.100 millones de metros cúbicos de agua dulce accesibles a la actividad humana que posee Cuba, según el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en una publicación de 2016, apenas el 63% —24.000 millones de metros cúbicos— es aprovechable. De ellos, solo el 56% —13 600 millones de metros cúbicos— están disponibles en instalaciones construidas. O sea, únicamente el 35% del agua dulce accesible a la actividad humana en Cuba estaba disponible en 2016. De esa fecha hasta hoy, con el azote de crisis continuas, el número no debe haber aumentado de forma exponencial.
  3. Como se vio durante el paso del huracán Ian por Pinar del Río, en septiembre de 2022, el sistema de la Defensa Civil presenta signos claros de deterioro. Aun cuando sigue siendo superior al de otros países del área, su preparación para afrontar eventos que son comunes en la región geográfica en la que se encuentra Cuba, y la falta de estrategias previamente concebidas, es notable. Incluso Miguel Díaz-Canel reconoció que "es una tarea inmediata estudiar cada lugar y actualizar los planes de reducción de desastres".
  4. Unido a lo anterior, y en relación con el primer apunte, la cobertura mediática en situaciones de desastre es muy deficiente, en tanto requiere ser orientada desde las instancias del Gobierno/Partido. El uso y la gestión eficiente de la comunicación debiera ser uno de los pilares del Gobierno.

En medio de un contexto internacional nada favorecedor y con una crisis sistémica interna que constantemente se agudiza, la inauguración de esta temporada ciclónica ha sido catastrófica.


Este trabajo pertenece a una serie de trabajos del Observatorio Cubano de Auditoría Social que se publicarán en DIARIO DE CUBA.

Más información

3 comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.

Y cuando los problemas de los cubanos han sido importantes para el gobierno cubano???...

Profile picture for user cubano libre

Recuerdo que mi maestro de Geografía nos comentaba del daño de los ciclones, los vientos y de las inundaciones, sin embargo, siempre insistía en el beneficio de la lluvia, al ser Cuba una Isla; el Oriente del "paísito" sufre hace muchos años de una sequía casi extrema, por lo que a la larga las inundaciones serán positivas......Lo jodido es que al desgobierno le importa un pito los pueblos y su gente, para los Castro lo que importa es Varadero, Miramar, Siboney, Kholy y Punto Cero, el resto de Cuba "es campo" y están llenos de esclavos, si se ahogan "más mejor".

No pasó nada. Fue en el oriente del país y esa es la zona más occidental de Haití. Pero además, reconocerlo es tener que responsabilizarse y ya se sabe que el culpable de esto fue San Pedro y el criminal e insjuto bloqueo del imperialismo yanqui.