'Nadie va a democratizar Cuba exigiendo democracia, es necesario legitimar a la sociedad civil'

"La visita del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrel, a Cuba fue muy conveniente para la dictadura cubana. El Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación de la UE y Cuba es muy malo, pero contiene una cláusula democrática que hemos pedido que se active y se use ante la violación de elementos esenciales de ese acuerdo, el respeto a los derechos humanos en Cuba", dijo la fundadora de Cuba Decide, Rosa María Payá en Los Puntos a las Íes.

Según la activista y líder política, Borrell ha ignorado su propia legislación y las recomendaciones del Parlamento Europeo para "validar una dictadura que no cuenta con la legitimidad electoral de su propio pueblo y tiene más de 1.000 presos políticos. Es muy penoso que se haya desaprovechado la última oportunidad de Borrell para hacer su trabajo".

El director de América Latina de Civil Rights Defenders, Erik Jennische, opinó que el problema no es que exista un acuerdo entre Cuba y la UE, "debería haber las mejores relaciones, el problema es la forma en que se usa".

"La UE primero debería denunciar que el Gobierno cubano no está cumpliendo el acuerdo. También es necesario darle legitimidad a la sociedad civil de la Isla, invitarla a eventos, diálogos, conferencias. Además, debería crear sistemas de financiación para las organizaciones de la sociedad civil dentro y fuera de la Isla y habar abiertamente con la prensa independiente cubana", dijo Jennische.

"Nadie va a democratizar Cuba exigiendo democracia. La democratización es la consecuencia de una presión interna con una externa, pero sin la interna es imposible avanzar", añadió.

Según Jennishe el acuerdo entre Europa y La Habana, firmado en 2016, nació plagado de faltas. "La UE no solo ha ignorado que el Gobierno cubano viola los derechos humanos, sino también la implantación, en Cuba, de leyes contrarias a este acuerdo, como la propia Constitución, la Ley electoral de 2019, el Código Penal vigente y la reciente Ley de Comunicación Social, entre otras"

Javier Larrondo, presidente de Prisoners Defenders, comentó que "el objetivo del acuerdo era, supuestamente, la búsqueda de un marco en el cual democratizar Cuba, ya que la Posición Común (política que mantenía la UE) no había funcionado. Ya en los inicios de este acuerdo pusieron a Federica Mogherini, una forofa de Cuba, a manejarlo. Ella firmó una cláusula en la cual aceptaba que la sociedad civil cubana tenía que contar con la aprobación del Gobierno para participar en los diálogos de derechos humanos".

La sociedad civil, para ser tal, debe de ser completamente independiente, "no existe la sociedad civil gubernamental y la UE solo ha apoyado a sectores estatales. Josep Borrell, en vez de cambiar el rumbo, lo ha profundizado con la excusa de que Cuba puede apoyar a Rusia y es mejor atraerla. No entiende que Rusia y Cuba son aliados naturales y quieren hundir a las democracias".

Según Larrondo, hay una creencia en la izquierda europea de que Cuba puede desarrollarse si se elimina el embargo. "No se dan cuenta de que Cuba no está construida con el afán de derivar en una democracia, es el patio de la familia de los Castro, y ese patio hay que mantenerlo como sea, Chávez, Rusia, pero nunca con derechos y libertades, porque entonces se acaba el sistema. Aquí el único que bloquea es el Gobierno de Cuba a su pueblo, es hora de asumirlo".

A pesar de todas las críticas hacia la forma en la que se está implementando el acuerdo entre la UE y el Gobierno de Cuba, Larrondo dijo no ser partidario "de quedarnos sin ningún acuerdo, porque es mejor fastidiar al monstruo por dentro, pero es necesaria la inversión en y legitimación de la sociedad civil real".