A seis meses de haber pasado el huracán Ian por la provincia de Pinar del Río solo se han recuperado 21.000 viviendas que presentaban daños en el techo, de las 76.000 con ese tipo de afectación. Los estimados oficiales sitúan en 102.000 la totalidad de casas afectadas en alguna de sus partes o de manera total, informa la oficial Agencia Cubana de Noticias.
Andrés Martín Carmona, director provincial de la Vivienda en Pinar del Río, achacó la lentitud en la recuperación a la falta de materiales de construcción como paredes y cubierta, además de la escasa fuerza laboral con que cuentan, aunque no ofreció cifras del volumen de recursos y fuerza laboral que necesitarían.
El directivo dijo que la insuficiente producción local de materiales de construcción y la escasez de cemento son otras de las causas que limitan la recuperación de las viviendas dañadas.
La solución en algunos territorios —según dice la ACN— ha sido suplir el hormigón con bloques de barro, un material de dudosa calidad y menor durabilidad.
''El plan estatal de construcción de nuevas viviendas en Pinar del Río contempla apenas 2.000 nuevas edificaciones'', dijo Martín Carmona.
A ese reducido plan del Gobierno se suma que en los dos primeros meses del año han podido terminar apenas 170 viviendas.
Si bien a raíz del meteoro la prensa oficial se volcó a reportar lo ocurrido en esa provincia y otras que sufrieron los embates de viento y lluvias, las noticias desde las zonas más golpeadas de Pinar del Río son escasas hasta en el periódico oficial local Guerrillero. Una de las notas más recientes sobre el tema allí publicada es un despacho de la agencia oficial Prensa Latina reseñando la oncena visita de Miguel Díaz-Canel al territorio en diciembre pasado, esa vez al poblado de La Coloma.
En Cuba se siguen acumulando sin solución los daños ocasionados por huracanes y otros fenómenos meteorológicos. Cientos de familias que se han quedado sin hogares por el impacto de los ciclones permanecen desde hace décadas en albergues, en precarias condiciones y sin la solución prometida del Gobierno.
Ah, lento. O al decir del falso general, sin prisa pero sin pausa. O sea, que se sienten a esperar.