Todavía hay voces del oficialismo cubano que llaman a festejar ciertas efemérides que, en realidad, y tomando en cuenta la debacle por la que atraviesa el país, no ameritarían tal celebración. En ese sentido clasifica el Día del Trabajador de la Industria Ligera, que este 1 de marzo acaba de conmemorarse.
El pasado año 2022 fue portador de muy malas noticias acerca de lo acontecido en este sector de la economía cubana. Una información aparecida en el periódico Trabajadores (edición del 27 de febrero) da cuenta de algunas de esas deficiencias. Durante ese periodo la Industria Ligera incumplió los planes anuales de producción de jabón de lavar, jabón de tocador, detergente, crema dental, gasa quirúrgica, sacos de polipropileno, almohadillas sanitarias, envases y embalajes.
Por otra parte, el plan de exportaciones de ese sector tampoco se cumplió. Lo planificado para exportar ascendía a 820.500 dólares, lo cual se calificó como una cifra muy baja. Aun así solo se alcanzaron 543 mil dólares que representa el 66% del plan inicial.
La fluctuación laboral que se observa en buena parte de las ramas de la economía también se hizo presente en las empresas y entidades de la Industria Ligera. En el año 2022 esta industria vio reducir su número de trabajadores en 3.500, entre obreros, técnicos y profesionales. Muchos de estos trabajadores que abandonaron el sector lo hicieron buscando mejores salarios en otros empleos, aunque no se puede dejar de considerar la gran emigración que se ha producido en el país. Según apuntan especialistas en el tema, casi el 80% de las personas que emigran de Cuba están en el rango de edades entre los 15 y los 59 años. Es decir, casi todos en plena edad laboral.
A la hora de mencionar las causas de los citados incumplimientos se aduce la falta de financiamiento, el "bloqueo" de EEUU (el paño de lágrimas que lo intenta justificar todo), así como la pandemia del coronavirus.
Con respecto a este último elemento no resulta muy difícil demostrar la endeblez del argumento oficialista. Basta con comprobar que ya en 2019, antes del azote de dicha enfermedad, la Industria Ligera había experimentado una baja productiva en buena parte de sus surtidos.
De acuerdo con cifras tomadas del Anuario Estadístico 2021, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), observamos que en 2019, con respecto a 2017, disminuyeron las producciones de colchones, sábanas, ropa interior, camisas, pantalones, sayas, calzado, envases de madera, papel para envases, papel sanitario, cartón , cartulina, periódicos, revistas, libros y folletos, etiquetas impresas, jabón de lavar, jabón de tocador, pasta dentífrica, perfumes y cosméticos, y muebles.
Como vemos, gran parte de las producciones de la Industria Ligera, que a su vez constituyen bienes de consumo de primer orden para la población, vienen experimentando una merma productiva desde hace al menos cuatro años. Una merma que tocó fondo durante los años 2020 y 2021.
Entonces, y comoquiera que ello acontece en medio de una carencia financiera que restringe la capacidad importadora del castrismo (además de su conocida estrategia de sustituir importaciones) es fácil explicar el porqué del gran desabastecimiento de estos bienes de primera necesidad que existe hoy en los establecimientos comerciales de la Isla.
Si le preguntaran al cubano de a pie, ese que sufre a diario las carencias, las colas, y los altos precios cuándo encuentra algunos de estos productos deficitarios en la economía sumergida, es casi seguro que opine que no había nada que festejar en este Día del Trabajador de la Industria Ligera.
... una Industria que nunca ha sido tan ligera ... es un espectro ...