Un hombre con enfermedad mental y en condiciones de extrema pobreza fue trasladado a una institución hospitalaria este domingo en La Habana después de dos días tirado sobre basura en su propia vivienda, al parecer en medio de una grave crisis de esquizofrenia, y tras las denuncias de sus vecinos a través de canales oficiales y en redes sociales.
Diana Rosa Morales, vecina del enfermo, en el barrio del Vedado, en La Habana, denunció en Facebook la situación de abandono del hombre, identificado como Víctor o Vitico.
"Gobierno municipal y Salud Pública de Plaza (de la Revolución), miren, un caso social de este país. Esto es en calle A entre Zapata y 33. Ni en Haití hay un caso así. Desde ayer este hombre, esquizofrénico desde niño, sin familia, está tirado en ese basurero que es su casa. Todos los vecinos están cansados de llamar a todos lados y no se resuelve nada. Por favor, alguien que tome partido en este caso", reclamó en una publicación con imágenes sensibles de la situación.
"Son las dos de la tarde y no aparece una ambulancia para recoger a Vitico y llevarlo a un hospital, desde las 9 de la mañana, casi 48 horas ahí tirado, están esperando a que se muera ahí tirado", dijo en otro mensaje.
Por último, Morales compartió un video del momento en que el personal paramédico saca al enfermo de su vivienda y lo introduce en una ambulancia. En el material los vecinos discuten con los ambulancieros. Uno de estos profesionales de la salud exigió a Morales borrar el video.
"Víctor, por Dios, qué vida más triste para una persona que no está bien de la mente. Dónde están los trabajadores sociales de esa localidad. Que hagan su trabajo que para eso les pagan. Eso es lo que llamo resistencia y continuidad del hambre y la miseria. Aun así se hacen llamar revolucionarios, cuando tienen a muchas personas con discapacidades muriendo de hambre, como a este pobre hombre que me vio crecer", lamentó Margarita Pedro, una vecina que comentó en una de las denuncias de Morales.
Para Pedro, "es humillante ver un país que habla tanto de la seguridad ciudadana y aquí está la prueba de que todo es mentira. El pueblo de Cuba está muriendo de hambre, qué triste realidad".
Sobre la actuación del personal sanitario, otra usuaria escribió: "Los compañeros de la ambulancia no quieren trabajar. Tienen que justificar su salario haciendo algo productivo: recoger a un pobre hombre muriendo de hambre, miseria y falta de medicamentos. Si les da asco, entonces para qué están en ese trabajo. Aquí es donde nos damos cuenta de la falta de humanidad que tienen esos ambulancieros, se molestan por hacer su propio trabajo, que no es un favor lo que están haciendo".
Cuba tiene la población más envejecida de la región, las proyecciones indican que para 2050 se ubicará entre los diez países más envejecidos del mundo. Las autoridades se jactan de aplicar políticas que, según el discurso, "no abandonan a nadie".
Para la socióloga Elaine Acosta, "el gran problema no es que la población cubana envejezca, porque eso pudiera ser un síntoma positivo relacionado con el aumento de la esperanza de vida; el problema son las condiciones en las que el país envejece, en las que no se puede garantizar una vejez digna".
Acosta, que intervino recientemente en el programa de DIARIO DE CUBA Los Puntos a las Íes, alertó de que lo normal sería que el Gobierno tomara medidas acordes a las necesidades de una población cada vez más envejecida.
En cambio, "lo que hemos visto es una retirada del Estado, una reducción de su presupuesto en estos servicios. En Cuba hay un gran déficit en la oferta de cuidados a la población mayor, que ha aumentado su demanda".
"No hemos visto cambios ni en el sistema de protección social, ni en el sistema de seguridad ni en el de salud, que debe adaptarse a las necesidades de una población envejecida. Estamos viendo lo contrario, una de las mayores crisis del sistema de salud cubano, desde la atención primaria hasta la hospitalaria", lamentó.
Ahi está la potencia médica...al rato vienen las yeguas que relinchan en esta página a hacer control de daños...
Monsieur—- Ya, ya sé, Chancla y manada