El Ministerio del Comercio Interior (MINCIN) anunció que "debido a las limitaciones financieras en la industria que provocaron atrasos en la importación de materia prima para la fabricación de las libretas de abastecimiento del 2023, no ha ha sido posible en varias provincias su entrega y confección oportuna".
Ello, que supone repetir las circunstancias de 2022, cuando el propio organismo informó que los consumidores de Artemisa y Camagüey tendrían que seguir usando en los meses iniciales del año las páginas del documento vencido para apuntar sus compras racionadas.
También entonces el MINCIN explicó que hubo "atrasos en la importación de la materia prima".
Pero en 2023 los afectados abarcan 13 provincias, casi todo el territorio nacional: Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Guantánamo e Isla de la Juventud sufrirán por la falta del nuevo documento.
Asimismo, parte de Pinar del Río, La Habana y Santiago de Cuba tendrán también afectaciones, señaló la nota oficial, sin precisar cuántos municipios sufrirán el problema.
Como en ocasiones anteriores, según el MINCIN, "se garantiza la adquisición de los productos de la canasta familiar normada de los meses de enero, y de ser necesario de febrero de 2023, empleando temporalmente la libreta del año 2022".
La libreta cumplió en marzo de 2022 sus primeros 60 años de existencia, después que el régimen de Fidel Castro la creara en virtud de la Ley 1015 de 1962.
En esa ocasión, Sergio Ángel, director del programa Food Monitor, que documenta y denuncia la inseguridad alimentaria en Cuba, señalo para DIARIO DE CUBA lo difícil de hablar de celebración "cuando en realidad lo que se conmemora no es el abastecimiento de la población, sino su control; es decir, el momento exacto en el que por medio de una disposición del Consejo de Ministros se creó la Junta Nacional para la Distribución de los Alimentos, y esta, haciendo uso de sus facultades, estableció las primeras medidas de regulación de alimentos para los cubanos, sentenciando lo que serían los siguientes años de racionamiento".
El experto subrayó que "lo que comenzó como una medida para 'mejorar la distribución de los abastecimientos', terminó convertido en una política de Estado, que por medio de la alimentación, controla a la población en lo más íntimo. El régimen se metió en cada uno de los hogares y de manera abrupta entró a controlar lo que cada familia podía comer y los productos con los que se podían asear".
Y si bien a través del racionamiento el Gobierno entrega hoy a los cubanos menos de la mitad de los productos que vendía en sus orígenes, y la mayoría de estos dejaron de estar subsidiados a raíz del paquetazo económico de la Tarea ordenamiento, el control es cada vez más evidente.
En noviembre último, las autoridades anunciaron el inicio del proceso de digitalización de las Oficinas de Atención a Consumidores (OFICODA), el cual permitirá tener un control más efectivo de las personas inscritas en la libreta de racionamiento.
''Esto significa que, ya implementado, los trámites en las OFICODAS se realizarán de forma digital, con una información fidedigna de lo que realmente sucede dentro de los núcleos familiares, con lo que se evitan ilegalidades que en estos momentos atentan contra el sistema'', dijo la jefa nacional del Registro de Consumidores en el MINCIN, Zahidy Álvarez Amador.
El MINCIN señaló que entre las ''ilegalidades'' más comunes en los registros de consumidores que el sistema atajaría se encuentran niños que nunca nacieron, personas fallecidas o cubanos que han abandonado el país y no son dados de baja, todos estos ardides de los cubanos para conseguir más productos a través de la libreta.
El régimen además redujo considerablemente el tiempo de permanencia en la libreta de racionamiento una vez que la persona sale del país, el cual hasta septiembre de 2021 era de 24 meses. Ahora, después de permanecer más de tres meses en el exterior, a la persona se le da de baja automática, según la resolución 47/2021 del MINCIN.
Sin embargo, los alimentos mensuales que consiguen los cubanos a través de ese mecanismo apenas alcanzan para alimentarse una semana. El resto deben conseguirlo en el mercado, con precios prohibitivos y en medio de una escasez extrema.
A ver si así también dejan de imprimir leyes absurdas como las que acostumbran a redactar.
Para qué, si ni alimentos tiene para brindar a la población a través de esa cartilla.
Cuba es un país arruinado y revuelto cien por ciento y otros países quieren tener un pie en Cuba porque a río revuelto ganancia de pescadores. Ni papel hay. Habrá que limpiarse el c... con los dedos.
!Hasta cuándo!