La prensa oficial cubana arremetió otra vez contra los coleros, apenas un día después de que las autoridades habaneras tuvieran que anunciar la eliminación de las brigadas creadas para enfrentarlos, conocidas como LCC.
Una nota publicada en el periódico Granma definió a los coleros como "una perjudicial especie, difícil de erradicar", aunque tuvo que reconocer que es "hijo de un escenario marcado por el desabastecimiento en las unidades estatales de venta en moneda nacional" de Cuba. Como es habitual, el medio oficial atribuyó la carestía a "la crisis económica incentivada por el incremento de las medidas de bloqueo y la pandemia".
En medio de la escasez crónica de comida y productos básicos que atraviesa el país, la prensa oficial cubana ha intentado colocar el foco sobre los coleros, haciéndolos aparecer como los principales culpables de que la población no alcance esos productos, tras horas de espera en colas interminables.
Sin embargo, los cubanos entrevistados por Granma saben que esas personas no son el problema.
"Solo desaparecerán el día en que las tiendas estén llenas de productos, porque solo así no tendrían razón de ser", cita el medio oficial a un cienfueguero de 77 años.
Otra joven de esa provincia afirmó que "el colero existe porque lo poco que hay debemos cogerlo en colas".
Otro entrevistado propuso la venta de todos los productos a través de la libreta de abastecimiento y que se le vendan un mes a un núcleo y el siguiente mes a otro, lo que consideró "equitativo y justo".
Pero, como señaló Granma, los coleros no están solo presentes en las unidades de venta en moneda nacional, sino además en aquellas que venden en moneda libremente convertible (MLC), con la que el Estado cubano no paga a los trabajadores y a la que solo tienen acceso aquellos ciudadanos que reciben remesas.
Pese a que esos establecimientos están mejor surtidos que las tiendas en moneda nacional, también en ellos escasean los productos y están presentes los coleros, a los que Granma consideró "vital" enfrentar "al margen de cualquier medida de organización que el país decida o no implementar". Según la nota, "es necesario frenarlos de un modo tan enérgico como definitivo".
Justamente, una de las medidas anunciadas un día antes en el Portal del Ciudadano de La Habana, para la venta de productos controlados de alta demanda en las cadenas de tiendas, fue la eliminación de las brigadas anticoleros, muy similares a las parapoliciales "brigadas de respuesta rápida", creadas por Fidel Castro en los años 90.
El "insuficiente enfrentamiento a los coleros, revendedores y acaparadores, aun cuando en el 2022 se han enfrentado 1.352 coleros" y los "reiterados estados de opinión de la población sobre el funcionamiento de los grupos de LCC, condicionado por irregularidades en los ciclos de distribución y la equidad entre las cadenas y establecimientos que comercializan los productos; así como la inseguridad en la adquisición de los mismos", aparecen entre "las principales problemáticas identificadas" en la organización de las ventas desde mayo pasado, según la publicación en el mencionado portal.
Granma reconoce que la falta de control en el sector estatal es el “principal caldo de cultivo” de las ilegalidades.
Una hora después de intentar, una vez más, culpar a los coleros de que la población no pueda adquirir los productos en las tiendas y estos se encarezcan en el mercado informal, Granma tuvo que reconocer, en otra nota, que la falta de control de entidades del sector estatal es el "principal caldo de cultivo" de "numerosas actividades ilícitas".
En varios operativos policiales realizados en la provincia de Granma se pudo comprobar que "una gran parte de los productos que se están comercializando en el mercado ilegal de la provincia proviene de instituciones estatales", señaló el medio estatal.
Según la nota, se han aplicado más de 50 multas por la venta ilegal de cigarros criollos en casas, cuyo precio ascendía, como promedio, a alrededor de 200 pesos por cada cajetilla, unas 20 veces por encima de su precio oficial.
En otras de las supervisiones, se detectó que en la unidad empresarial de base de Acopio, del municipio de Bayamo, se habían comprado 5.000 pares de botas de goma, por 7,5 millones de pesos a una MIPYME radicada en La Habana, sin que mediaran facturas ni contratos ni registros en la contabilidad.
En varias entidades estatales de esa provincia oriental cubana se acaparaban productos como aceite, aseo, alimentos, medicamentos, balitas de gas y otros, para su posterior reventa en el mercado informal; mientras que en algunas bodegas se adulteraba el precio de las ofertas liberadas, de acuerdo al medio oficial.
Y porqué no crean una Brigada antibasura y hediondad ,limpian la capital y le dan un mejor uso a sus "chivas"....
En estos sesenta y no sé cuántos años ya, cada cierto tiempo el régimen inventa cruzadas contra la corrupción. Todo para presentar una imagen de decencia o de no sé qué cosa. Pero la gente vive en medio de una escasez atroz y continuada, por lo que no es posible que esos "numeritos" den resultado.
Para que esas brigadas hubieran tenido éxito era necesario formarlas con marcianos: si pones a cubanos muertos de hambre a vigilar a cubanos muertos de hambre el fracaso está garantizado.
Los cubanos, ingenuamente, usabamos los chistes como paliativos. Cuando empezaron las colas se decía que el caballo termina por la cola. El caballo desgobernó hasta que se fue al infierno y la escasez y las colas se acrecentaron.
Para los no cubanos: A Fidel Castro le decían "el caballo" porque vista de lado su nariz parecía tener cara de caballo.
Es olímpico el infantilismo oficialista de culpar siempre a factores subjetivos (como la codicia de "ciudadanos inescrupulosos que tratan de lucrar con las carencias del pueblo" o la falta de control de las autoridades competentes) y nunca centrarse en las leyes objetivas y científicas del mercado que sostienen que siempre que existe demanda sin satisfacer florecerá un mercado negro que intentará compensar las insuficiencias de aquellos encargados de trazar las políticas económicas a largo plazo de un país.
Siguen con la fantasía del "hombre nuevo" que nunca fueron capaces de crear y que hoy engrosa una de las mayores poblaciones penales del planeta.