La campaña tabacalera 2021-2022 en Pinar del Río tiene atrasos en el procesamiento de 12.000 toneladas de hoja, informó el periódico oficial local Guerrillero.
Este medio reseñó la Plenaria Provincial de Tabaco en ese territorio, reunión donde se analizaron las proyecciones para la próxima contienda, la situación con los insumos y el pago a la fuerza de trabajo.
Durante el encuentro, Marino Murillo Jorge, presidente del grupo empresarial Tabacuba se refirió a las principales causas que ocasionaron atrasos en el beneficio de la hoja. Señaló al desfase de la época de siembra, las violaciones de las tecnologías en el cultivo y las limitaciones de recursos.
El funcionario dijo que la campaña 2022-2023 se iniciará el 20 de octubre y en noviembre debe estar plantado el 65% de las 11.000 hectáreas previstas en la provincia. Al cierre de 2022 debe quedar sembrado el 95% de todo el tabaco pinareño.
"No podemos darnos el lujo de que quede tabaco por plantar después del 10 de enero, porque sabemos que serán recursos perdidos. Tenemos el financiamiento para garantizar los fertilizantes, los productos fitosanitarios y el nitrato de amonio a los productores, por eso debemos usarlos en el tiempo requerido", dijo Murillo.
Leoncio Torres Cabrera, presidente de la CPA Carlos Lóriga, del municipio de San Luis, se refirió a la importancia de incrementar los rendimientos y la presencia de capa en la industria. Para ello dijo que es necesario evitar la masividad en la producción tabacalera.
"Para producir tabaco hay que seleccionar a los mejores. Es como hacer un equipo de pelota para ganar. Si no hay rendimientos, ese productor debe dedicarse a producir boniato, yuca, plátano", concluyó Lóriga.
Por otra parte, Servilio Jesús Córdova, distinguido con la condición de Hombre Habano, destacó que la estrategia para obtener mejores resultados en el tabaco tapado no es aumentar las tierras a plantar, sino incrementar los rendimientos en la misma extensión.
"Si queremos más y mejor capa —señaló Córdova—, lo primero es seguir paso a paso el instructivo técnico que se actualizó en 2012. Hay que leerlo bien, porque eso no es más que el resultado de las investigaciones de las estaciones experimentales del país".
La llegada de Marino Murillo a la dirección de Tabacuba ha coincidido con un declive en la industria del sector. La impronta del fracasado tecnócrata del castrismo (Murillo estuvo más de una década al frente de la llamada "actualización del modelo económico cubano"), resuena en la caída de la producción de cigarros a menos de la mitad de lo planificado.
La industria tabacalera en Cuba (como la del azúcar, el café o la pesca), están controladas estrictamente por el Gobierno comunista. El monopolio del estado en el mercado de estos productos genera improductividad y descontento en los particulares.
Si la ruina de la industria azucarera no importa, pues esto menos todavía.
Y ahora llega Ian justamente por Pinar del Río y los cálculos se convierten en cal culos.