Después de décadas de declive del cultivo del henequén, la estatal Empresa de Fibras Naturales quiere rescatarlo en territorios como Matanzas, Cienfuegos y Mariel, reporta el diario oficial Granma.
A partir de la crisis económica provocada por la caída del Campo Socialista a inicios de la década de los 90, en Cuba prácticamente se paralizó la siembra y procesamiento de henequén. En 1985 se producían algo más de 6.000 toneladas de fibra, y apenas ocho años más tarde el país debió importar más de 400 toneladas.
El rescate henequenero comenzó con la incorporación de nuevas áreas de cultivo y, en diciembre de 2016, nació la Empresa de Fibras Naturales como regente para la recuperación del sector, indicó el reporte oficial. La política de la entidad buscaba incrementar el número de hojas por planta y que se desarrollaran en el menor tiempo posible.
Según Granma, esas premisas permitieron en 2021 alcanzar una producción de 200 toneladas de soga, destinadas en su inmensa mayoría al aseguramiento logístico del tabaco. El sector produjo además 56 toneladas de cordel artesanal, y 20 toneladas de soga de polipropileno a partir de materia prima importada. Este último producto con alta demanda en los puertos.
El director adjunto de la Empresa de Fibras Naturales Yuilber Castillo Ramírez, declaró a Granma que las áreas destinadas a este cultivo rebasan hoy las 700 hectáreas, 200 de ellas en fomento. Según Castillo Ramírez, la meta es completar las 3.000 hectáreas, pero esto demanda elevar la cantidad de posturas.
En los últimos cinco años solo se han sembrado 130 nuevas hectáreas de henequén debido a la precariedad del programa de fincas de posturas para respaldar la siembra y reponer las plantaciones de forma permanente.
Otros puntos negativos del sector son la infraestructura y la mano de obra. La empresa cuenta con tres fábricas desfibradoras y una vieja planta (la conocida Jarcia), para el procesamiento industrial, ya con algo más de un siglo de explotación. El personal no llega a los 500 trabajadores, a los que solo refuerzan 40 jóvenes del Ejercito Juvenil del Trabajo (EJT).
Una de las vías para incentivar al gremio son los salarios. Para las labores más difíciles en el campo, como la chapea y la cosecha, llegan a ser de hasta 15.000 pesos mensuales.