Tras los sucesos del 11J, el discurso oficial ha asegurado que las protestas iniciadas el 11 de julio en San Antonio de los Baños fueron organizadas y financiadas desde el exterior, y que primaron la violencia y los actos vandálicos. También ha negado la represión policial y ha sostenido que en los procesos judiciales se ha demostrado la responsabilidad de los acusados. Los testimonios de Yacel Hernández Viera y Yoel Parsons Bones contradicen estas afirmaciones.
El 11 de julio Damián Yacel Hernández Viera se sintió, "como muchísimos en Quivicán, libre por primera vez".
"El pueblo pudo gritar ese domingo sus necesidades, sus problemas, su inconformidad con el Gobierno, con lo dirigentes de este país, con la falta de alimentación y de medicinas porque nadie escucha sus cuadros o situaciones de vida. Lo más importante es que la manifestación en Quivicán fue netamente pacífica", cuenta a DIARIO DE CUBA Hernández Viera, uno de los nueve arrestados de este territorio.
"Allí no se tiró una piedra, no hubo agresiones de tipo alguno contra nada ni contra nadie. No se confrontó a nadie, no se discutió. Tampoco hubo ninguna organización, como en ninguna de las protestas en el país, sino que fue espontánea, porque las personas no necesitan ser 'convocadas' para expresar sus necesidades. Quienes se manifestaron en Cuba el 11 de julio fueron convocados por sus propias convicciones morales", acota Hernández Viera y asegura que al menos 300 personas salieron a manifestarse en esa comunidad.
"Cuando llegamos al parque desplegamos una bandera y cantamos el himno nacional. Luego gritamos consignas como 'Libertad', 'Elecciones libres', 'Abajo la dictadura' y 'Patria y Vida'. No hubo desacato de ninguna índole, porque allí ni siquiera se personaron policías. Únicamente estaba presente el jefe del Gobierno municipal al que no se le tocó ni un pelo. Como tampoco se les respondió a los dos o tres adultos mayores que intentaban desacreditar la marcha gritándonos ofensas".
A la mañana siguiente, Hernández Viera iba a donar sangre para su tía, ya que no había ni en el hospital ni en el banco de sangre. En el trayecto fue interceptado por dos coches patrulla y dos motocicletas de oficiales de la Policía Política.
"Pregunté de cuáles delitos se me acusaba y me respondieron que en la Unidad de Policía se me explicaría. En la Unidad me atendió primero una enfermera que me requirió mis datos personales y me preguntó sobre mis padecimientos de salud. Luego el jefe de la Policía me informó que iban a darme 'una vueltecita'. Me esposaron y me montaron en un carro donde ya estaba Tomás (Beltrán), otro de los manifestantes. De allí nos conducen hasta el Técnico (Departamento Técnico de Investigaciones) de San José".
"En el Técnico de San José nos interrogaron durante dos días. Me preguntaron qué había hecho, quién me pagaba. Les respondí que yo me había manifestado porque es un derecho de todo ciudadano, no solo de Cuba sino del mundo, y que la Ley me amparaba en mi país para manifestarme libremente. Que yo no había cometido ninguna agresión en contra de nadie ni de ningún bien del Estado", relató Hernández Viera, cuya tía falleció el mismo día que fue excarcelado bajo una fianza de 8.000 pesos, casi cuatro veces el salario mínimo en la Isla.
Después de 15 días en prisión, a Hernández Viera le imputaron los cargos de desacato, desorden público, propagación de epidemias e instigación para delinquir. Mientras estuvo en el Técnico de San José contrajo el Covid-19 y lo enviaron a su casa sin realizarle la prueba de PCR. También le obligaron a firmar un acta donde se comprometía a no volver a manifestarse o le revocarían la fianza por prisión preventiva.
Yoel Parsons también fue liberado bajo fianza tras permanecer encarcelado 23 días. A diferencia de Hernández Viera, este opositor declarado no estaba participando en las protestas de la Güinera, donde lo arrestaron. Se encontraba de casualidad en esta comunidad habanera, escenario de la única muerte reconocida por el Gobierno durante las manifestaciones.
"Me arrestaron el lunes 12 en La Güinera, cuando fui a una gestión personal en ese barrio. Cuando llegué, estaba en su clímax la manifestación y el despliegue de las tropas especiales antimotines. Mi esposa y yo quedamos en medio de la situación, y como los elementos militares y policiales arrestaban a todas las personas que ellos se le acercaban, también cargaron conmigo, aunque no con mi esposa".
"Me llevaron hacia la Calzada de Bejucal, donde ya tenían a varias personas arrestadas. Luego de ponerme las esposas de plástico me subieron a un ómnibus, donde verbalmente me maltrataron bastante y ellos se veían muy molestos. De allí me condujeron a la Estación conocida como Capri, donde me metieron en un camión, que es como una celda grande. Me cachearon con bastante violencia: me dieron empujones, cabezazos contra el camión y tonfazos bien duros", detalla Parsons Bones.
"En ese camión nos hacinaron a unas 60 personas que apenas podíamos respirar, y nos trasladaron a la prisión Ivano (municipio Cotorro) donde estuve tres días. Me tomaron los datos y la declaración. Cuando llegamos nos recibieron dos filas de oficiales y trabajadores que, cuando pasamos entre ellos, nos dieron golpes y patadas, mientras estábamos esposados, y luego nos desnudaron. En esos tres días nos dieron muchos golpes a todos. Vi cabezas rotas, dientes rotos, ojos hinchados", relata el opositor.
"A todo el que llegaba a Ivano lo recibían a golpes. A muchachos de 15 y 16 años los escuché gritar por las golpizas. Vi sangre en los baños, en el piso, en las paredes. Las historias que escuché en esos calabozos eran bien feas y también presencié algunas. Al tercer día me trasladaron a Cien y Aldabó. Allí el trato fue diferente, no hubo maltrato físico ni verbal. Me volvieron a tomar otra declaración. Esta vez fue el instructor de mi caso. Al cuarto día me trasladaron al Combinado del Este".
El trato que recibió en el Combinado del Este "tampoco fue violento", describe Parsons Bones. Sin embargo, cuenta que los policías se dirigían a los reclusos todo el tiempo como si hubiesen cometido delitos graves.
"Yo estaba en el Edificio 3, en el primer piso que llaman 'Depósito', que lo habilitaron para todas las personas relacionadas con las manifestaciones y de ellos, muchos de La Güinera. Mi abogado propuso un cambio de medida cautelar a fianza de 2.000 pesos, que fue aceptado por la Fiscalía".
"A mí no me comprobaron nada. Todos los que ellos están acusando formalmente son personas que salen en los videos o fotos tirando piedras o haciendo actos de agresión. Y supongo que también a quienes fueron delatados o que alguien haya declarado en su contra. Yo no estaba en ninguno de estos dos elementos y creo que eso influyó en que me cambiaran a la medida cautelar de salir bajo fianza a la espera del juicio", explica.
Aunque no se le comprobó nada, a Parsons Bones se le imputaron los mismos cargos que a la mayoría de las personas detenidas en La Güinera: atentado, desorden público; daños, lesiones; instigación a delinquir y sedición. Supone que, por su condición de opositor, las autoridades policiales no creen que su presencia en ese barrio haya sido fortuita.
Ariel Ragués, Plegaria a la Virgen de la Caridad del Cobre para que libere al pueblo de Cuba de la dictadura comunista que lo oprime. Se incluyen imágenes del 11 de Julio relacionadas con los hechos referidos en esta información:
https://www.youtube.com/wat…
Hay que preparar un libro que recoja el testimonio de cada uno de los perseguidos, reprimidos, acosados, de las familias de los asesinados, encarcelados, etc., a raíz de todo lo del 11 J. Esto no debe olvidarse nunca en la Historia de nuestro país.