La televisión estatal cubana divulgó este jueves datos médicos de "una familia cubana entera" con Covid-19, en su empeño de atacar al Movimiento San Isidro y el ejercicio de libertad de expresión ocurrido el pasado domingo en La Habana, denunció la organización Cuban Prisoners Defenders (CPD).
"El Gobierno desvela en la televisión datos médicos de toda una familia entera para 'desacreditar' el ejercicio de la libertad de expresión y la televisión cubana han llegado a un nivel de criminalidad deleznable", dijo CDP en Twitter.
El vocero del régimen, Humberto López, dijo que el enfrentamiento de los activistas del Movimiento San Isidro con la Policía en La Habana fue un "nuevo acto de provocación". Sin embargo, López se centró en un supuesto caso positivo de Covid-19 que estaba en la calle, pese a que su esposa y sus dos nietas llevaban varios días hospitalizadas con Covid-19.
"Me voy a detener en un solo detalle de ese día. Ahí lo ven, uno de los participantes, Orlando Escalante Vázquez, 67 años de edad, participó en la provocación de los impresentables. Orlando se expresó libremente y si alguna autoridad interfería y ponía fin al show... Bueno, ya saben quién iba a poner entonces el papel del malo", dijo.
"Lo que ustedes no se imaginan y nos cuentan que sí sabían perfectamente los protagonistas del patético espectáculo es que la esposa y dos de las nietas de Orlando, dos niñas –una de tres y otra de siete años– llevaban varios días ingresadas, positivas las tres, su esposa y las dos nietas. Ese domingo de jolgorio, en La Habana Vieja se estuvieron reportando 39 casos del sábado (...) y si les digo que entre esos número contamos con la presencia del paciente positivo Orlando Escalante Vázquez", contó.
Según López, el resultado del PCR de Escalante Vázquez se le informó unas horas después de la fiesta. "Eso a él no lo tomó por sorpresa si ya sabemos que su esposa y dos de sus nietas estaban positivas y él lo que estaba era esperando como contacto, aún así consciente acudió para sumarse a los provocadores. Y repito: los protagonistas lo sabían", agregó.
El vocero del régimen, sin embargo, no aclaró por qué Escalante Vázquez estaba esperando en su casa por el resultado de la prueba y no en un centro de aislamiento para casos sospechosos de Covid-19, sobre todo si su familia directa estaba hospitalizada por esa enfermedad, como establecen los protocolos del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).
La divulgación de la información médica de esa familia cubana por la televisión estatal va en contra, incluso, del método utilizado por el MINSAP para informar los casos diarios de Covid-19: los nombres y apellidos no se hacen público, solo la edad, el municipio de residencia, si es contacto de casos confirmados u otra información sensible como el país de procedencia.
El MINSAP solo informa de los padecimientos previos de los pacientes de Covid-19 cuando están en estado grave o crítico. Pero nunca da los nombres.
Pese a que la agencia estatal Prensa Latina se jactó en una noticia en noviembre de 2020 de que los médicos cubanos cumplen "con el juramento hipocrático (porque) son reflejo de una alta preparación ética, solidaria y científica, alentada por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro"; la televisión cubana y el MINSAP se saltaron uno de los principios de ese juramento universal: "respetar el secreto de quien se os haya confiado a vuestro cuidado".
La familia Castro, a través de su vocero oficial, se siente con el derecho de divulgar los por menores privados de sus 11 millones de esclavos.