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Economía

Trabajadoras sexuales cubanas: atrapadas entre la pandemia y el 'ordenamiento monetario'

Acosadas por la Policía, algunas han recurrido a grupos de WhatsApp para continuar llevando el sustento a sus familias.

La Habana
Una extrabajadora sexual cubana retocando su maquillaje antes de la pandemia.
Una extrabajadora sexual cubana retocando su maquillaje antes de la pandemia. El País

La expansión del Covid-19 en la Isla truncó la sobrevivencia de Aliuska, una joven habanera de 26 años de edad que ejerce como trabajadora sexual entre Centro Habana y el Vedado. Tanto el temor al contagio como las medidas sanitarias impuestas por el Gobierno para intentar contener la pandemia, limitaron su actividad y la posibilidad de llevar el sustento a su familia.

"2020 fue un año bien difícil para todas las mujeres que trabajamos ofreciendo servicios sexuales. Fueron muchas las limitaciones: negocios que tuvieron que parar tras el cierre de las fronteras, gente que se quedó desempleada por las cuarentenas, y que quienes recibían remesas se vieron obligados a prescindir de muchas cosas, porque la escasez de todo disparó los precios de la vida misma", dijo Aliuska, soltera, con una hija de seis años de edad y a cargo de su madre, una anciana con limitaciones físico-motoras.

Al panorama descrito por Aliuska se sumó el recrudecimiento del hostigamiento de la Policía a las trabajadoras sexuales, ahora bajo amparo de un nuevo delito: "propagación de epidemia".

"Intenté hacer parte de mi trabajo en las cercanías de mi barrio, pero el jefe de sector me acosó de tal manera que me vi obligada a desistir. Las amenazas de quitarme a mi hija y de mandarme a prisión por propagación de epidemias y peligrosidad surtieron efecto. Prácticamente he estado viviendo de la caridad pública, de mis amigas en el extranjero, o arriesgándome uno o dos días a la semana a hacer la calle, y no siempre he podido 'hacer la cruz'".

Con las nuevas tarifas de los servicios públicos y el astronómico aumento de los precios de alimentos y medicamentos tras la instauración del "ordenamiento" monetario y cambiario en el país, la supervivencia de Aliuska se tornó caótica: solo el costo de los medicamentos prescritos a su madre supera los 400 pesos mensuales, y la dirección municipal de Trabajo y Seguridad Social de su territorio "todavía está estudiando otorgarle la chequera".

Otras mujeres, como Sandra, tienen el convencimiento de que ofrecer servicios sexuales es un trabajo y no les avergüenza. Para esta joven de 27 años, madre soltera de dos menores de cinco y ocho años de edad, ser una mujer independiente y sostener a su familia no va en la misma ecuación de tener un salario estatal.

"Lo que avergüenza es la mentalidad de las personas en este país y la hipocresía del Gobierno y de la Policía, que nos acosa como si estuviésemos cometiendo un delito. Ninguna mujer que ofrece servicios sexuales necesita ayuda psicológica, sino que necesita trabajar como cualquier persona. Pero trabajar por un salario digno y no explotador", dijo Sandra.

"Durante la pandemia, todas nos hemos visto entre la espada y la pared porque aumentó la persecución policial contra nosotras. Mientras se permitía abrir playas, bares y restaurantes, a nosotras nos impedían siquiera salir a la calle", añadió Sandra, quien trabajó en un laboratorio farmacéutico por un salario que apenas le alcanzaba para el uniforme escolar de sus hijas.

"Decidí ofrecer mis servicios porque, al menos para mí, robar o estafar no es una opción. No recibo remesas y jamás he puesto un pie en Seguridad Social para mendigar una chequera. Ser una madre soltera en este país es casi un delito, es casi como llevar un cartel que dice 'jódete'", cuestionó Sandra, quien ha logrado mantener su actividad durante la pandemia gracias a un grupo de WhatsApp para servicios sexuales.

"Tenemos dos casas de dos amigas, porque en nuestros barrios es imposible por la persecución del jefe de sector", explicó Sandra.

No son pocos los testimonios de trabajadoras sexuales que, a cambio de no ser procesadas por "estado peligroso" ‒delito por el cual son encausadas judicialmente‒ han sido prácticamente obligadas a recibir atención psicológica.

Las trabajadoras sexuales en Cuba no están reconocidas ni protegidas, sino que son estigmatizadas socialmente y por el Gobierno. Desde hace décadas, a aquellas que ofrecen sus servicios a extranjeros se les denomina "jineteras", un término peyorativo que muchas suelen cargar de por vida.

El Código Penal vigente no castiga explícitamente la prostitución, pero el Artículo 73 considera "estado peligroso" que un sujeto incurra en alguno de los índices de "peligrosidad" siguientes: "la embriaguez habitual y la dipsomanía, la narcomanía, y la conducta antisocial".

En su apartado 2 señala que se considera en estado peligroso por conducta antisocial "al que quebranta habitualmente las reglas de convivencia social mediante actos de violencia, o por otros actos provocadores, viola derechos de los demás o por su comportamiento en general daña las reglas de convivencia o perturba el orden de la comunidad o vive, como un parásito social, del trabajo ajeno o explota o practica vicios socialmente reprobables". El Artículo 73 suele ser aplicado a las trabajadoras sexuales.

La pandemia también hizo mella en la vida de Viviana, una joven de 30 años de edad que ofrecía sus servicios a extranjeros en la red de hoteles ubicados en el territorio de Playa. Tras el cierre de la frontera, tuvo que hacer malabares para mantener a sus dos hijos menores y a sus padres, de edad avanzada y con graves problemas de salud.

"Trabajar para el Estado es como mentirse a sí misma. Nunca me llegó el círculo infantil para mis hijos, como le pasa a más de la mitad de las mujeres en Cuba. Las madres solteras que quieren ser independientes económicamente tienen que recurrir a los círculos privados. Y para tener una atención médica decente, también tienes que pagar", dijo Viviana, quien no responsabiliza a nadie de su decisión de convertirse en trabajadora sexual.

"Fue mi decisión personal, pero tampoco permito que nadie, incluyendo al Gobierno, me juzgue por no querer seguir girando en un círculo de pobreza y necesidades", añadió.

"Hablamos de un país donde ni siquiera se garantiza la producción de condones. Sigo ejerciendo mi actividad a través de WhatsApp, pero dirigida a clientes bien selectos que puedan pagar los precios actuales", explicó Sandra, a quien el ordenamiento monetario no logra convencerla de abandonar.

"Sales a la calle y todo lo que escuchas son quejas contra el dichoso ordenamiento, que ni quintuplicando los salarios le arreglará la vida a quienes trabajan para el Estado. Por ese camino, bien, mal o regular, muchas madres solteras terminaran ejerciendo como trabajadoras sexuales antes que estar ocho horas sudando para nada", opinó.

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11 comentarios

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Ah... por eso no se le ve a la 1ra. Dama LIs con su marido que dice ser el presidente de Cuba en los actos públicos.

Profile picture for user EL BOBO DE LA YUCA

Aliuska dice que "2020 fue un año bien difícil para todas las mujeres que trabajamos ofreciendo servicios sexuales [porque, entre otras cosas] quienes recibían remesas se vieron obligados a prescindir de muchas cosas". Es decir: las remesas también pagan follar jineteras!

Profile picture for user Peña Tico

Recuerdo, al principio de aquello, que las sacaron de los burdeles y las hicieron
taxitas con aquellas wasabas que trajeron de Polonia, que duraron lo que un merengue.................

Si lo hacen no es por placer sino por la necesidad y el primero que abrio el cuento que no habrian mujeres ejerciendo el oficio mas viejo del mundo fueron ellos con tantos cuentos de adas conque marearon a la poblacion.

Profile picture for user Don Carlitos

No conozco al autor de esta cita la cual creo fue escrita en el Renacimiento florentino "una prostituta cumple una función social mucho más importante que una monja".

Profile picture for user Ana J. Faya

"Vicios socialmente reprobables"...uhmmm. Vicio no es, es una forma de ganarse la vida ofreciendo un servicio, que el cliente paga. Y para las feministas: no venden su cuerpo sino un servicio. Es reprobable en Cuba, donde se vive en el medioevo, bajo la sombra de una especie de Papado, que es el Comité Central, ocultando no sé cuántos prejuicios y saliendo a condenar a esas mujeres, como quien condenaba a la hoguera en tiempos de la inquisición. En Cuba además no se ha legislado sobre ello, sino esas mujeres viven, como se dice aquí, bajo el acoso de los policías y funcionarios municipales. La visión obsoleta ya de los burdeles de los 50 en tiempos de Fidel Castro, se arrastra hasta hoy, y la muy "avanzada" princesa Marielita no le ha metido coco al asunto. Que legislen, la ley las proteja y ellas paguen sus impuestos como lo hace un barbero por su trabajo.

Ana, vicio no es evidentemente, pero la prostitucion es reprobable no solo en Cuba, sino en la mayoria de los paises. La razon de esto es el concepto universal de virtud asociado a la mujer, a la cual se ha visto siempre como ese ser especial que engendra y trae al mundo una nueva vida. Aqui en España se estima que hay cerca de medio millon de mujeres dedicadas a la prostitucion y como regla general suelen tener ingresos superiores a la mayoria de los profesionales. Precisamente por los tabues existentes respecto a la moralidad de esta actividad, los gobiernos de turno optan por no reconocerla como un trabajo, por lo que no pagan impuesto alguno, pero tambien las deja desamparadas en epocas de crisis como la que se vive.

Profile picture for user Ana J. Faya

España, donde los partidos conservadores respiran al lado de las sotanas y llevan décadas esparciendo sus visiones, por supuesto que ven ese oficio como reprobable. No dudo que la media de los países de este mundo lo encuentre reprobable, porque la lucha de las mujeres por sus derechos e igualdad en una sociedad es relativamente reciente. "Ser especial" ¿la mujer? No, esa es la hipocresía de los mismos grupos que reprueban la prostitución. Igual que exaltan "virtudes" cuando les conviene, igual vale menos que un hombre para promoverla a cargos, para escoger en una entrevista de trabajo, para atender a los hijos, a los viejos y para...mil cosas más. Y aquí se habla de Cuba, que en asuntos sociales está en el medioevo, con relación a la mujer y a los homosexuales.

Me referia a su afirmacion de considerar la prostitucion como reprobable el ser resultado del atraso en Cuba. Yo diria que es una forma de condicionamiento social casi universal que desaprueba esa actividad (aunque hipocritamente muchos la critican y a la vez la disfrutan) y existe tambien en algunos paises muy desarrollados donde la igualdad entre los sexos, laboral, salarial y social es un hecho real.
En Cuba ese condicionamiento social es aun mayor ya que el atraso siempre trae menos tolerancia. Pero reprobar la prostitucion no es un fenomeno exclusivo de Cuba, sino que existe en casi en todos lados.

Profile picture for user Amadeus

La gran paradoja de la oligarquía castrista es que supuestamente hizo una revolución para entre otras cosas acabar con la prostitución, y 60 años después las generaciones que el régimen que han formado a su imágen y semejanza, terminan ejerciéndola por falta de futuro.

En muchos países el trabajo sexual no es un estigma, Aquí incluso con la pandemia tienen derecho a ayuda del estado, siempre y cuando hayan cotizado en la seguridad social, como cualquier otro trabajador o contribuyente. Ninguna es discriminada ni son objetos de burla por ser trabajadora sexual. Por supuesto es una ocupación que despierta reservas y prejuicios, sobretodo en la gente conservadora y mayor pero existe un respeto y discresión sobretodo por parte del estado.