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Sociedad

La falta de círculos infantiles bloquea el desarrollo profesional de las mujeres cubanas

'Es una serpiente que se muerde la cola. Si tengo que cuidar a mi hijo, no puedo trabajar, y si no puedo trabajar, tampoco puedo obtener una plaza en un círculo', dice una madre.

La Habana
Círculo infantil cubano en plena pandemia de Covid-19.
Círculo infantil cubano en plena pandemia de Covid-19. Escambray

Miles de madres en Cuba se ven frenadas en su desarrollo profesional por la insuficiencia de plazas en círculos infantiles. En esa situación está Yanís Tudela, residente en La Habana Vieja y licenciada en Contabilidad y Finanzas.

Tudela no trabaja porque no tiene quien le cuide a su hijo de un año. La joven madre hizo recientemente una solicitud de plaza en círculos infantiles, pero le fue denegada.

En Cuba, el principal requisito para conseguir una plaza en un círculo infantil es que la madre, padre o tutor del menor sea trabajadora o trabajador. Para acceder a este servicio, se debe entregar una carta avalada por un centro laboral, y luego, cada tres meses, confirmar su condición mediante un documento similar.

Tudela tenía un empleo, pero ignorando que estaba embarazada cambió de centro laboral y pasó a ser contrato temporal en una nueva empresa. En cuanto descubrió su estado, lo informó a la administración… y esta le cerró el contrato para no tener que cubrir su licencia de maternidad.

El resultado es una madre desempleada que no tiene quien cuide a su hijo para intentar conseguir un nuevo trabajo. "Es una serpiente que se muerde la cola: si tengo que cuidar a mi hijo, no puedo trabajar, y si no puedo trabajar, tampoco puedo obtener una plaza de círculo para que cuiden al niño", dice abatida.  

En una situación similar se encuentra Ariadna, residente en el municipio capitalino Cerro, quien para resolver tuvo que recurrir a pagar 20 CUC a una cuidadora particular. "Conseguí un trabajo como cuentapropista que me va a permitir pagar el cuidado y quedarme con algo para contribuir en los gastos de la casa. Tengo que hacerlo, porque somos mi esposo y yo solos con todo".

Ariadna no confía en que le llegue la autorización para el círculo. "Mi madre siempre trabajó en una biblioteca, y ni mi hermano de 37 años ni yo, que ya tengo 28, fuimos a uno porque nunca nos llegó. Mi mamá nos cuenta que más de una vez puso a mi hermano en un cajón para que jugara mientras ella desempañaba sus funciones".

Yanís Tudela también intentó colocar a su hijo en un círculo particular, pero incluso esta opción, a pesar de ser mucho más cara, no siempre es posible. "En las casas de cuidado cercanas no hay capacidad para recibir a mi hijo, y en las más alejadas no tiene sentido con lo malo que está el transporte", explica.

Con la pandemia de Covid-19, el número de niños autorizados a cada cuidadora o círculo particular se redujo en un 50%. Esta medida no fue aplicada a los círculos estatales que, aun así, no satisfacen la demanda.

Medios oficiales informaron meses atrás que, de 1.085 círculos infantiles que existen en todo el país (Ecured establece la cifra en 1.130), más de 900 se mantuvieron trabajando durante la cuarentena, sobre todo para prestar servicios a aquellas madres que pertenecen a sectores priorizados.

Pero Tudela se encuentra en el grupo de madres que no son prioridad para el Estado cubano. Ahora decidió sacar una licencia de cuentapropista para poder solicitar el círculo infantil.

"Prefiero pagar una licencia como 'intérprete de documentos', apoyada en mis conocimientos de idiomas, para poder conseguir el círculo y que no dependamos exclusivamente de mi esposo", dice.

Al importe, que dependerá de una fórmula aplicada a su salario y de la cantidad de hijos que tenga matriculados, deberá sumar el costo de la licencia. Ese será el precio real del círculo.

Como parte de la lucha contra el envejecimiento poblacional, el Estado cubano estimula la fecundidad "con garantías para toda la familia". Para ello, el Consejo de Estado emitió los decretos 339 y 340, que abordan el salario garantizado, el pluriempleo y la protección en general a las madres trabajadoras en regímenes especiales.

Sin embargo, aunque a través de la resolución 6/2017 se regula el otorgamiento de las matrículas en los círculos infantiles, ninguno de esos instrumentos legales garantiza una plaza a madres, padres o tutores.

Un reportaje del diario oficial Granma titulado "¿Cómo reanudarán los círculos infantiles el curso escolar?" y publicado el pasado 29 de octubre, aseguró que María de los Ángeles Gallo, directora nacional de Primera Infancia en el Ministerio de Educación, mencionó en una trasmisión en vivo a través de la página en Facebook de la UNICEF en Cuba que en los círculos se atiende al 19% de la población infantil de la nación.

Según datos brindados por la dirigente, entre las plazas garantizadas de círculos infantiles, el programa "Educa a tu hijo" (que incluye más del 68% de los niños menores de cinco años), y el grado prescolar (12%), suman el 99% de los niños menores de seis años en todo el país con algún tipo de atención. Sin embargo, la funcionaria se contradijo al reconocer que existen más de 30.000 madres solicitando el círculo infantil y que no es posible responder a todas.

El periódico oficial Sierra Maestra reportó que entre 2019 y 2020 hubo en Santiago de Cuba 5.218 solicitudes de plazas para círculo infantil, de las cuales solo fueron concedidas 2.321, lo que representa el 44,4 % del total. Extrapolando este dato a todo el país, podríamos hacernos una idea aproximada del déficit.

El eslabón más débil en la cadena social son las madres cubanas, perjudicadas por la cultura machista, la escasez de centros de cuidado infantil y una insuficiente protección legislativa. En este duro contexto, muchas logran imponerse, mientras otras permanecen bajo el yugo económico y psicológico de sus esposos.

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1 comentario

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Profile picture for user cubano libre

Me dá una tremenda tristeza por el futuro de estos niños......