La UPEC podría llevar ante los tribunales a quienes 'acosan e intimidan' a periodistas de los medios oficiales

La oficialista Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) podría crear un grupo jurídico para acusar y llevar a los tribunales a quienes "organizan y ejecutan acciones de acoso e intimidación hacia periodistas cubanos", en referencia a los reporteros de los medios oficiales.

Así lo sugirió Rosa Miriam Elizalde, vicepresidenta primera de la organización a la que pertenecen la mayoría de quienes trabajan en los medios estatales cubanos, durante la celebración del VI pleno de su comité nacional.

La UPEC denunció que "como parte de la guerra mediática financiada desde Estados Unidos contra Cuba, también se ha desplegado una campaña de descrédito hacia los órganos de prensa nacionales a través del ataque a sus más destacadas figuras", reportó la nota de la Agencia Cubana de Noticias.

Por ello, la reunión hizo un reconocimiento a Humberto López y Lázaro Manuel Alonso, dos de las figuras que han despertado más rechazo en el último mes por estar a la cabeza de la campaña de descrédito y criminalización de los activistas vinculados al Movimiento San Isidro y el 27N a través de los espacios informativos más importantes de la televisión oficial.

La reunión de la UPEC, en cambio, los reconoció, "en representación de la dignidad de todos los profesionales de la prensa, como dos de los más agudos del gremio y recientes objetivos de injurias en las redes sociales".

En el propio contexto del encuentro, Enrique Villuendas, funcionario del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista, órgano que rige la política de propaganda de los medios oficiales, incluyendo la televisión nacional, llamó a la UPEC a seguir dando seguimiento a la Covid-19 y la "Tarea Ordenamiento", que son prioritarias en la agenda del régimen.

También pidió "posicionar en las agendas mediáticas importantes temas como el bienestar animal, la discriminación racial o por orientación social e identidades de género", todos ellos temas que la sociedad civil independiente ha reclamado y que apenas son abordados en los medios oficiales.

Finalmente, Víctor Gaute, jefe del Departamento Ideológico, elogió a los medios nacionales por su trabajo durante 2020 y les ratificó el acompañamiento del PCC en "la responsabilidad de mantener informado al pueblo de Cuba, con narrativas cada vez más innovadoras e inmediatas".

Durante el pleno de la UPEC, varios de sus funcionarios e integrantes dijeron que es perentoria la alianza entre el sistema de instituciones públicas y la prensa nacional, en medio del "escenario de guerra mediática" que viven.

Ricardo Ronquillo, presidente nacional de la organización, destacó que ante los "intentos contrarrevolucionarios de presentar una imagen de país en caos e ingobernabilidad, no son válidos los silencios, ni las explicaciones tardías" y pidió la "consolidación de un nuevo modelo de periodismo para el socialismo".

"Este nuevo modelo debe tener en cuenta como aspectos fundamentales la utilización de novedosos modelos de gestión editorial, con la apropiación de las narrativas y estéticas de los medios digitales, y un nuevo tipo de relación con las instituciones, con mayor autonomía en la toma de decisiones", dijo, reiterando algunos de los puntos que la UPEC ya ha tratado como imprescindibles en reuniones anteriores con las autoridades.

Precisamente el lunes la televisión estatal volvió a arremeter contra los periodistas y medios independientes que informan sobre la Isla. En su habitual monólogo contra los opositores al Gobierno, un reportaje del portal oficialista Razones de Cuba sacó de contexto declaraciones de varios reporteros, muchas de ellas obtenidas durante interrogatorios de la Seguridad del Estado, a quienes acusó de ser pagados por Estados Unidos y otros países.

Entre las muchas respuestas que recibió ese reporte, transmitido en horario de máxima audiencia a través del Noticiero Estelar, la periodista Mónica Baró indicó en su muro de Facebook que "los medios estatales tienen tan dañada su credibilidad, desde antes de que existieran todos los medios independientes que han referido en los últimos días, que cuando dicen que algo es azul la gente asume que es verde. No se dan cuenta de que la única oportunidad que tienen de competir con los medios independientes es usando todos sus recursos materiales y humanos para producir periodismo". 

"En casi todos los sitios en los que yo he encontrado historias, sus protagonistas han intentado antes contactar con medios estatales o con sus periodistas y en la mayoría de los casos no han recibido ni una respuesta. Y he visto las cartas y los mensajes por Messenger. Cuba está llena de historias que necesitan cobertura. Pero cobertura seria, sin propaganda. A quien le interesa la verdad, va y la busca", aseguró.

La pasada semana, miembros del grupo Articulación Plebeya presentaron ante autoridades cubanas y con un respaldo de más de 400 firmas una queja y petición centrada en los atentados contra la dignidad y el honor de las personas que se han vuelto práctica de las autoridades y medios de comunicación en Cuba en los últimos días.

Integrantes de la Articulación hicieron entrega física del documento ante las sedes de la Fiscalía General, el Ministerio de Justicia (MINJUS), el ICRT y la Asamblea Nacional del Poder Popular, todas en La Habana.

El documento expresa preocupación "por las actuaciones de varios medios de comunicación estatales" tras el desalojo de los acuartelados en San Isidro y los sucesos del 27 de noviembre (27N) frente al Ministerio de Cultura (MINCULT).

Rechaza el llamamiento a la violencia que promovió un post en redes sociales del portal oficial Cubadebate, así como la réplica realizada por el Ministerio de Justicia, en su cuenta de Facebook, de una comunicación del MINCULT en la que los 32 ciudadanos que participaron en la reunión del 27N son calificados como "mercenarios".

La Queja y Petición señala, además, que "el sistema informativo de la televisión cubana y la prensa en general han manipulado información, al ofrecer en sus más recientes espacios, fotos, audios y videos de personas, a quienes se asocia, muchas veces de forma implícita, con determinadas conductas o valores que, en el contexto cubano, pudiesen considerarse degradantes o ilegales".