Después de vivir toda su vida en un albergue en pésimas condiciones, Rosa Sotolongo Álvarez y su hermana Naomi Crespo Álvarez, de 16 años de edad y embarazada, se instalaron el pasado 13 de diciembre con los cuatro hijos de ambas, todos menores de edad, en una carpintería abandonada en la calle Cuba 659 entre Luz y Acosta, La Habana Vieja.
"Tuvimos que hacer esto porque no tenemos dónde criar a nuestros hijos. Vivíamos en condiciones de hacinamiento, con nueve personas más de distintas edades y sexos, en el albergue de la calle Jesús María y Picota", dijo a DIARIO DE CUBA Rosa Sotolongo. "Ese albergue está en muy malas condiciones por donde quiera que lo mires; para no pisar una fosa caminábamos por encima de unas tablas. Yo tengo tres hijos, el mayor tiene diez años, y para mí era imposible seguir allí", añadió.
Aunque la carpintería está llena de escombros y de polvo, carece de baño y cocina, las opciones que tenían estas madres eran nulas. "Yo no había nacido aún cuando la familia tuvo que irse de la que fue nuestra casa original, debido a que iban a reparar el techo de un restaurante estatal que a su vez era el piso de nuestra casa en la calle Acosta", relató Naomi Crespo. "Por ese motivo nos trasladaron para un albergue, pero nunca regresamos a nuestra casa, y mi madre, por tirarse a la bebida, jamás reclamó su vivienda", agregó.
A sus 16 años, Naomi tiene un niño de un año de edad. El bebé que espera iba a llegar "sin condiciones de ningún tipo y sin respuesta de las autoridades sobre alguna vivienda para nosotras".
"No tuvimos otra opción que romper el candado de esta inmensa nave para tener al menos privacidad y un techo que no se nos caiga encima", afirmó Naomi.
Estas hermanas aseguran no haber sido molestadas por las autoridades desde que están en la carpintería, pero vecinos de los altos sí las han amenazado con acusarlas ante las autoridades, pues tienen algunas pertenencias en ese local y consideran a estas madres unas intrusas.
"La vecina de los altos nos ha amenazado con que hablaría en el Gobierno con Karina (una funcionaria) pues esa mujer le debe muchos 'favores' a ella, según dice. Pero siempre le hemos dicho que este local tampoco es suyo, sino del Estado, y que lo único que queremos es tener un techo para vivir", señaló Rosa Sotolongo.
Ante el grave déficit de viviendas que existe en Cuba, cada vez con mayor frecuencia en los últimos años madres desesperadas, y en su mayoría solas, han tomado locales estatales abandonados ante la falta de respuesta a sus casos.
DIARIO DE CUBA ha visibilizado varios de sus historias este año, entre ellas la de ocho madres que tomaron una herrería abandonada en la calle Villegas, en La Habana Vieja, además del caso de una mujer que junto a su hija de 16 años y embarazada se instaló en una bodega abandonada en la barriada de Santos Suárez.
// Una de ellas, con solo 16 años de edad y un bebé de un año, está embarazada... //
Hay que trabajar en serio en *la solución del problema*.
Hay que empezar por *hablar sobre cómo es que se puede resolver el problema*.
Antes convendría mucho, y no es ni muy difícil, tener un buen sistema para la discusión, para hablar, motivar a y coordinar *la solución del problema*.
Trelles_____ Qué trata usted se insinuar; el forro?? ????