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Economía

La perspectiva económica del problema político de Cuba

Un análisis de las fuerzas y las debilidades del estado actual de la nación, indica que por la economía es por donde puede romperse el corojo.

La Habana
'Make PCC Great Again'.
'Make PCC Great Again'. ALEN LAUZAN

Supongamos que mañana comparece Raúl Castro en la Mesa Redonda anunciando que los cubanos no podrán entrar más a los hoteles, que se acabó el cuentapropismo, que internet es contrarrevolución, que los celulares son exclusivamente para los técnicos extranjeros y que se reinstaura el permiso de salida. Supongamos también que, junto al hipotético anuncio, andanadas del monopolio mediático estatal justifican el retroceso como respuesta a la política agresiva de Trump, y, además, la vigilancia activa de los órganos represivos y los CDR se encargan de convencer a los incrédulos.

Muy probablemente nada pasaría, no habría olas de protesta en las calles sencillamente porque el pueblo no estaría perdiendo derechos, sino permisos. El pueblo cubano aún hoy no tiene derechos, los posee en exclusiva el Gobierno, quien otorga permisos a la ciudadanía según su propia conveniencia.

Así las cosas, Cuba no tiene un problema económico, sino político, mientras no se resuelva este, todo adelanto en derechos económicos y todo progreso material será circunstancial y dependiente de la omnipotencia gubernamental; pero eso no implica que no se deba hablar de economía para centrar la discusión exclusivamente en lo político como paso previo imprescindible; el todo o nada suele conducir a la nada.

¿Hablar o no de economía?

Demandar reformas económicas desde principios antitéticos a los del Gobierno castrista instruye a las personas en las opciones existentes al modelo imperante y es probablemente uno de los actos más subversivos posibles, sobre todo si se hace mientras se demuestra, en base a teorías económicas probadas en la práctica, la inviabilidad de las cortoplacistas propuestas estatales, pensadas para ganar tiempo y no para resolver la miseria generalizada.

Además, hay una crítica económica que es siempre política, pues devela la inmoralidad de fondo, desenmascara la esencia de un Gobierno aparentemente progresista pero que es —como toda dictadura— profundamente conservador. Esa crítica expone cómo todo lo que está haciendo el Gobierno en economía está mediado por su egoísta deseo de mantener el control, no por un genuino interés en el bienestar de los cubanos.

Hoy el castrismo mantiene incólume su control social mediante un totalitarismo fuerte que impide fructifiquen propuestas políticas desde lo civil, pero su modelo económico está en aguda crisis en un ambiente internacional donde no parece que encontrará a corto plazo un mecenas, y debe, para su propia supervivencia, intentar el desarrollo endógeno de la economía. Contribuir a la cultura económica de los cubanos ahora, les hará entender y defenderse mejor durante ese proceso.

Puede parecer que cuando se piden reformas económicas sin mencionar explícitamente las políticas se está teniendo como meta un modelo tipo chino, pero nada más lejos de la realidad. La crítica económica abarcadora hace claro que ese modelo podría ser un puente hacia la democracia, nunca la aspiración última del pueblo cubano.

En Cuba es insostenible un modelo chino, la prueba de ello es que tras casi 15 años del reinado de Raúl —declarado sinófilo—, nada indica que el Gobierno busque implantarlo. Comprenden que esos modelos para ser estables requieren características sociológicas inexistentes en Cuba.

La sociedad cubana es muy diferente a las asiáticas en dos de las dimensiones del análisis cultural de Hofstede: distancia de poder e individualismo. Resumiéndolo: las culturas asiáticas aceptan mucho mejor, por su propio devenir histórico, el colectivismo y la jerarquización vertical implícitas a las dictaduras, algo que en Cuba requiere una represión física y mental constante.

En Cuba, una clase media o alta como la existente en China sería muy refractaria al totalitarismo colectivista actual, sobre todo teniendo tan cerca y estando tan vinculada como estaría a EEUU.

La inestabilidad política de un modelo chino en Cuba juega a favor de la democracia

Abogar por reformas económicas en Cuba es de por sí abogar por reformas políticas, pues el empoderamiento económico de los cubanos parece ser el camino más expedito para quebrar su actual dependencia del Estado, inculcarles un sentido de pertenencia individualista que el castrismo podó e intenta no renazca e, incluso, para dotarles de la autoestima y la ilusión de un futuro mejor del cual carecen, debido al infantilismo cívico en que se les mantiene.

Pequeños cambios cuantitativos en la distribución de la propiedad pueden, por acumulación, transformarse en un verdadero cambio cualitativo a nivel político y gestar una nueva estructura social con recursos propios, conectada internacionalmente mediante el comercio exterior y con cierta capacidad de reacción autónoma al Gobierno, que acelere o incluso lidere, la ansiada transformación política.

Un análisis de las fuerzas y las debilidades del estado actual de la nación, indica que por la economía es por donde puede romperse el corojo, pero parece que el camino será un largo proceso evolutivo, donde conocer someramente el método y el lenguaje económico es un candil para iluminar la oscuridad en la que el castrismo pretende mantener al ciudadano.

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8 comentarios

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Profile picture for user kreutz

El cacique se pone de pinga jajaja. Es el bárbaro con el hacha.

Profile picture for user cubano libre

¡Apretaste Selena Lauzán!

En Cuba ya tenemos ejemplo de la inefectividad del reformismo; en el siglo XIX la cosa comenzó por ahí, y terminó a machete limpio.

"Supongamos que mañana comparece Raúl Castro en la Mesa Redonda anunciando que los cubanos no podrán entrar más a los hoteles, que se acabó el cuentapropismo, que internet es contrarrevolución,"... "Muy probablemente nada pasaría"

En realidad eso NO es cierto puede que estos sean permisos pero por el tiempo que ha pasado con estos permisos el cambio ya es irreversible no solo en la sociedad incluyendo los que apoyan aquello sino la mismos dirigentes castristas han amoldado sus ganancias según estos permisos el choque seria muy fuerte. Quizas el permiso de salida lo podrían restaurar pero no los otros

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Lauzán Akhbar!!!

Profile picture for user Amadeus

Probe

¡¡Díaz-Canel además de MARICÓN es PAYASO!! El PUEBLO DE CUBA SÓLO TIENE UN PROBLEMA:
¡¡Liquidar a la dictadura criminal y abusadora que los desgobierna!! Punto. ¡No hay más 'na!
¡Con todo un pueblo en las calles, LOS BOINAS NEGRAS se destiñen!

Profile picture for user Ares I

Pequeños "cambios cuantitativos en la distribución de la propiedad" otra esperanza vana de estos reformistas blandos.
¿Alguien pudiese hacerle llegar a Rafaela las decenas de detenciones y expropiaciones a cuentapropistas que tienen un cerdo de más o tres jabones y dos pomos de shampoo en su casa, y es un delito de acaparamiento?
Todo ese tema la dictadura lo tiene clarísimo. El poder económico equivale a poder político.
No vengan ahora a querer descubrir el agua tibia.