La expectativa de una subida de salarios y precios dispara la inflación en Cuba

La sola expectativa de una subida de salarios y precios por la llamada "Tarea Ordenamiento" que prepara el Gobierno cubano ya está generando un notable incremento de la inflación en todo el país.

"Todavía no han subido los salarios y ya hay una locura tremenda con los precios", comenta Rubén, un vendedor ambulante en la Terminal de Ómnibus Las Baleares, en Holguín.

"Todo el mundo sabe que, apenas llegue el 'día cero' ese que están anunciando, las cosas se van a poner por las nubes. Se dice en la calle que sucederá el mes que viene, otros que es en enero, y los que tienen mercancía la aguantan esperando a que suban los precios, para no perder. Otros la ponen más cara desde ya".

La influencia de la "Tarea Ordenamiento", como denomina el Gobierno al proceso de unificación monetaria que debe iniciarse pronto, se suma al abastecimiento, que se ha agudizado en los últimos años y también ha hecho subir los precios.

"La Negra", como le llaman a otra de las vendedoras en la misma terminal, explica la cadena de la subida: "Hace menos de un mes a mí me daban estas maquinitas de afeitar a 20 pesos para venderlas en 25, pero ahora me las dan a 40 para venderlas en 50 pesos".

"Es el doble en pocos días. Igual pasa con los chicoticos de maíz; estaba a 30 pesos el paquete para venderlo a 40, y ahora está a 40 para venderlo en 50 pesos. Todo va para arriba que se mata y lo único que dicen es que el mes que viene será peor. Van a subir el salario, pero creo que será muy poco lo que se podrá comprar, por los precios".

Es en el mercado informal donde más rápido se manifiestan las tendencias de la economía cubana (no de la macroeconomía abstracta que manejan los tecnócratas), porque a él acude el pueblo en el día a día. Es allí donde la población debe buscar más de la mitad de sus suministros alimenticios básicos y un porcentaje mucho mayor de los bienes y servicios que necesita.

Por solo citar algunos ejemplos de Holguín, una cabeza de ajo que costaba hace un mes dos pesos, ahora cuesta ocho; la libra de arroz subió de 20 a 30 pesos; la yuca y el boniato, de tres pesos pasaron a cuatro o cinco pesos en los municipios del interior de la provincia, y en la ciudad cabecera subieron de cuatro a ocho pesos.

El precio de los vegetales también se ha incrementado. El mazo de lechuga (aproximadamente una libra), de cinco pesos ha subido a entre diez y 15, en dependencia de donde se venda. La carne de puerco se ha mantenido en 50 pesos en los últimos cuatro meses, tras duplicar súbitamente su precio debido a la escasez, pero se prevé que —haya o no incremento salarial— suba en diciembre entre un 25 y 50%.

Diversos economistas y críticos del modelo político-económico imperante en Cuba han cuestionado la viabilidad de la "Tarea Ordenamiento" en las condiciones de precariedad imperantes actualmente en la Isla.

A pesar del consenso en la necesidad de hacer cambios, el problema que resalta es el de una economía endeudada, carente de fuentes de financiamiento y que no libera sus fuerzas productivas ni mejora su balanza comercial, principalmente porque el Gobierno se resiste a despojarla del estatismo enfermizo.

Ahora, con la economía en peores condiciones debido a la pandemia de COVID-19 y a la paralización casi total del turismo durante meses, el Gobierno quiere hacer un cambio drástico que afectará con dureza a las familias.

Es improbable una respuesta económica en sano equilibrio tras un plan tan ambicioso y forzado, que entre otras cosas implica quintuplicar el volumen de dinero puesto en circulación solo por concepto de salario, mientras los mercados permanecen sin ofertas.