La vicepresidenta chavista, Delcy Rodríguez, confirmó el miércoles el arribo de otros 150 médicos cubanos enviados por el Gobierno aliado de La Habana para reforzar el enfrentamiento a la pandemia de Covid-19 en Venezuela que ha experimentado una escalada con 1.171 casos registrados el miércoles.
En contacto telefónico con Venezolana de Televisión, Rodríguez señaló que este nuevo grupo se suma a más de 200 profesionales que arribaron a territorio venezolano el domingo último para reforzar las labores asistenciales y de pesquisaje sanitario desde la denominada misión Barrio Adentro.
El Gobierno cubano tiene a más de 22.000 doctores, enfermeros, técnicos y especialistas en diversas esferas de la salud, desplegados en la primera línea de contención de la emergencia epidemiológica en el país caribeño.
Según la oficial Prensa Latina, el miércoles la alcaldesa del municipio Libertador de Caracas, Érika Farías, sostuvo una reunión con la jefatura de la misión médica cubana para ver los detalles sobre la incorporación del nuevo grupo de colaboradores a los módulos de Barrio Adentro en la capital.
El Gobierno venezolano condecoró el martes a la delegación de profesionales de la Isla con la Orden Francisco de Miranda en su primera y tercera clases "por el decisivo apoyo brindado en el enfrentamiento a la pandemia de Covid-19".
Un reporte publicado este martes por Amnistía Internacional denuncia que las autoridades de Venezuela "están reprimiendo y no protegiendo" a los trabajadores de la Salud en el país, mientras la pandemia de Covid-19 se agrava.
La directora para América Latina de la organización, Erika Guevara-Rosas, afirmó que "las autoridades venezolanas o bien niegan el número de trabajadores de la Salud que han muerto a causa de Covid-19, o bien no disponen de información precisa sobre las precarias condiciones de los hospitales y la necesidad imperiosa de una mejor protección tanto del personal como de los pacientes".
El sábado 8 de agosto las autoridades cubanas anunciaron 41 casos de coronavirus detectados en ciudadanos cubanos provenientes de Venezuela, presumiblemente colaboradores sanitarios.
Al día siguiente dicha información fue eliminada del parte y desde entonces el Ministerio de Salud Pública de Cuba no ha vuelto a especificar el origen de los positivos por la enfermedad procedentes de otros países.
Recientemente, Human Rights Watch (HRW) advirtió a los países receptores de médicos cubanos que podrían estar siendo "cómplices de graves violaciones de derechos humanos" en un informe en el que denunció las draconianas normas que impone el régimen a sus trabajadores en esas misiones.
Las condiciones son especialmente duras y la vigilancia aún más estricta en Venezuela, según han declarado profesionales que lograron escapar de ese país.
Esta semana, La Habana calificó el informe de HRW de "espurio", acusó a la organización no gubernamental que opera en todo el mundo de "desacreditar" el programa por el que obtiene millones de dólares anuales y comparó a los médicos cubanos con diplomáticos.
La venta de servicios médicos generó al régimen castrista ingresos por 6.400 millones de dólares, por encima del turismo, en 2018. La Habana se queda con al menos el 75% de lo que pagan en salarios los países de destino por el trabajo de los profesionales, considerado por gobiernos y organizaciones no gubernamentales como trabajo forzoso y esclavitud moderna.