Los transportistas privados podrán reiniciar sus operaciones en Cuba a partir de este jueves 18 de junio, según informó el Ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila en el programa de la televisión estatal Mesa Redonda.
A pesar de la prohibición de viajes interprovinciales durante la primera fase, "se rehabilitarán todas las licencias de los trabajadores por cuenta propia que estaban suspendidas de oficio, y prestarán los servicios respetando los precios aprobados anteriormente por los gobiernos", explicó el funcionario.
En cambio, quienes decidan no incorporarse al trabajo deberán presentarse ante la entidad que les entregó la licencia para formalizar su suspensión. Las provincias de La Habana y Matanzas, al no entrar en la fase 1, quedan al margen de estas disposiciones temporalmente.
En otro orden, el ministro anunció que los ómnibus estatales dedicados a la transportación de los trabajadores se incorporarán a las funciones del transporte público en sus recorridos habituales con restricciones sanitarias.
También se reanudará el servicio de trenes que no se desplacen más allá de los límites provinciales, al igual que los taxis ruteros, las lanchas y los cochemotores.
El "apoyo" de los autos estatales al transporte público, que se había fomentado especialmente durante la llamada "coyuntura", se mantendrá suspendido, pero en su lugar se aprovecharán los ómnibus de Transporte Escolar y Transmetro para reforzar la movilidad urbana.
"Luego, en la segunda fase, se amplían los servicios locales, se restablecen los servicios de transporte interprovincial con limitaciones y se incorporan los vuelos internacionales en los polos turísticos definidos. También se amplía el despacho de las cargas desde el exterior y se reinician las cargas por ferrocarril", explicó Rodríguez Dávila.
El ministro también hizo énfasis durante su intervención en que "será un denominador común para todas las fases el uso obligatorio de nasobuco por pasajeros y empleados, la desinfección de los medios y terminales, el pesquisaje permanente y el control de la ocupación de los medios y las terminales, con el fin de garantizar distanciamiento físico".
Este será uno de los mayores retos, pues "ya sea por la compleja situación energética que se mantiene o por la cantidad de medios disponibles, la demanda no se logra satisfacer", reconoció el funcionario.