La revista Temas, publicada en La Habana con mucho retraso, dedica su número más reciente (98/ abril-junio 2019) al debate sobre la sociedad rural.
Académicos de México, Brasil y Cuba reflexionan sobre los diversos usos de la tierra en el contexto latinoamericano. Las gestiones en la producción de alimentos, la conservación medioambiental, el empleo de las fuentes renovables de energía y sus beneficios a los ecosistemas sociales, económicos y culturales del espacio rural como parte de un entramado sociopolítico mayor, son algunos de los asuntos que Temas propone en torno a las problemáticas de la sociedad rural.
De igual forma, los modos en que en ella se articulan las prácticas tradicionales con las nuevas tecnologías, el desarrollo agrícola, las dinámicas que atienden a la solución de los conflictos y necesidades de los actores rurales. Asimismo, las características demográficas de las diferentes zonas, sus interrelaciones y formas de propiedad, gobierno y otros tópicos no menos interesantes que comprenden los vínculos entre historia, memoria y jerarquías laborales entre géneros.
Respecto al escenario rural cubano y sus problemáticas, "Cooperativas agrarias en Cuba. Legislación y conflictos intrasocietarios", del profesor Rolando Pavó Acosta, detecta la carencia de una precisión legal respecto a las condiciones de validez y aplicación de la jurisprudencia como fuente del derecho.
Para Pavó, se impide el eficaz acceso a la Justicia y al reconocimiento de los derechos fundamentales de los cooperativistas, cuando reclaman sus demandas por conflictos ante los tribunales y, cuando es el caso, las leyes se declaran incompetentes ante las demandas. Según el autor, esto genera una situación muy preocupante.
El texto evalúa críticamente la legislación cubana vigente, y la posición del sistema judicial en la Isla en relación a los conflictos intrasocietarios que surgen en las cooperativas agrarias. Visibiliza inadecuadas argumentaciones en las sentencias de los tribunales, y lo peor, fallos erróneos cuando la justicia, "carente de las reglas del debido proceso", es impartida por campesinos, la cual no puede "ser revisada por jueces".
Asimismo, denuncia que las demandas por actos de corrupción o por críticas a directivos de cooperativas, las cuales traen como consecuencia la expulsión de los demandantes, quedan fuera, a su juicio, de la competencia de los tribunales profesionales. Esto agrava las situaciones de injusticia y las fallas del sistema judicial cubano, casi siempre desapercibidas por la deficiente cultura jurídica de los actores rurales y de la población cubana en general.
A juicio de Pavó, prevalecen los intereses de la cooperativa por encima de los derechos individuales de sus miembros. Los "altos niveles de inseguridad jurídica y un estado de indefensión de los socios y de las cooperativas", inciden en la problemática que redunda, a su vez, en los efectos negativos de una inadecuada concepción de los mecanismos de gestión de los conflictos intracooperativos.
El artículo "La heterogeneidad territorial en las actuales estrategias de desarrollo rural en Cuba", de los investigadores Luisa Íñiguez Rojas, Edgar Figueroa Fernández y Enrique Frómeta Sánchez, proponen una aproximación al significado de la heterogeneidad rural en el contexto cubano actual.
Los autores documentan la diferenciación territorial de la población, el poblamiento y el empleo rural en provincias y municipios, según los datos que aportan los sistemas de información estadística del país. Reflexionan respecto a las tensiones que originan las brechas rurales en los territorios y reconocen la existencia de erróneas apreciaciones en la información estadística aportada por las instituciones oficiales.
La lectura del artículo "Para la leche que da la vaca…", acerca de las estadísticas de producción láctea en Cuba hacia 1959, puede ser otro de los textos más polémicos de este número. Reinaldo Funes Monzo se acerca a la producción lechera y ganadera en la Isla, desafíos, retos y perspectivas, sin perder de vista, también, el enfoque histórico.
A juicio de Funes, el esplendor ganadero de la isla anterior a 1959 resulta un mito bastante asentado en el imaginario popular, que no ha sido posible revertirse debido a la carencia de investigaciones sobre el tema. Funes asegura que este auge se produjo, al menos en la producción lechera, entre las décadas de los 70 y 80, cuya caída sobrevino en los 90.
Finalmente, "Tendencias de las coopoerativas no agropecuarias cubanas (CNA). Posibles escenarios futuros", del profesor y sociólogo Ricardo Machado, detecta las irregularidades que subsisten en el cuentapropismo emergente cubano y en los escenarios en los cuales participa, así como las deficiencias de las instituciones que lo regulan.
Si bien la mayoría de las CNA son inducidas o creadas por la iniciativa de los ministerios, a estos les corresponde una gran responsabilidad por las deficiencias en el funcionamiento de aquellas: la falta de preparación y conocimientos relativos a los principios del cooperativismo y de las técnicas de administración de este tipo de organización, algunas específicas y otras generales a toda forma de entidad organizativa; así como la falta de un modelo comunicacional en las pequeñas empresas que gestione su labor, entre otras.
Además del debate sobre el fundamentalismo religioso en Cuba del tradicional "Último Jueves", aparecen también otros textos como "Servicio doméstico remunerado: imaginario social y revolución" de Zaylin Hernández Guasch y "Paredes de cristal. La burocracia y sus peligros en el socialismo", de Mely del Rosario González Aróstegui. Ambos trabajos, aunque de interés por las temáticas que abordan, resultan insustanciales y de poco rigor analítico.
De acuerdo con esta descripción que se hace de los artículos de Temas, la revista de nuevo revolotea sobre situaciones catastróficas de la realidad cubana sin señalar lo esencial, esta vez que no hay comida, que el Estado socialista ha sido incapaz de poner en la mesa del cubano producciones agropecuarias suficientes, y que ha sido así desde hace décadas. En cuanto a la carencia de precisiones legales relacionadas con las cooperativas como institución o los cooperativistas como ciudadanos, no sé si Temas dice que es parte de la ausencia de un Estado de derecho en Cuba. Lo sufren no solo las cooperativas y PYMES sino todo individuo, sean cooperativistas, empleados del Estado, cuentapropistas y hasta desempleados. Si de opositores se trata, se entra entonces en una dimensión espantosa de la legislación del régimen. La revista Temas que existe en Cuba moviendo la cadena pero no al mono, ¿se ha pronunciado sobre estas generalidades de la realidad criolla?