Quienes en América Latina y en Cuba a estas alturas todavía creen en los cuentos de camino con los cuales Fidel Castro vendió al mundo el mito de la revolución cubana altruista, humanista, cuasi celestial, paladín de los pueblos oprimidos, deben estar muy decepcionados, o tienen serios problemas para distinguir entre ficción y realidad, el mismo mal que aquejaba al Quijote cuando se batía contra molinos de viento que él visualizaba como gigantes.
Mientras en el mundo se cierran o se restringen al máximo las llegadas de turistas extranjeros, y se les pide a los nacionales que no viajen al exterior para no contagiarse con el coronavirus, el general Raúl Castro y su dictadura lanzan una campaña internacional para atraer visitantes foráneos, reciben a un crucero con personas contagiadas, se niegan a cerrar las escuelas y a tomar las medidas imprescindibles que se adoptan en todo el planeta para evitar que el virus devaste a la población.
"Siendo bañados por los rayos del sol todo el año y tomando las medidas pertinentes tenemos más fortalezas ante el Covid-19. Desde el Caribe es Cuba destino seguro. Visítala con Havanatur", así lo publicó textualmente esa empresa estatal de viajes en su perfil en Twitter.
O sea, las divisas primero, no importa si mueren compatriotas. Quienes aún lo dudaban tienen ahora motivos para no dudarlo más: los hermanos Castro y su régimen siempre han menospreciado, y despreciado, a los cubanos. No ha habido jamás en la Isla especímenes más anticubanos y misántropos que ellos dos.
Es hora ya de que la izquierda radical en América Latina, Estados Unidos y Europa asimile de una vez que lo que hay en Cuba nada tiene que ver con la revolución idealista benefactora de los humildes y los pobres del mundo de que habla la propaganda castrista. Nunca lo fue, pero mucho menos lo es hoy. En Cuba hay una mafia inescrupulosa que solo quiere dinero para vivir la dolce vita y mantenerse en el poder ad infinitum.
Estamos hoy ante una pandemia como no se conoce otra desde la llamada "gripe española", que entre 1918 y 1920 mató a 40 millones de personas en todo el mundo. Por tanto, lo que tiene que hacer hoy todo gobierno mínimamente responsable es organizar bien todos sus recursos sanitarios, incluyendo en primer lugar los médicos y los medicamentos, para atender y proteger a la población. El régimen, en cambio, está ofreciendo médicos y sus escasísimos medicamentos al planeta entero a cambio de divisas frescas.
Sacan médicos del país cuando más se necesitan
La Habana ya envió 53 doctores y enfermeros a Italia, y otros grupos de médicos a China, Venezuela, Jamaica y Nicaragua. El Gobierno de Perú confirmó que próximamente llegarán a ese país galenos cubanos para luchar contra el coronavirus.
Sacar médicos y enfermeros de Cuba, cuando debiera ocurrir lo contrario, traer de vuelta a la Isla a muchos de los que están dispersos en más de 60 naciones, es una irresponsabilidad que podría derivar en crimen de lesa humanidad en caso de que el coronavirus se expanda por toda la Isla. No solo no hay medicamentos, sino tampoco jabón ni productos desinfectantes ni de limpieza. Incluso ni agua tienen muchas comunidades a lo largo de toda la isla.
Además es singularmente condenable el envío de médicos al extranjero porque hoy el sistema de salud pública en Cuba se encuentra en condiciones casi calamitosas. De azotar a Cuba masivamente el coronavirus ello podría derivar en una catástrofe humanitaria.
Es más, si hay un gobierno en el mundo que debiera preocuparse porque no se riegue el coronavirus en su país es el de Cuba. Como destacaba hace unos días el diario 14yMedio, en la Isla el 18,3% de los 11,1 millones de habitantes tiene más de 60 años, incluyendo 768.000 entre 70-79 años y más de 392.000 ancianos con más de 80 años. Es decir, el pueblo cubano es particularmente vulnerable al Covid-19. Ello debiera ser una grandísima preocupación para sus gobernantes. Pero evidentemente no lo es.
Ministros y altos burócratas del régimen insisten en que no hay motivo para cerrar las fronteras ni suspender las clases en las escuelas, al tiempo que insisten en que hay pocos casos de coronavirus en la Isla. Dado el culto al ocultamiento y la manipulación de la realidad con fines políticos que entronizó Fidel Castro desde 1959 (cuando dijo que no le interesaba el poder y que no era comunista), nadie confía en que el Gobierno dice la verdad. Pero aun en caso de que fuera cierto, de no tomarse las medidas necesarias la epidemia puede que sacuda al país. Es cuestión de tiempo.
Más turismo no significa más cash disponible
Por otra parte, querer atraer turistas de todo el mundo para captar divisas en vez de cerrar las fronteras, además de inhumano es injustificable financieramente. La permanente crisis económica cubana se agrava a diario no porque el turismo cayó en enero en un 20% (no hay cifras de febrero), sino porque el modelo de economía centralmente planificada no da más, está en la etapa terminal.
El turismo representa solo el 5,5% de los ingresos netos de divisas de Cuba. Es así porque de los ingresos brutos turísticos, que constituyen el 12% del total de todas las divisas captadas, aproximadamente la mitad o un poco más salen del país otra vez para importar lo necesario para que funcione esa industria. De cada dólar bruto que produce el turismo se van de la Isla entre 55 y 65 centavos en importaciones.
Es decir, si el ingreso bruto turístico es de 2.200 millones de dólares, lo que queda neto como recurso financiero disponible para la nación oscila entre 770 y 990 millones. En otras palabras, atraer más turismo extranjero para captar diez o 12 millones más, a riesgo de matar no se sabe cuántos cubanos, es criminal, pues significa muy poco para incrementar el cash disponible que necesita el régimen.
Otro aspecto que el dueto Castro-Díaz-Canel pasa por alto es que abrir las puertas al turismo —cuando todos las cierran— casi necesariamente va a expandir el coronavirus y ello obligará al Gobierno a realizar cuantiosos gastos extra para atender a los contagiados y contener la epidemia. Hoy el presupuesto de Salud Pública representa el 11% del Producto Interno Bruto, pero el coronavirus lo puede disparar a niveles imposibles de cubrir, salvo que se dejen de importar alimentos, combustibles, materias primas, etc.
Porque, ¿de dónde sacar el dinero? Simplemente no lo hay, ni lo habrá. Las cuatro fuentes de divisas que tiene el régimen están de capa caída: exportación de médicos, turismo, exportación de bienes, e incluso el dinero procedente de EEUU vía remesas, paquetes y viajes a la Isla.
Encima, ya se sabe que la escasez de divisas impedirá cumplir con el servicio de la deuda externa ya renegociada con el Club de París y con Moscú, lo cual desconectará a Cuba del acceso a créditos comerciales o de cualquier tipo para afrontar la difícil situación económica del país y eventualmente contrarrestar el avance del coronavirus en el país. Si ese virus azota a Cuba se agravará la insolvencia de La Habana para paliar siquiera la difícil situación.
La conclusión aquí es que si la perenne crisis para los cubanos de a pie era ya agobiante, ahora, nuevamente a causa de la mafiosa cúpula dictatorial, apunta a empeorarse con una probable crisis que ojalá no sea una tragedia humanitaria.
Ello revela las entrañas de lo que todavía a estas alturas algunos siguen llamando la "revolución cubana".
Es la decencia del autor la que le impide ver la maldad de la cúpula castrista en toda su dimensión. La Habana sabe que tendrá que vérselas con cuatro años más de administración republicana. Esta crisis por el COVID-19 le viene como anillo al dedo. Mientras más violenta, mejor. Lo de no permitir que una buena crisis se pierda no lo inventó aquel alcalde de Chicago. Las futuras imágenes de los fallecidos cubanos jugarán el mismo papel que jugaron las imágenes de los reconcentrados por Valeriano Weyler hace más de 120 años atrás: hacer que la opinión pública americana se ponga del lado cubano. La Habana y la izquierda despechada de cara al venidero Noviembre se encargarán de que cada fallecido cubano sea culpa de Trump.
Yo creo que la estrategia es dejar entrar el virus. Morirán un montón de viejos que son una carga para el Estado. Se ahorran mucho dolores de cabeza futuros, los jóvenes lograrán la inmunidad de rebaño, si es que alguna vez la perdieron.
En uno o dos detalles pudiese haber mas claridad:
1. El turismo tal vez no se concibe como fuente de ingresos, tal vez los hoteles y servicios turisticos cubanos, lo que hacen es lavar dinero de la droga en centroamerica. Si cierran, se pierde una fuente que aporta mucho mas de esos 12 millones que expone el autor. Claro que eso va a las arcas personales de la famiglia: lo necesitan mucho mas ahora, que la parentela se esta instalando por tiempo indefinido en el extranjero, manteniendo el mismo tren de vida millonario, verán a sus compatriotas caer como moscas desde una lujosa habitacion en el primer mundo, pero con cambiar de canal, se olvidarán alegremente de esa realidad: los muertos los pondrán nuestros familiares.
2. La exportacion de medicos si les aportara dinero. Probablemente los contratos sean mas substanciosos que en tiempo normal, sin pandemia. Poco importa que se debilite la infraestructura de salud nacional. Si no hay medicinas, ni recursos para limpieza, ni siquiera _>
alimentacion sana, unos centenares de medicos mas o menos no haran la diferencia.
Como quiera que sea es un crimen. La primera funcion de los lideres de un pais, en una monarquia, en la edad media, en las primeras civilizaciones es proteger a sus subditos, nacionales, electores o lo que sea como se haya organizado la sociedad.
Cuando un rey dejaba de responder a su nobleza, usualmente terminaba con la boca llena de hormigas o en un patibulo, por mucho derecho divino que le concediera su sociedad.
Es hora, desde hace rato, de decapitar a esta dinastia.
Con coronavirus más cash fresco. El noble pueblo cubano aguanta. Más de 100 médicos y enfermeras a ITALIA , CHINA , JAMAICA , NICARAGUA y VENEZUELA es un éxito $$$ para la mafia en el poder.Si regresan vivos podrán contar su historia en ''Juventud Rebelde''.