En noviembre de 2018, cuando DIARIO DE CUBA comenzó a publicar su investigación sobre el programa Más Médicos, el Ministerio de Exteriores alegó que los médicos cubanos en Brasil no recibían salarios por ser becarios; que Más Médicos era un programa de formación; que la idea de dicho programa había partido del Gobierno brasileño; que los médicos cubanos viajaron voluntariamente; que sus derechos se respetaban, y que todos los recursos obtenidos por la exportación de estos servicios se reinvertían en el sistema de salud de la Isla.
Todas esas afirmaciones quedaron desmentidas entonces por las evidencias expuestas en los cables diplomáticos de las negociaciones entre los gobiernos de Dilma Rousseff y Raúl Castro, en los documentos de las auditorías internas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y en las estadísticas de salud del propio Gobierno cubano, detalladas por DIARIO DE CUBA.
En 2019, La Habana declaró por primera vez cuánto había ganado en un año mediante la exportación de servicios médicos: 6.400 millones de dólares.
Como demostró la investigación de DDC, dado el actual estado de la salud pública en la Isla, es imposible que esa suma se esté invirtiendo íntegramente en los hospitales y la medicina cubana.
El pasado lunes, se supo que las relatoras especiales de la ONU sobre las formas contemporáneas de esclavitud y sobre la trata de personas, habían pedido explicaciones a La Habana por el caso de los médicos enviados a misiones en el exterior, advirtiendo que las condiciones podían considerarse de "trabajo forzoso". Las autoridades cubanas no respondieron en el plazo otorgado, de 60 días, y aún siguen sin hacerlo.
Lo grave de la petición de la ONU es que ya es el Sistema Universal de Protección de los Derechos Humanos el que cuestiona las prácticas de La Habana, y que sus observaciones son válidas más allá de los programas médicos de la Isla, pues estos son solo la zona más visible de un principio que se extiende a toda la sociedad, con el régimen disponiendo de ciudadanos —maestros, deportistas, técnicos— a los que solo les paga una ínfima parte de sus salarios, argumentado conceptos —soberanía, independencia, equidad— cada vez más impugnables.
Varios médicos cubanos han denunciado en cortes de EEUU a la Organización Panamericana de la Salud, por su vinculación con el esquema implementado por el Gobierno de Cuba. La Habana puede seguir callando, pero más tarde o más temprano la Justicia hablará, y el falso humanismo del programa de exportación masiva de médicos y servicios profesionales, diseñado por Fidel Castro, revelará la que ha sido su verdadera esencia: la explotación del pueblo cubano.
¡¿Bajo el foco de la ONU...?! ¡¡Mejor póngale un reflector de 10,000 Watts!!
Y la esclavitus moderna dentro de Cuba, donde el gobierno paga 30 dolares a los especialistas y de contra los chantajea todo el tiempo en que hay que agradecer a la robolucion por la "oportunidad" de haber podido estudiar?
Sigamos haciendo presión.
Mientras no pase nada, ellos seguiran callando.
El problema de todos estos organismos internacionales es que no existen tratados realmente vinculantes ni mecanismos de verdadera presion sobre los gobiernos contraventores.
Lo poco que funciona en el derecho internacional es en larguisimos plazos y a merced de los directivos de esos organismos. Baste que tome la dirigencia de ese comite de la ONU algun amiguete de los dictadores. El tiempo siempre ha estado a favor de los Castro, la historia lo demuestra una y otra vez.